8. Catch fire.

2.2K 186 76
                                    

Lancé la pelota. Cogí la pelota. Lancé la pelota. Cogí la pelota. Lancé la pelota. La pelota me dio en la cara. Gruñí.

Estuve toda la tarde estudiando para el maldito examen que tendría el día siguiente hasta que, a las ocho de la tarde, me cansé y decidí dejarlo. Me tiré en mi cama y empecé a jugar con una pelota de tenis que había encontrado la tarde anterior recogiendo mi cajón de la ropa interior, porque, sí, en ese cajón se puede encontrar cualquier cosa, y así había estado desde entonces.

Lanzo pelota, recojo pelota. Lanzo pelota, recojo pelota. Lanzo pelota, la pelota impacta en mi cara.

-Hija. - Interrumpió mi madre cuando la pelota me calló por séptima vez en la cara. 

-¡Mamá! Llama antes de entrar.

-¡Ni que estuvieras cometiendo un crimen! No creo que importe si te molesto mientras tiras una pelota como una zombie.

-Los zombies no tiran pelotas. ¿No?

-Bueno, ¿los niños zombies no tienen derecho a jugar?

-No sé.

-¡No me líes! - Mi madre rodó los ojos y entró en mi habitación. Se sentó en mi cama tranquilamente, mientras yo seguía jugueteando con la pelota. Seguía pensando en lo molesto que era que ella entrase sin llamar a la puerta. - Quería preguntarte qué tal llevabas el examen. 

-Bien.

-¿Y qué tal tus amigos?

-¿Bien?  - Dije con tono de duda. - ¿Por qué me preguntas esto, mamá? - Ella se encogió de hombros. - ¿Me has cogido dinero de la hucha y lo intentas compensar siendo amable? - Me incorporé y fui hacia el otro extremo de la habitación, a revisar la hucha. 

-¿No puedo preocuparme por mi hija?

-Sí, pero... Actúas extraño. 

-¿Puedes venir un momento aquí, Dani? - Preguntó mi madre, señalando un hueco a su lado. Me senté y ella tardó unos segundos en volver a hablar, estaba seria, midiendo las palabras que iba a decir. - Quiero decirte esto de la forma más... ¿Te encuentras bien? - Mi madre se interrumpió a sí misma cuando me vio llevar una mano a la barriga. - ¿Qué ocurre?

-Me duele la barriga... Creo que tengo ganas de vomitar.

-¿Qué has comido hoy?

No la respondí. Salí corriendo por la puerta de la habitación y llegué hasta baño, donde vomité. Mi madre vino detrás de mi y me sujetó el pelo para que no se manchara y cuando eché todo, me lavé los dientes.

-¿Te encuentras mal? 

-"Extoi" algo "magueada" - Dije mientras me cepillaba. - ¿Qué "queriax decirmh"?

-No importa, eso puede esperar. Mejor ve a tumbarte. ¿Te hago una manzanilla?

-No me vendría nada mal.

Fui sin ganas a la habitación y me tumbé en la cama. Mi madre me tapó con una manta y me miró compasiva.

-Seguro que has comido algo en mal estado. O igual es de estudiar, estudias demasiado.

No tenía sentido que vomitara por estudiar, pero no dije nada. Asentí y cerré los ojos, ahora sí me encontraba mal. Mi madre cerró la puerta de la habitación cuando se marchó a hacerme la infusión y yo giré sobre mí misma, mirando hacia el reloj de mi habitación. Eran las nueve y debería cenar, pero no tenía muchas ganas. Al final terminé quedándome dormida, no aguanté si quiera para beber la manzanilla. 

En cambio, a la mañana siguiente, me encontré perfectamente. Me desperté con energía y con hambre, muchísima hambre. Desayuné varias galletas, cereales y una fruta. Mis padres no me dejaron tomar más después de haber vomitado ayer. 

After Midnight  « 5sos»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora