Capítulo 4: ¿Por qué?

470 37 2
                                    

POV Guido:

- ¡¿Cómo que volvió?! ¡por qué no me dijeron! ¡quiero verla!- comencé a gritar con desesperación, mientras Pato y Cuty se miraban entre sí.

- No se puede Guido. Su madre no nos quiere cerca por ahora. Sinceramente, no entiendo el por qué.- Gastón se acerco a mí, intentando contenerme pero me corrí bruscamente.

- ¿Cómo que no quiere que nos acerquemos? ¡somos sus mejores amigos por Dios! ¿Dónde está Pablo?- intente buscar con la mirada nuestro jefe de seguridad pero no estaba por ningún lado.

- Salió a recibirla. Llegaba hoy. Guido, en serio, necesitas calmarte.- Pato se notaba preocupado pero n podía darle la debida atención. Me sentía impotente, triste; pero también estaba feliz ¡ella estaba viva!

Salí del camarín, como alma que lleva el diablo. Necesitaba caminar, despejarme, respirar. Mis hermanos no me siguieron: me conocían lo suficiente para darme mi espacio. Recorrí las calles de la ciudad sin más, pensando y recordando buenos tiempos.

__________ (tn) era la mujer de mi vida. Siempre había creído eso. A pesar de tener una adolescencia apresurada, ella había estado ahí para mí, aconsejándome y retándome cuando me mandaba alguna macana. A mis 26 años jamás creí que una chica de tan solo 19 pudiese volverme loco. Ella era divertida, alegre y tenía una opinión muy bien formada de sí misma y su alrededor. Me pregunto qué de todo eso habrá quedado. El hecho de perder la memoria suele cambiar a la gente ¡Ella no se acuerda de mi! Que espantoso es eso ¿no? Que el amor de tu vida se olvide sin más de vos.

Sin quererlo (o quizás inconscientemente) llegue a lo que era su vieja casa. El auto de su hermano estaba allí, por lo que supuse que aun se quedaría con ella. Mire hacia la ventana donde daba su cuarto y recordé aquella vez que entre por allí.

- ¡Guido! ¿Qué haces acá? Si mi mama te ve, me mata.- su voz baja y preocupada me daba gracia.

- ¡OH, Rapunzel! Deja caer tu cabello y permite a este humilde servidor disfrutar de su tiempo contigo.- aquel pequeño dialogo se me hacia absurdo, pero me gustaba molestarla.

____ (/tn) había reído, pero me había lanzado una escalera que ella tenía, en caso de emergencia. Me trepe con cuidado y entre a su habitación. Ella estaba castigada y su madre no la dejaba vernos ni salir, pero mi rebeldía me había instado a llegar a su casa y pasar tiempo con ella.

Su madre nunca nos descubrió, a pesar de que yo no era precisamente muy bueno mintiendo. El que si se había enterado era Gastón, quien me regaño por contradecir a la jefa de seguridad en ese entonces.

Mire a la ventana, con la esperanza de verla salir, pero supuse que sería inútil. Ella no me recordaría, ni a mí ni a nuestro tiempo juntos. Seguí caminando, hasta que llegue a mi propia casa, la cual no estaba muy lejos de la suya. Así lo había preferido, dado que me gustaba molestarla de vez en cuando. Pude ver el auto de Pato estacionado, por lo que supuse que me estarían esperando. A veces agradecía que me conociesen tan bien.

- Guido ¡no podes irte así! Casi nos matas de un infarto.- Fer se veía notablemente preocupado, pero decidí ignorarlo.

- ¿Por qué me lo ocultaron?- mi pregunta fue dirigida a mis hermanos

- Su madre nos pidió que nos alejásemos. Dice que aun no nos quiere en su vida. Solo Dios sabe si querrá que volvamos a ser sus amigos de nuevo.- Pato se veía bastante triste, pero él no se sentía como yo.

Me senté en mi sillón y comencé a tocar mi guitarra sin más. No deseaba escuchar a nadie. Solo a ella. Quería tenerla cerca y solo el destino sabía si volvería a tenerla junto a mí.


BUENO NIÑAS AQUI EL CAPITULO DE LA SEMANA (SI, HA PASADO BASTANTE PERO LAS COSAS ESTÁN

Sigo Esperando Por Los Dos...(TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora