-Acabo de ver a mi papá ─dice Zaides, estamos paradas en el hall del frente, ella está llorando tan fuerte que las palabras salen entrecortadas.
─¿Qué paso? ─digo yo, mamá sale de la cocina, su cuaderno de recetas en una mano, un aspecto distraído en su rostro. El cual se desvanece tan pronto como ve a Zaides.
─Zaides, cariño, ¿qué anda mal? ─dice ella, y Zaides camina hacia mamá y la abraza. Es lo suficientemente alta como para tener que agachar la cabeza para descansarla en el hombro de mamá, pero ella lo hace y mamá me mira a mí. Sus ojos se han ampliado pero no con sorpresa. Con tristeza. Ella sabe, justo como lo hago yo, que solo hay una cosa que puede quebrar a Zaides de esta manera. Zaides deja salir un largo suspiro, temblando, su llanto calmándose, pero sigue recostada en el hombro de mamá.
─No los entiendo ─dice ella─. ¿Por qué no me quieren?
─Oh Zaides, sí lo hacen ─dice mamá, dándole un rápido abrazo─. Es solo que se tienen tanta rabia uno al otro que tu quedas atrapada en medio de ella.
─¿Eso cree?
─Absolutamente ─dice mamá, y su mirada vacila en mi dirección, intranquila.
Ambas sabemos que está mintiendo. Y ambas sabemos que tiene que hacerlo porque la verdad es demasiado horrible para decirse.
─Gracias ─dice Zaides, apartándose de mamá, y por el aspecto de su rostro, ella también sabe que es una mentira─. Lamento haberle llorado encima.
Mamá mueve la cabeza. ─No te disculpes por eso. Sabes que aquí siempre eres bienvenida, aunque hoy me temo que puedas contraer el resfriado de ______.
─Oh, sí, eso ─dice Zaides, dando un paso para alejarse de mamá, parándose en la forma que normalmente lo hace, confiada y sonriente, con los ojos brillantes aunque aún siguen teñidos de rojo─. ¿Cómo estás?
─Ella justo estaba recostada en la sala hablando con alguien por el teléfono cuando llegaste ─dice mamá─. ¿Quién era, ______ Bear?
─Yo no estaba hablando por teléfono ─digo yo. Odio tener que mentirle a mamá pero en este momento tengo que hacerlo.
─Pero escuche... ─dice mamá, y se detiene, con una expresión pensativa por un momento─. Bueno, pensé que te había escuchado hablando. Pero supongo que era la televisión. ─Ella mira a Zaides─. Ya sabes cómo me pongo cuando estoy trabajando en una receta. Las cosas me entran por un oído y me salen por el otro. ¿Puedo traerte algo para beber o de comer?
Zaides niega con la cabeza y me mira a mí. Conozco esa mirada, la mirada de tenemos─que─hablar, y entonces digo:
─Mamá, vamos a subir ¿Está bien?
Mamá asiente y vuelve a palmear el brazo de Zaides. Me da una mirada, una rápida, cuando se dirige hacia la cocina, y puedo decir que ella sabe que yo estaba hablando por teléfono. Lo único que no puedo decir es si sabe con quién. Cuando llegamos a mi cuarto, Zaides dice:
─Estaba sorprendida de que no me llamaras esta mañana. Yo incluso... realmente me puse un poco molesta. Pero ahora deseo no haberlo hecho porque estas enferma y yo... yo lo siento, ______.
─Está bien ─digo yo, caminando dentro de mi alcoba y sentándome sobre mi cama que sigue sin estar hecha. Ahora si me siento enferma, porque Zaides está claramente alterada y aun así está siendo amable conmigo
diciéndome que lo siente y sintiendo mi frente con la parte de atrás de su mano, como lo hace mamá cuando está revisando si tengo fiebre.
─No te sientes caliente ─dijo ella─. No es que yo realmente sepa lo que estoy haciendo. ¿Quieres agua o alguna otra cosa?
Yo niego con la cabeza pero ella me trae algo de todas maneras, y yo pienso en lo que dijo Zayn, que hablará con ella esta noche, que la va a terminar, y en cómo empecé a pensar en él y yo estando juntos. Cómo no pensé en ella para nada. Aunque ahora sí puedo hacerlo.
─Zaides ─digo cuando ella ha regresado, trayendo el agua que me da y luego la pone encima de la mesa de noche─. ¿Qué fue lo que te pasó?
─Yo... yo fui a ver a papá a su trabajo ─dijo ella─. Me salté el último periodo para poder ir pero él estaba ocupado, por supuesto, como siempre lo está, así que tuve que esperar. Me sentía tan estúpida estando ahí sentada, pero entonces por fin pude regresar a su oficina. Y cuando lo hice, él dijo que estaba sorprendido de verme y yo le dije: ¿Qué, no estás sorprendido y feliz?, y él dijo... dijo... ─ella se detiene y baja la mirada hacia sus manos, que están apretadas en puños─. Él dijo que había terminado ─dice finalmente, las palabras salieron en un sollozo, y al principio creí que la había escuchado mal.
─¿Terminado?
─Sí. Él dijo que había terminado conmigo. Va a hacer alguna clase de acuerdo final o algo así con mamá. Le va a dar todo lo que ella quiere y más en respuesta por su promesa que todo el asunto de la custodia, y así fue como lo dijo, (el asunto de la custodia), como si yo no fuera ni siquiera una persona... se ha terminado. Y yo pensé... realmente pensé que eso era bueno. ─Ella se sorbe la nariz. ─Incluso lo dije. Dije: "Entonces se habrá terminado, y nosotros podremos vernos todo el tiempo." Hasta empecé a hablar de su nuevo departamento y de cuánto deseaba poder haberlo visto cuando lo consiguió pero que sería genial poder verlo ahora, y él me miró. Solo me miró... no lo sé. Y entonces dijo "No"
─¿No?
─Sí ─dijo ella─. Así de simple. Dijo "No. Ya no puedo seguir haciendo esto. Las peleas en la corte, los juegos de las visitas, no puedo hacer nada de eso." y yo dije: "Cierto, y ahora se habrá terminado" y él dijo: "Sí, y cuando seas mayor, tal vez podamos volver a vernos, pero ahora, cuando te veo a ti o a tu madre, me doy cuenta que mi vida..." ─ella aprieta sus manos en puños y los presiona sobre sus ojos─. Él dijo que hacíamos que su vida fuera tóxica. La envenenábamos. Eso fue lo que él dijo "Me doy cuenta que mi vida es tóxica" y yo dije, "Pero esa es mamá, no soy yo" y él dijo: "Lo siento, no puedo evitarlo. Cuando te veo a ti, la veo a ella, y todo se siente envenenado" ─ella se comienza a reír, pero no es para nada una risa, es un fuerte y ruidoso sonido de rabia. De dolor. ─Aunque sí dijo que lo sentía ─dice ella, su voz quebrándose. Rencorosa─. Él me dijo que está haciendo todo lo necesario para librarse de mí, pero hey, él lo siente, y tal vez me vea en algunos años.
─Realmente no pudo haberlo dicho en serio.
─Lo hizo. Se ha ido. Como, ido para siempre. ¡Y él es mi papá! ¿Cómo puede dejarme de esta manera?
Yo la abrazo porque no hay nada que pueda decir. No hay respuesta para su pregunta. Es una que ni siquiera debería ser preguntada. Pero Zaides debe hacerlo. Ella debe preguntarlo. Y la injusticia de la respuesta que obtiene... ¿Qué palabras podrían alguna vez llegar a mejorar las cosas?
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La regla no escrita {Zayn Malik}
FanfictionTodo el mundo conoce la regla implícita: No gustes del novio de tu mejor amiga.