Me llevó unos días obtener todo el valor necesario para hablar con Luke. Después de la visita de Calum Luke me llamó repetidas veces al móvil, pero yo sinceramente no quería responderlo. No sabía qué responderlo. No sabía como perdonarlo. Así que decidí darme un tiempo, una semana. En siete días iría a visitarlo y a hablar. Pero él se me adelantó: cuando pasó la semana, como si supiera ya mi plan, decidió ir a verme él y apareció en la puerta de mi casa antes de las cuatro de la tarde.
-¿Qué haces aquí? - Pregunté sin mostrarme áspera, pero tampoco del todo amable.
-Sabes qué hago aquí.
Lo miré. Él me miró. Analicé la situación; podía cerrarle con la puerta en las narices y aplazar más este momento, o invitarlo.
-Pasa.
Y lo dejé pasar.
Admito que los primeros segundos en los que estábamos en el salón, sentados, sin decir nada, me parecieron extremadamente incómodos. Pero también he de decir que cuando él empezó a hablar, sentí un gran alivio.
-Lo siento mucho, Elle. Sé que ya te lo he dicho el otro día y en unos cien mensajes durante esta semana, pero lo siento de verdad. Sé que fui un estúpido al haber bebido sin control, y mucho más estúpido al decírtelo como si no fuera la gran cosa. De verdad, lo siento. No he actuado como debía, he parecido un adolescente de quince años. Pero sé que debemos crecer, ¿vale? Lo sé. No puedo exigirte que nos quedemos con la niña y menos cuando actúo así. -Se llevó una mano al pelo y lo sacudió nervioso, después bufó. - De verdad, lo siento muchísimo.
-Deja de decir que lo sientes.
-Lo sient... Mierda, perdón.
-Luke, hiciste muy mal en la fiesta y...
-Ya sé que hice mal, me he estado atormentando por ello desde entonces. No te mereces esto.
-Cállate, Luke, y dejame hablar.
-Lo siento. - Puse los ojos en blanco cuando volvió a disculparse, pero me acerqué un poco a él y le cogí una mano.
-Hiciste mal, muy mal, y me alegra que seas consciente de ello. Me dolió, me dolió mucho. - Luke bajó la mirada con arrepentimiento. -Pero te perdono, siempre y cuando no vuelva a suceder.
-Nunca más, te lo prometo, te lo juro, t... -Dijo rápidamente y sonreí un poco.
-Está bien, Luke, lo entendí.
-Entonces... ¿Todo bien?
-Todo bien. - Le sonreí y él se acercó hacia mi, hasta darme un bien deseado beso en los labios. Hacía tanto que no me paraba a apreciar la necesaria y estupenda sensación de sus labios sobre los míos. De su frío piercing negro contrastado con su piel caliente. - Todo más que bien. - Y volví a besarlo.
-Vale, calmaros, no quiero más nietos por ahora. - Escuché la voz de mi padre y aparté a Luke por el susto. Mi padre se reía apoyado contra el marco de la puerta del salón. - Llego de dar un paseo y me encuentro con esto aquí...
-Sólo nos besábamos, no exageres. - Le dije riéndome.
-Lo siento. - Murmuró Luke con las mejillas encendidas, dándole un aspecto de Santo avergonzado.
-No os preocupéis. Yo no he visto nada. Iré a mi habitación ahora mismo. - Y se marchó riendo. Luke me miró aún sonrojado y le sonreí.
-No te preocupes. No es de esos padres que amenazan con una escopeta a los chicos que miran a sus hijas.
-Eso ya lo sé. Si fuera de esos ya estaría más que muerto. - Sonrió un poco y me dio un beso en la mejilla antes de levantarse. Sacó, del bolsillo de su pantalón negro ajustado, su móvil y miró la hora. - Tengo que irme en breves a un ensayo. ¿Te apetece venir?
-Suena tentador, pero no tengo muchos ánimos. Cada día estoy peor de la maldita espalda.
-Vaya... - Hizo un puchero mientras me miraba. - Una pena. En menos de un mes volveremos a actuar, ¿sabes?
-¿Un mes? Eso está genial. - Me emocioné.
-Sí, al parecer ya han vendido bastantes entradas.
-Un mes... - Quedé pensativa. - Igual puedo ir a veros. Realmente no lo sé; según la ginecóloga, igual en tres semanas ya estará la niña en este mundo. Eso si no se adelanta, claro... Pero aún así, si ya no estoy embarazada para el concierto... - No seguí, imaginándome la situación. Me resultaba difícil pensar en mi vida después de dar a luz. Me resultaba difícil imaginarme como una madre. - No lo sé.
Luke me miró durante unos segundos escéptico, pero después se inclinó y me dio un cuarto beso.
-Calum me contó lo que hablasteis el otro día. Me alegra pensar que estás planteándote lo de quedarnos con la niña.
Entonces lo miré y me levanté con torpeza del sofá. Sonreí.
-Brooke. -Luke me miró confundido, así que continué. -Nos vamos a quedar con Brooke.