Marca de Sangre

Capítulo 11- Los túneles

N/A: ¡HE VUELTO! Tengo algo de tiempo esta mediodía por lo que he escrito un capítulo. ¡Disfrutar de él!

VANESSA

"¿Vanessa?" Oí telepáticamente.

"Jack." Estaba sorprendida. "¡Jack! ¡Jack!"

"Tranquilizate tesoro, no es bueno para el bebé."

Todos preocupados por mi salud, puede que esté embarazada, ¡pero no significa que soy minusválida! ¡Lo último que me hacía falta es dormir y caminar entre almohadones de medio metro!

"Él y yo estamos bien, ¿y tú?"

"Con la increible compañera de Alex."

Ahí me puse celosa.

"¿Cómo que INCREIBLE?"

"¿No estarás celosa?" Preguntó preocupado. ¡Pues sí lo estoy! ¡Llevo dos semanas sin verle y le echo mucho de menos! Pero no lo voy a admitir; los vampiros son famosos por su ego.

"No cambies de sujeto." Le amenacé.

"Solo me interesas tú. Es solo que... tiene unas 'amistades' bastante... digamos, 'extrañas'." Admitió.

Iba a preguntarle por que eran extrañas cuando Alex me llamó.

"Pregúntale por qué no puedo contactar con él."

Estaba sentado en la silla de su escritorio, con aspecto cansado y con unas ojeras muy oscuras, que contrastaban bastante con su pálida piel.

"Creo que aquel individuo del que tomé sangre tenía algo en sus venas que hace sentarme más dévil. Por lo demás, genial."

"¿Y qué tal está ella?" Pregunté por la compañera.

"¿Beth? Caminando delante mío. Creo que tiene hambre, y mucha. Estoy preocupado por su salud, no se cuando saldremos de aquí. Dile a Alex que se acerque con varios guardas a la desembocadura del Támesis, cerca del mar. Estos túneles dan único acceso a la mar. Tengo que dejarte, estoy cada vez más dévil. Cuidaros..."

Y se cortó la comunicación. Quería hablar otra vez con él, pero me era imposible.

BETH

Jack parecía distraido, en otro mundo. Caminabamos todo recto por un asqueroso y malhoriente (todo hay que decirlo) túnel con desembocadura cerca del Támesis.

Tengo hambre y estoy muy sucia. Ya sé que estoy siendo quejica, pero huelo a sudor de dos semanas o más. ¡Unos quince días y pico sin ducharme!

Miré un cartel colocado a un lado del túnel: 15 km hasta el final.

"¿Tienes hambre?" Me preguntó Jack.

"Sí, pero si piensas que voy a beber de tu sangre para alimentarme, estás loco. Yo soy humana."

Y ahora para complementar, estoy de un humor inmejorable.

Caminamos unos diez minutos (mi reloj mental, que por cierto es muy poco fiable) cuando volvió hablar.

"A tí tampoco te vendría mal una ducha." ¿Vale? ¡Ya sé que estoy sucia!

"Gracias, a tí tampoco te vendría mal un lababo de boca." Le encaré.

"No me malinterpretes mal, lo digo porque estamos cerca del mar.

Miré a un lado, donde ponía otro cartel: 1 km.

Me quedé quieta.

"Aún queda un kilometro hasta el final." Y señalé el cartel.

Él pareció sorprendido y miró atrás.

"Entonces ese ruido..."

Fue cuando lo oí. Una gran masa de agua surcaba a gran velocidad por el túnel.

"¡Corre!" Me gritó.

Pero la corriente de agua ya estaba encima.

Golpeó con fuerza a Jack, dejándole inconsciente. Yo, desesperada y aterrorizada, le agarré de la mano, arrastrándole conmigo. El agua me zarandeaba de un lugar a otro. Yo intentaba respirar cada vez que podía salir a la superficie. Sabía que Jaack no necesitaba oxígeno, por lo que me ahorraba más trabajo.

Ibamos a gran velocidad. Me dolía la cabeza, los pulmones y mis piernas y brazos por el gran esfuerzo que hacía.

Otro cartel: 0,5 km. Tengo que conseguirlo, lo conseguiré.

El agua estaba sucia, contaminada. Algo se clavó en mi pierna y la rajó. Chillé del dolor, y bebí sin darme cuenta del agua contaminada. ¿Qué había sido eso? Había inutilizado una de mis piernas y el esfuerzo era casi inimaginable.

De repente, sentí cómo mi cuerpo caía a gran velocidad durante unos poco segundos, y me solté de Jack. Estaba agotada, había llegado a mi límite.

Me sentí empujada hacia el fondo del mar, hacia mi inconsciencia, mi muerte. Había luchado en vano...

ALEX

Estabamos todos al lado de la desembocadura buscando la salida del túnel.

Oí varios gritos de mis guardias y un torrente de agua.

"¡Al agua todos!" Ordené.

Me metí en el agua salada y buceé con frenesí. Mi mano ardía, incluso brillaba.

El fondo estaba sucio, lleno de residuos y objetos afilados. También podía distinguir un líquido azul, verde, amarillo y ¿granate?

Y sabía a sangre. Sangre deliciosa y humana.

Nadé con más fuerza hacia el fondo y ví a una mujer con una larga cabellera negra, cuya marca era idéntica a la mía y brillaba. Mi compañera.

La cojí entre mis brazos y nadé con fuerza hacia la superficie.

La reanimé y pude ver sus únicos ojos morados.

"Alex." Susurró.

"Todo está bien. Estás a salvo."

"La pierna..." Fue cuando baje la mirada y noté la sangre salir de sus pantalones vaqueros. La herida era profunda, desde encima del muslo derecho hasta el tobillo.

Me levanté de la arena con ella en brazos y me encaminé hacia uno de los coches que nos esperaban. En otro de ellos se encontraba mi mejor amigo Jack, inconsciente.

Empezé a notar su cuerpo más caliente de lo normal, y empezó a tiritar; tenía fiebre y la herida de la pierna muy infectada.

De camino a casa marqué el número de nuestro doctor.

"Te necesito inmediatamente en mi mansión."

"Sí señor."