Epílogo

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Nunca sentí tanto dolor en mi vida. Las enfermeras me decían que respirara hondo y que empujara, que empujara y que volviera a empujar. Pronto todo acabaría. Pero, ¡como si fuera tan sencillo! Por un agujerito relativamente pequeño estaba saliendo un maldito niño. 

Cuando dejé a Luke y a mi padre en la sala de espera estaban ambos arrancándose los pelos de la cabeza por los nervios, (más Luke, ya que mi padre era prácticamente calvo). Mi madre me acompañó todo el rato, mientras llamaba a Grace para que avisara a los chicos y vinieran cuanto antes. Yo a penas escuchaba lo que la gente decía. 

Pero, en efecto, la presión y el dolor llegaron a su fin tras unas horas y un llanto agudo inundó la habitación en silencio. Yo intenté tranquilizar mi respiración mientras mi madre me pasaba una toalla por mi frente asquerosamente sudada.

-Ya está, ya pasó todo. - Me decía sonriendo. Entonces miré a todos lados pero no encontré lo que buscaba.

-¿Y Brooke?

-La están limpiando. En menos de un minuto ya la traen.

Volví a calmarme y ella se fue a avisar a la sala de espera de que ya había pasado todo. Al poco una enfermera entró con un bultito en sus brazos envuelto en mantitas diminutas amarillas pálidas. Se acercó a mi y me regaló una pequeña sonrisa.

-Todo parece en orden, señora. Puede cogerla si quiere.

Yo ya estaba con los brazos abiertos. Acercó el bultito a mi y lo cogí con un miedo incalculable. Miré a Brooke, con sus ojitos cerrados y sus diminutas manos moviéndose para tocarse la carita. Me sorprendía que no llorara nada. Parecía tan delicada, como si se fuera a esfumar en cualquier momento. 

-Brooke... - Murmuré sin poder apartar la vista de la criaturita. Entonces una exclamación de emoción se escuchó en el marco de la puerta y Luke se acercó prácticamente corriendo hacia mí.

-Tenga cuidado, señor. - Lo miró ceñuda una mujer de bata blanca, pero él la ignoró y se agachó a mi lado. Miró a Brooke con fascinación y suspiró.

-Es preciosa. - Murmuró mientras rozaba con extrema delicadeza su mejilla con un dedo. - Dios mío. Es increíble. - Sonrió.

Entonces entró mi padre y vino también corriendo, a lo que la enfermera reaccionó rodando los ojos y bufando. Miró al bebé con una mano en la boca y juraría que lo estaba viendo llorar.

-Lo sé. Es alucinante. - Le dije y moví muy lentamente los brazos, incorporándome un poco. - Cógela.

Entonces él me miró y sonrió ampliamente, se acercó y me dio un beso en la frente. Cogió en brazos a la niña, que empezó a quejarse de tanto movimiento y comenzó a llorar. Mi padre se balanceó un poco, con armonía.

-No llores, Brooke... 

Luke se sentó en el borde de mi camilla y me tocó un poco la rodilla para que lo mirara. Cuando presté toda mi atención a Luke, él se acercó y me dio un beso en la mejilla. 

-Has estado increíble. Dice tu madre que llevaste el parto perfectamente.

-Bueno, dolió mucho... - Reí un poco. - Pero ahora estoy mejor que nunca. Creo que nunca fui tan feliz.

-Creo que podría mejorar la cosa. - Dijo Luke con una sonrisa radiante.

-¿A qué te refieres?

-Tenemos un apartamento esperándonos. - Alzó unas llaves de cobre y me las posó en mi mano. - Esta es tu copia.

-¿Qué? - Abrí los ojos sorprendida y bajé la vista a las llaves. -¿Lo dices enserio?

-Por su puesto. Es un piso algo pequeño, lo que pude permitirme. Pero solo tuyo, mío y de Brooke. ¿Qué te parece?

Casi se me saltan las lágrimas, pero me limité a lanzarme hacia Luke y abrazarlo. Lo abracé con todas mis fuerzas mientras los llantos de Brooke se apagaban en los brazos de mi padre. 

-Me parece perfecto. - Mascullé. - Me parece más perfecto.

-¡Mira a la familia feliz! - Gritó Grace entrando por la puerta dando saltitos, y Brooke volvió a llorar. Grace se llevé una mano a la boca y bajó el tono. - Lo siento.

-Tienes que ser más delicada. - Replicó Ashton apareciendo tras la chica. -Lo siento por haber tardado, Dani. ¿Qué tal? 

-Bien. - Sonreí a los dos. - Todo salió genial.

-Mira que monada... - Susurró Grace al lado de mi padre, tocando la naricita de la niña. - Tiene la nariz de Luke. 

Entonces entraron Michael y Calum montando alboroto y la enfermera, que estaba en la puerta esperando para poder poner en orden la habitación, hizo un gesto de desesperación. Pensaría que eramos una panda de locos. En parte puede que lo fuéramos. 

-Seremos una familia. - Me dijo Luke mirándome a los ojos con alegría, haciendo que me olvidara de las voces de alrededor.

-Lo seremos. - Le devolví la mirada y sonreí. - Ahora tenemos una responsabilidad enorme. 

-Estoy algo asustado. 

-Yo también. 

Me daba miedo tanta felicidad. Sentía que al ser tan feliz, en cualquier momento algo pasaría para que todo esto se esfumara. Pero realmente no me importaba. Porque así era la vida; en ocasiones pasaban cosas malas  y en otras ocasiones ocurrían cosas increíblemente buenas. Y ese era uno de esos momentos. Sabía que no iba a durar eternamente, pero también sabía que habría muchos más momentos buenos. Que tenía a una hija a la que cuidar y mimar, una hija a la que entregaría mi vida. Y sabía que Luke también lo haría tan sólo fijándome en los ojos con los que él miraba a Brooke. Porque también lo tenía a él, y posiblemente lo quería más que nunca.

Tenía una nueva vida por vivir a partir de ese día. Una vida en la que debía dejar de ser una chica irresponsable y ser una buena madre, dejar de ser una adolescente y ser una mujer. Una vida lejos de mis padres, independizada. Una vida como una adulta.

-Creo que podremos con todo. - Dijo Luke cuando mi padre se acercó a él y posó a Brooke en sus brazos. - Por ella haría cualquier cosa. - Me miró unos momentos y volvió a mirar a Brooke embelesado. - Os quiero mucho.

-Yo también. No te haces una idea de cuánto.

After Midnight  « 5sos»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora