Capítulo 18: Descubrí el infinito por vos

393 36 3
                                    

POV ____________ (tn)

Aterrizamos en L.A a las seis Am del día siguiente. Habíamos hecho escala en Perú, donde mi rubio había comprado algunos caramelos para el viaje. Me sentía feliz estando con él, a pesar de que las circunstancias no fuesen las mejores. Gastón había arreglado todo: teníamos una habitación en un hermoso hotel cerca de la playa, la cuenta bancaria de Guido estaba la mitad en dólares, listos para usar. Parecía una luna de miel o unas vacaciones planeadas hacia tiempo.

Al llegar al hotel, una joven rubia con una sonrisa nos extendió la llave de la habitación, más bien tarjeta, y nos dio algunas indicaciones. El cuarto era espacioso, con vista directa al mar. La cama doble era preciosa y en el baño había una especie de bañera gigante con burbujas.

- Mi hermano sí que se gasto. – Guido observaba todo atentamente.

Comenzamos a recorrer la habitación, intentando hacer un recuento de las cosas. No queríamos que nos cobraran nada demás. El primer día decidimos quedarnos en el hotel, planeando lo que haríamos durante los días que nos quedaríamos. Marcamos diferentes sitios, rutas de viaje, lugares para comer. Cada momento lo sentía más real.

Así paso la primera semana: recorrimos Hollywood, el Teatro Dolby, El Paseo de la Fama y cientos de lugares más. Guido tomaba mi mano y me sacaba fotos de todo lo que veíamos. De vez en cuando se quedaba mirándome y yo me inclinaba para besarlo. Se sentía como la primera vez, como si nada hubiese pasado.

El día sábado me desperté con una nota del rubio a mi lado: "Salí a preparar unas cosas. Te veo esta noche a las 10. Tendremos una cita como se debe". No pude evitar sonreír. Decidí poner todo mi esfuerzo y pasar el mejor momento. A pesar de que todo era de ensueño, no podía evitar preocuparme por todos en casa. No había recibido noticias de nada y no podía evitar sentir que algo no andaba bien. Pero hoy dejaría eso de lado y me concentraría en mi noche con el rubio.

Hice una reserva exprés en el spa del hotel para relajarme un poco. Pase por una sesión de masajes, algunas mascarillas y termine con un largo baño en el jacuzzi de mi habitación. Arregle un atuendo perfecto: un vestido blanco hasta las rodillas, con un escote no muy pronunciado que se ataba detrás del cuello, sandalias bajas a juego y un maquillaje suave y sutil. Me vestí tranquila y a las 10 en punto ya estaba lista.

Guido llego puntual, algo raro en él. Abrí la puerta algo tímida y me encontré a un chico que nadie hubiese reconocido: su pelo estaba alborotado pero se veía perfecto. Una camisa blanca adornaba su torso, la cual tenía los dos primeros botones desprendidos. Un pantalón blanco ajustado calzaba perfecto y las zapatillas eran infaltables. Se veía relajado, autentico, muy distinto al Guido que vestía borcegos y ropa de cuero.

- Te ves hermosa.- me dijo observándome con una sonrisa.

- Vos no te quedas atrás.- le respondí, intentando salir del momento incomodo. No me acostumbraba a eso de que me diera cumplidos.

Me extendió su brazo, el cual tome con una sonrisa. Me codujo hasta una zona aleada de la playa, donde se veía una mesa con velas, platos, copas, todo lo necesario para una cena romántica. Guido corrió la silla, como todo un caballero. Yo no pude evitar reírme. Él se sentó frente a mí y sonrió nuevamente. Comenzamos a hablar de algunas cosas que habíamos dejado atrás. Le comente de mis recuerdos y de lo mucho que lo había extrañado.

- Encontré tu cadena.- le dije algo sonrojada. Él me sonrió sorprendido.

- Tu mamá me dijo que la había tirado. Menos mal que no fue así.- me dijo, tomando mi mano por sobre la mesa.

- Las cosas han cambiado mucho ¿no?- mis palabras salieron sin pensarlo.

- Lo sé. Nunca creí que fuese tan difícil. Pero me alegra que estemos juntos.- me respondió él, acerándose para besarme.

Nos dimos un beso largo, apasionado. Siempre me habían gustado sus labios, pero la forma en la que Guido besaba era única. En ese momento me sentía feliz, amada. Guido tenía la capacidad de hacerme olvidar todo lo que sucedía a mí alrededor.

Poco a poco nos fuimos levantando y desaparecimos hacia el hotel. La incertidumbre me podía. Hacía tiempo que él y yo no estábamos juntos...íntimamente hablando. Guido había sido mi primera vez hacia algún tiempo y todo había sido de ensueño. Ni siquiera la película más cursi lo hubiese comparado.

Entramos al cuarto, Guido besándome con cuidado. Cerré la puerta detrás de mí y me pegue a su cuerpo sin pensarlo.

- ¿estás segura de esto? No quiero presionar. – su voz grave y ronca me volvía loca.

- Te deseo Armido. No me dejes con las ganas.- le respondí en el mismo tono que él. Pude sentir su risa suave.

- ¿Armido? Hacía mucho que no me decías así. Es irónico que digas mi segundo nombre en estas...circunstancias.- su tono era divertido, único...era él.

- No me jodas, Guido. No te voy a rogar...- le dije, mirándolo a los ojos. La luna iluminaba su cabello rubio, haciéndolo brillar. Sus ojos reflejaban mis mejillas rojas y mis labios hinchados.

- ¿Quién hablo de rogar?- respondió con una sonrisa ladeada. Aquella mueca de niño travieso que me volvía loca.

Comenzó a besarme nuevamente, esta vez con más intensidad. El aire comenzó a caldearse y de a poco, nuestra ropa fue desapareciendo. Pase mis manos por su cuello, intentando que se acercase más a mí. Este hombre era voluble a veces, pero me encantaba seguirlo. Poco a poco mi ropa comenzó a desaparecer y yo me aventure a hacer lo mismo. Mis manos recorrían su torso, haciéndolo estremecer bajo mi tacto. Guido bajo sus labios dulces hacia mi cuello, sacando varios gemidos de mi boca. Hicimos el amor, como nunca lo habíamos hecho. Nos reencontramos en cuerpo y alma. Aquel amor puro que sentíamos nos envolvió hasta llevarnos al éxtasis divino que solo nosotros compartíamos. Su nombre salió de mis labios, al tiempo que alcanzábamos el cielo juntos...

- Se siente bien volver a tenerte así.- las palabras de Guido me sacaron de mi ensueño.

- Lo sé. Te amo Guido.- le dije sin pensar. Me mordí el labio por vergüenza, pero él me sonrió.

- Yo también te amo, hermosa.- me respondió, besándome dulcemente.

En ese instante, el celular de Guido comenzó a sonar. El rubio se apresuro a contestar.

- ¿diga?- exclamo, mirando la nada. Un silencio incomodo se formo en el ambiente. A los pocos segundos, vi su rostro. Esa cara hablaba por sí sola. Le rogué que me pasara el teléfono, pero él se negó.

Salió al pasillo, dejándome encerrada. Necesitaba saber...algo había pasado. Volvió a los pocos minutos y comenzó a guardar las cosas en las maletas.

- Guido ¿Quién era?- pregunte calmada. Pareció no escucharme o tal vez decidió ignorarme.

- Guido ¿Qué pasa?- volví a hablar. Sus ojos no me miraban y eso me carcomía.

Me acerque con una sabana envuelta en mi cuerpo. Lo tome por los brazos y lo obligue a mirarme.

- ¡Guido Armido ¿Qué pasa?!- le dije esta vez a los gritos. Él me miro y me abrazo fuerte.

- Tu hermano esta muerto __________ (tn).- 


HE AQUI EL CAPITULO NUEVO. SE QUE ME HE DESAPARECIDO PERO ESTOY CON VARIOS PROYECTOS JUNTOS Y A VECES SE ME VA EL TIEMPO. ESPERO DISFRUTEN MUCHO EL CAPITULO Y NO SE SIENTAN DECEPCIONADAS (EL EROTISMO NO ES LO MIO JAJA). QUIERO DEJARLE UN SALUDO ESPECIAL A SOFII_SARDELLI QUE FUE EL CUMPLE EL OTRO DIA (HACE MUCHO PERO MAS VALE TARDE QUE NUNCA JAJA). ESPERO SIGAN VOTANDO LA NOVELA Y COMENTANDOLA, ESO ME PERMITE SEGUIR ESCRIBIENDO PARA USTEDES. NOS VEMOS MUY MUY PRONTO.

PD: SE VIENE NOVELA NUEVA, ESTA VEZ DEL SEÑOR PATRICIO SARDELLI...DIGANME SI LES PINTA... 


Sigo Esperando Por Los Dos...(TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora