Capítulo XXV

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El sol relativamente se había escabullido entre las nubes grises del cielo. Parecía que iba a llover por la tarde. Ojalá en los días de lluvia no hubiera clases, pero era pedir demasiado a la vida. Resignada tomé una chaqueta rosa que combinaba perfectamente con mis jeans y mi blusa blanca con la frase "love my life" bordada en la parte delantera.

La puerta de la habitación de Ross se encontraba cerrada. Últimamente ha estado muy distante. Recuerdo la última vez que estuvo así, yo apenas tenía once años.

No lo he visto con Laura, y cuándo he intentado preguntarle me evade. Sé que no debo meterme en la vida privada de mi hermano pero lo hago porque lo quiero.

Me despedí de mamá y papá quien no se había ido a trabajar.

Ellington estaba apoyado sobre su automóvil mirando su celular cuando salí de mi casa.

Apretaba la mandíbula, y su ceño estaba fruncido.

— ¿Sucede algo?—pregunté preocupada. Ellington levantó la mirada y su gesto se dulcificó al verme.

—Nada importante. Sólo que he perdido mi última vida en un aburrido videojuego—respondió y en su boca apareció una sonrisa.

Por un momento dudé de lo que había dicho pero Ellington me tomó por sorpresa, sus manos se situaron en mi cintura, inclinando la cabeza y me dio un corto—pero dulce—beso en los labios.

— ¿Nos vamos?

Asentí con una sonrisa pegada en la cara.





Al igual que Ross, Ellington había estado actuando raro. No era como acostumbraba: alegre y bromista.

No sabía si era por Ross y eso en parte me molestaba.

El trayecto a la escuela fue silencioso.

Cuando Ellington estacionó el auto, le miré y sin vacilación le pregunté.

— ¿Quieres decirme exactamente lo que te está pasando?

En ningún momento me miró.

Apoyé mi mano sobre la suya, con eso supe que estaba conteniendo la respiración.

—Llegaremos tarde a clases—se limitó a decir.

Rápidamente salió del auto, lo rodeó y abrió mi puerta.

De cierta forma me sentía enojada y frustrada de que no me respondiera. Debería confiar en mí. ¡Soy su novia!

—Ellington—traté de nuevo cuando ya estaba fuera del choche.

Intenté no sonar irritada.

—Te veré en el almuerzo—murmuró y lo vi irse.

Me sentía cansada de que todo el mundo me ocultara las cosas. Mis amigos, mi hermano... ¡mi novio!

Solté un bufido y arrastré mis pies al salón de clases.









Fue aburrido y difícilmente logré concentrarme en mis clases.

Mi hermano y los demás iban en el tercer curso. Sólo iba en literatura avanzada porque me fascinaba leer y era muy buena para esa asignatura.

De cualquier forma mi cabeza solo giraba sobre una cosa: saber la verdad.

Ahora me dirigía a la cafetería. Sólo unos cuantos alumnos merodeaban en el pasillo. El profesor de Matemáticas nos había dejado salir antes del sonido de la campana.

Justo cuando doblaba al pasillo que conducía a la cafetería escuché la voz de mi hermano. Me detuve entre los casilleros y presté atención a lo que mi hermano decía a la otra persona en el teléfono.

FULL MOON {Raura/Rydellington}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora