Capítulo XXI

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«A un día de la fiesta de Halloween»

A las ocho de la mañana había aparcado en la acera de la casa de Laura. Ella sonrió y sólo ese gesto me había calmado. Cuando recuerdo lo de anoche me quiero golpear. He sido un tonto con mi hermana, ella no se merece eso­­—nadie se lo merece—; por suerte y escapé de Zack.

Él quería hablarme de Kate. Realmente no sé qué estaba pensando, como si recordar el alma de mi ex novia me hiciera reunirme con su manada.

Laura se puso el casco y preguntó:

— ¿Cómo te sientes?

Recuerdo lo preocupada que estaba, yo era un caos ayer. Ellington llegó antes de que yo hiciera que el cerebro de Ethan se apagara por completo.

—Mejor—respondí—. Físicamente ya no me duele nada.

Sí, una de las ventajas de ser lobo era que podía curarme.

— ¿Cómo está Rydel? —sus pequeños dedos jugaban con los bordes de su blusa morada. Rápidamente bajé de la motocicleta, y la rodeé con mis brazos agarrándola de la cintura.

—Está enojada conmigo. Y no la culpo.

—Te perdonará—me dijo Laura.

Quería creerle en verdad, pero lo que había hecho...todo se había roto entre Rydel y yo.

Sus labios se pegaron a los míos en un abrir y cerrar de ojos. El beso fue corto pero relajador para mí.

—Yo te perdoné—me guiñó un ojo. Se soltó de mí y se sentó en la moto.

De una extraña manera mi corazón se alteró. Me subí en la parte delantera de la Harley, me puse el casco y encendí el motor. Laura rodeó mi cintura con sus delgados brazos y apoyó su mejilla contra mi espalda y me incorporé en el tráfico matutino.









Me detuve en un semáforo rojo. Había una rara sensación creciendo dentro de mí. Cómo si alguien estuviera vigilándonos.

— ¿Ross? —La dulce voz de Laura hizo aparición entre mis oídos—. ¿Está todo bien?

—Todo en orden—mentí.

No era realmente gran cosa. O al menos eso me repetía en mi mente. No quería preocupar a Laura, no quiero herirla de alguna manera. Sabía de cierta forma que ella era inteligente para saber si algo andaba mal.

El semáforo se puso en verde y continué el recorrido hacia el instituto.





Para mi mala suerte la fiesta de Halloween era mañana y tenía que ayudar con la decoración del gimnasio.

Primero porque mi hermana se presentó voluntaria.

Segundo porque Laura había ofrecido su ayuda.

Tercero porque Ellington tenía que ir por ser novio de Rydel.

Y bueno, la última razón era obvia.

—Sabes que no tienes que hacer esto—me dijo Laura. Bueno, ayudar con la decoración nos daba la oportunidad de no entrar a clases y estábamos justificados, y con esa sensación impregnada dentro de mí, no dejaría sola a Laura. Aunque en cualquier momento le tendría que decir.

—Entonces ya no será divertido—le dije tomándola de la cintura.

­— ¿Para quién? —me lanzó una sonrisa que sin darme cuenta mi corazón latía a mil por hora. Joder, sonaba como una chica.

—Para mí—le dije—. Que seas parte de esto tiene ventajas para mí.

—Eres un tonto—Laura me empujó con su palma. Planté un beso rápido en su sien.

FULL MOON {Raura/Rydellington}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora