Capítulo 7 - Carpe Diem

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*Narra Dylan*

Ya era viernes por la tarde, se me habían hecho eternos esos días, tenía ganas de que llegase la fiesta y desconectar un poco.
En estos dos días, mi relación con Thomas ha mejorado un poco,  ya no es tan callado conmigo y realmente no es tan mal chico. Estuve por la tarde con Thomas, aprovechando para avanzar con el trabajo, estuvimos hablando, esta vez me habló de su familia. Su padre tenía problemas, le pegaba a él y a su madre, hasta que ella se hartó y le denunció.

-Vaya, lo siento mucho- Le miré cuando me contó eso, parecía triste y a punto de llorar, así que hice lo que tenía que hacer.

-Eh, sh, sh, tranquilo ¿vale?- Le atrapé entre mis brazos, intentando que dejase de llorar.

-Todo eso ya ha pasado, tranquilo, él no te volverá a hacer daño.- En ese momento, puse le mis manos en el cuello como si fuese a besarle, pero simplemente para obligarle a que me escuchase, en ese momento algo entró dentro de mi cuerpo, de mi corazón, de mi mente, de mis sentimientos.

Dejó de llorar, me miró y sus mejillas se volvieron de color rojo.
Thomas me escuchó y asimiló, hasta que finalmente me abrazó también, dejando escapar una minúscula sonrisa de alivio.

La tarde la pasé descansando por el campus con Ben, Winston y una chica, se llamaba Teresa, creo recordar que es la chica con la que Alice hacía su trabajo de BioQuímica. La verdad, era la primera amiga que tenía allí. Estuvimos hablando sobre la fiesta de mañana, sobre cuanta bebida comprar, comida, invitados...

-¿Os apetece venir a comprar conmigo las cosas para la fiesta?- Nos preguntó Ben, dirigiéndose a Teresa, Winston y a mi. A lo que todos respondimos afirmativamente.

-Dylan, ¿te importaría que después de comprar me acompañases a mi casa? Eres el único nuevo, los demás saben donde está mi casa, pero tú no te conoces Dallas, así que si quieres podemos ir.- Ben es uno de esos chicos que aunque acuden a un instituto internado, no vive en él, si no que cada día tiene que ir por si mismo.

Fuimos a comprar al supermercado y cogimos bastantes vasos, vasos de cubata, platos de plástico, bandejas, bebidas alcohólicas y bebidas gaseosas, aparte también compramos algo de comida para tentempiés.

La familia de Ben era adinerada, así que gastó bastante en alcohol, unos 200 euros o más, pues iba a ir bastante gente y el alcohol en las fiestas volaba.

-Bueno, ya hemos terminado de comprar, ahora vamos a ir a casa y así ves el camino.-

-Vale y así de paso te ayudo con los preparativos con la fiesta.- Aunque quería ir a casa, quería hacer amigos y Ben parecía ese tipo de gente que podría llegar a convertirse en un gran amigo.

Su casa no estaba tan lejos, tan solo a un par de manzanas de mi casa.

*Narra Ben*

Estábamos en mi casa, cuando abrí la puerta, permitiendo a Dylan que entrase antes que yo, nada más ni nada menos que por cortesía y ser buen anfitrión.

-Pasa Dylan, no hay nadie, las bolsas las vamos a llevar a la cocina, es la puerta de la izquierda. Acompáñame al garaje, vamos a traer el equipo de música, yo traigo el equipo y tú vas trayendo los altavoces. Vamos ven.- Le conduje al garaje, se accedía o bien por la puerta principal del garaje o por una que hay cerca de la entrada de la casa.

Dylan estaba un poco callado, él solo se había limitado a asentir y a seguirme por toda la casa.

Dios, no me lo puedo creer, tengo a Dylan O'Brien en mi casa. Pensamientos estúpidos y obscenos pasaron por mi cabeza en ese momento, pero me centré, pues yo sabía que él era heterosexual y no tenía posibilidades de que algo ocurriese entre nosotros. Yo que me iba a arrepentir de hacer lo que iba a hacer, pero no podía morir sin antes haber hecho esto.

Cara a CaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora