Parte 7 STAR LIGTH, STAR BRIGHT

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Cuando Destellos fue mencionada una vez mas, de echo era viernes, sin embargo, Tom pensó que eso fue mas por pura coincidencia que por el echo de que Bill tuviera una correcta nosión del tiempo.

Desde que Bill se habia perdido la semana pasada, Tom no podia evitar sentirse un poco nervioso cuando no lo tenia cerca. No era que se sintiera solo, era solo que, si Bill no estaba con Tom, entonces ¿Donde estaba exactamente?

Si se ponía a pensar en ello, Tom no sabia mucho acerca de Bill. Tom no sabia nada sobre el pasado de Bill, y definitivamente no sabia nada sobre su presente. A Bill le gustaban las cosas que reflejaban la luz y le gustaba hablar sobre las estrellas y tenia amigos con nombres extraños, que por cierto, Tom nunca había conocido. Bill nunca había mencionado nada acerca de su familia o del lugar donde vivía, si es que tenía un algun lugar donde vivir.

Tom estaba mas que seguro que Bill vivía en alguna parte, pero despues de un mes de conocerlo y seis dias de haberlo perdido, estaba decidido a averiguarlo todo.

Así que, sentado en la cocina desayunando cereal un viernes por la mañana, Tom diseñó un plan. Primero llevaría a Bill a su casa con promesas de comida y después se sentarían para tener una platica seria acerca de las condiciones en las que vivía. ¿Bill tenía calefacción, aire acondicionado, agua potable y comida en su refrigerador? Porque Bill estaba demasiado delgado y no era posible que sobreviviera en condiciones menos favorables que estas.

Tom esperaba que a Bill le gustara la pasta.

Ese día, fue al supermercado en vez de irse a trabajar y cuando Bill llegó a su casa esa noche para revisar su basura, Tom estaba mas que listo.

- Vamos adentro. _ Tom le invitó, como ya era de costumbre desde que Bill se había perdido la semana pasada. La estación estaba cambiando a un invierno inusualmente frío y nublado, y Bill lucía demasiado frágil para permanecer afuera. Que era exactamente de lo que hiban a hablar.

- ¡Pero la basura! _ Fué la protesta de Bill, mientras Tom lo arrastraba hacía la puerta principal. Su mano sujeta firmemente al delgado y desnudo brazo de Bill.

Tom rodó los ojos afectuosamente mientras Bill se quejaba silenciosamente y ambos llegaron a la puerta principal - Podrás revisarla mas tarde. La basura no irá a ninguna parte, te lo prometo.


- ¿Lo prometes? _ Bill preguntó, pero eso sonaba a algo más que Bill solo repetipitiendole las palabras de la forma en que a veces lo hacía.

Cuando Tom se dio la vuelta Bill lo miraba con ojos grandes y confiados. El tener los ojos de Bill sobre él de esa manera, concentrados en él y fieles, lo hizo sentirse extrañamente incomodo. - Ah, sí, te lo prometo. _ Tom caminó nerviosamente bajo la intensa mirada de Bill. - Vamos, hoy vas a ayudarme a hacer la cena.

Bill lo siguó obedientemente hacía la enorme cocina. Tom puso una olla llena de agua sobre la estufa y la encendió, el ruido de metal chocando con metal hizo eco en las paredes y Bill inclinó su cabeza extrañado.

Todo en la casa de Adel era demasiado grande y demasiado vacío. Tom se preguntó cómo su abuela había vivido allí sola todos esos años sin volverse loca. Tom se preguntó cómo él había vivido allí los últimos dos años sin volverse loco.

Tom se preguntó si este asunto con Bill lo calificaba como loco.

Probablemente, si.

Bill seguía inmóvil junto a la estufa, mirando con curiosidad como Tom se paraba frente a la despensa, tomando los ingredientes para la comida.

- ¿Sabes que no debes tocar una estufa caliente ¿Cierto? _ Tom preguntó con cautela, mirando por encima del hombro a su huésped.

- Sí. _ dijo Bill, pero aun así, metió un dedo en el fuego de la estufa.

Tom dejó caer rápidamente las cosas que tenía en sus manos en el piso de linóleo, la botella de vidrio de la salsa para pasta se hizo añicos formando un charco de sangre de tomate, y corrió al lado de Bill antes de que su mano retrocediera del fuego como reflejo.

Bill frunció el ceño y metió su dedo en la boca. - Esta caliente. _ informó a Tom.

- ¡Eso es lo que te acabo de decir! _ Tom se quejó, estirando su mano para tomar la muñeca de Bill.

Bill hizo un ruido silencioso en protesta cuando Tom trató de tomar su mano.

- Dejame ver. _ Tom exigió, aunque no tenía la menor idea de qué hacer en caso de una quemadura. Su madre nunca había sido del tipo que hacían mimos y cuando Tom se había quemado por tener dedos curiosos cuando era niño, Donna solo sacudió la cabeza y dijo: "Bueno, eso te enseñara la leccion, ¿cierto?"

Y Tom había aprendido la lección, pero no había aprendido como tratar una quemadura.

Bill dio un paso hacia atrás alejandose de la estufa y Tom se acercó rápidamente para apagar el quemador. - Te voy a curar. _ prometió, aunque no estaba seguro de cómo hacerlo. - Solo déjame ver, Bill.

Tom tiró de nuevo de la muñeca de Bill y esta vez Bill lo dejó, liberando el dedo de su boca. Sin embargo, Bill no parecía entender las intenciones de Tom, porque en lugar de permitirle a Tom examinar sus dedos quemados, Bill empujó su mano hacia adelante y presionó la piel húmeda contra los labios de Tom.

- ¡Hey! _ Tom protestó involuntariamente, que por cierto no fue lo mas inteligente, porque entonces el dedo de Bill traspaso sus labios.

La piel de Bill se sentía suave y resvaladiza por la saliva, la punta de su dedo presionaba contra el paladar de Tom. Tom con mucho cuidado trató de no morderlo a pesar de su sorpresa, y en su lugar tomó la muñeca de Bill firmemente y alejó su mano.

- Así no era como te hiba a curar _ dijo Tom, lamiendo la humedad de su labio superior.

Bill se encogió de hombros tranquilamente y se volvió para examinar el techo. Tom tragó saliva nerviosamente y se apresuró a tomar una manzana de la mesa y la mordió antes de que pudiera decidir exactamente a que sabía Bill.

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Habían preparado sandwiches para la cena. Bill sostenía el suyo de forma extraña, con el pulgar y el dedo medio de cada mano.

- ¿Por qué haces eso? _ Preguntó Tom. - ¿Aún te duele el dedo? _ Se sentía extrañamente contento teniendo a Bill sentado frente a él, luciendo feliz, cómodo y tan extraño como siempre.

Bill le dio una cuidadosa mordida a su sandwich e interrogó a Tom arqueando una ceja.

- Esto. _ Tom aclaró, imitando la manera en que Bill sostenia el sandwinch con sus propios dedos.

Bill no respondió, se limitó a sonreír y masticar despacio, mientras miraba a Tom con evidente aprobación.

Tom sacudió su cabeza y sonrió. Ambos se sentaron en la antigua mesa de la cocina de su abuela, comiendo sandwiches de mantequilla de maní y jalea, sosteniendolos con dedos cuidadosos.

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Más tarde esa noche, Tom fue capaz de determinar que Bill en realidad tenían un lugar donde quedarse, aunque Bill era bastante impreciso en decir dónde se encontraba. Al parecer, compartía un lugar con Kasimir y Bill le aseguró a Tom muy seriamente que en su lugar de residencia había muchos muros, lo que Tom supuso, era una cosa muy buena. Tom quería preguntarle a Bill si podía ver el lugar por sí mismo, solo para asegurarse de que realmente fuera seguro, pero no lograba encontrar la manera de hacerlo y al final sólo terminaron sentandose en la sala para otra ronda de video juegos.

Bill se había encariñado rápidamente con los juegos llenos de colores, efectos de sonido y música a todo volumen. Tom pensaba que la parte favorita de Bill era la música por la forma en que meneaba la cabeza y tarareaba.

Tom quería mostrarle a Bill la Gibson para la que había ahorrado cuando era adolecente con la ayuda de su abuela, quería tocar y ver la cara de Bill mientras absorbía la música. Él quería hacerlo, pero al mismo tiempo algo se lo impedía.

¿Que tal si a Bill no le gustaba el sonido? ¿Qué tal si Tom realmente nunca hiba a ser una estrella de rock?

- ¿Adónde vas? _ Tom preguntó cuando Bill se levantó bruscamente, aunque Tom no estaba seguro de por qué se había molestado en preguntar. Bill siempre se iba abruptamente, nunca se despedía ni siquiera con la mano, ni tampoco miraba sobre su hombro mientras se iba. Lo que era casi reconfortante, porque Tom sentía que eso significa que Bill estaría de regreso al día siguiente. Eso o tal vez que Bill tenía malos modales, lo que Tom no podía reprocharle, teniendo en cuenta su condicion.

Bill se detuvo y se volvió al oír la voz de Tom, a mitad de camino a la puerta y se quedo de pie mirandolo extrañado. - Voy a ver Destellos los viernes.

- Ya lo sé. _ dijo Tom, poniendose de pie también. - ¿Es viernes?

Bill levantó una ceja, dandole a Tom una mirada que dejaba ver que pensaba que Tom era bastante tonto.

¿Entonces si es viernes? _ Tom concluyó. Bill asintió con la cabeza, mirando entre Tom y la puerta cerrada con una mirada reflexiva en su rostro que Tom no había visto antes, pero que le hacía sentir que se estaba encariñando. Tal vez más que eso.

- Entonces... Creo que nos veremos luego. _ dijo Tom, luchando por no fruncir el ceño. No podía sentirse así, unido y necesitado. No podia sentirse así por nadie. No podía sentirse así por Bill.

- Pero podrías verme ahora. _ dijo Bill. - ¿Por qué verme más tarde? ¿Por qué no me ves ahora y mas tarde también? _ Dio un paso adelante para envolver los dedos alrededor del brazo de Tom y dirigió a ambos hacia la puerta.

Tom dejó que Bill tirara de él sin poner resistencia. - ¿A Destellos no le importará?

- ¡Por supuesto que no! _ Bill exclamó. - Yo le hablo de ti todo el tiempo.

- ¿De verdad?

Bill asintió con la cabeza para animarlo. - Claro. Y le caes bien, obviamente. _ "Obviamente" como si Bill pensara que todos los que habían conocido a Tom o siquiera habían oído hablar de él, no pudieran evitar que les cayera bien.

Era un voto de confianza alentador, aunque fuera completamente incorrecto.

- Creo que tendré que conocerla, entónces. _ dijo Tom, dejándose arrastrar a la puerta.

Tom no estaba seguro de adonde se dirigián, a la ciudad tal vez. Pero no se dirigieron ahi, por supuesto, porque Bill nunca hacía lo que Tom pensaba que haría. Los dos caminaron junto al otro en la oscuridad, Tom miraba de reojo a cada momento las facciones afiladas de Bill iluminadas por las farolas incandescentes.

Distraído por los pómulos ligeramente prominentes de Bill y sus dedos huesudos aún envueltos cómodamente alrededor de su muñeca, Tom no se dio cuenta adónde iban hasta que sus pies tocaron la tierra, aplastando la hierba bajo sus zapatos.

El parque tenía poca iluminación. Era difícil ver a Bill, pero él parecía saber a dónde iba, arrastrando a Tom felizmente. Tom trató de no imaginarse a Bill caminando solo de noche por esos lugares.

- ¿Estás seguro de que vamos por el camino correcto? _ Preguntó Tom cuando comenzaron a subir una colina grande en el borde exterior del parque. Tom estaba bastante seguro de que no iban a encontrar nada, o más específicamente a nadie, esperandolos en la cima.

Pero Bill parecía muy seguro, solo movió su dedo pulgar para acariciar los nudillos de Tom, mientras se dirigían hacia la colina cubierta de hierba. Tom no se ruborizó, porque Tom era demasiado varonil para ese tipo de cosas, y además... además...

- Allí. _ dijo Bill, apuntando hacia el cielo oscuro y el smog. Tom no veía nada. - Es Destellos.

- ¿Dónde? _ Tom volvió la cabeza para buscar alrededor de ellos.

- Allí. _ Bill tiró del brazo de Tom hacia arriba para que ambos apuntaran al cielo. - Es aquella.

Tom frunció el ceño, entrecerrando los ojos en la oscuridad, sin saber lo que estaba buscando. - ¿Qué?

- La mas brillante.

Forzó su vista lo mas que pudo, pero todo lo que Tom podía ver era la noche, el cielo, las estrellas y un avión que pasaba y...estrellas. - Destellos ... _ dijo Tom, ahora por fin entendía. - ¿Destellos es una estrella? ¿Destellos es el nombre de una estrella... con la que hablas?

- No es cualquier estrella, es mi estrella. _ Bill insistió, liberando el brazo de Tom. - Destellos.

- Mierda, Bill ¿en serio? Tom estiró el cuello para ver mejor, de alguna manera supo exactamente a cuál estrella se refería Bill.


- Ella brilla. _ Bill parecía tan seguro de ello, Tom simplemente no se atrevía a decir nada acerca de hacer amistad con estrellas en el cielo y ponerles nombres ridículos. - Igual que tú, Tom.

Bill se acerco un poco mas y ambos permanecieron allí de pie, en un pequeño parque en una ciudad llena de smog, mirando juntos hacia el cielo.

La estrella de Bill no era la más grande ni la más brillante en el cielo, pero mientras Tom mas la miraba, más parecía brillar.


THROUGH HIS EYESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora