Capítulo 12 - Transformación

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*Narra Dylan*

Era algo que me ardía por dentro, que me quemaba, pero yo seguía penetrándola, hasta que giré por unos instantes la cabeza hacia donde había lanzado mi ropa.

Me quedé en estado de shock. Allí se encontraba de nuevo Thomas... Sentado, con mi ropa doblada en sus piernas. El llevaba una camiseta que decía 'Por favor, Dyl, Por favor' y a la vez me dirigía un gesto de negación. Eso me alteró bastante... y juntándose con el ardor que sentía en mi cuerpo, comenzaba a ser insoportable. Comencé a tener hiperventilación de nuevo, flojamente, hasta que Alice se levantó para ver que ocurría.

-Dylan, ¿Pero qué te pasa? Estamos follando joder, al menos préstame atención, al menos...- Me dedicó una cara de enfado. Yo en cambio no dije nada, ignoré por completo a Thomas y seguí penetrándola, cada vez con más intensidad. Alice se aferró a mi cuello con fuerza y de repente tapó mi boca y mordió mi cuello, no con fuerza pero si con ganas, sintiendo un dolor incontenible, dando la casualidad de que en ese momento iba a correrme. Fue el orgasmo más intenso y doloroso que habré tenido jamás. Alice se levantó y me retuvo en la cama, enrollando su camiseta y poniéndomela en la boca, intenté gritar, pero no podía, la camiseta me lo impedía. Sus manos estaban sujetando fuertemente mis muñecas y su cuerpo ahora parecía pesar toneladas, estaba completamente inmóvil. Sentía todo mi cuerpo arder de una manera sofocante, como si tuviese el sol dentro de mí. Notaba ese flujo recorrer cada parte de mi cuerpo de pies a cabeza, sentía como algo cambiaba dentro de mi, haciéndome retorcerme de dolor. No podía más, sentía que me faltaba el aire, se me nublaba la vista. Finalmente cerré los ojos y todo se calmó. Noté como la presión de las muñecas desaparecía, me estaba desmayando o muriendo, no sabía con exactitud cuál de las dos, porque mi cuerpo no respondía, estaba fallando en sus funciones, acabé sin oxígeno, cuando noté un último mordisco que me despertó de esa oscuridad y me hizo gritar para luego frenarse en seco.

-Tranquilo, shh, ya está...- Me decía Alice, acariciando mi rostro muy lentamente.

-Casi te mueres, pero he hecho lo correcto, si no llego a morderte esta última habrías muerto. Se que te preguntarás que qué te he hecho y... supongo que ya habrías notado en ese día que no soy muy humana que digamos. Te he transformado en vampiro. Es una especie de castigo eterno que te mereces por hacerme todo lo que me haces. Tendrás que aprender a lidiar con tu sed de sangre y aprender a controlarte, está en tus manos controlar a quién matas, quizá mates a la persona equivocada...- Dijo con media sonrisa. Finalmente me quitó la camiseta de la boca. Me sentía más ligero, más fuerte. Mis ojos habían cambiado, estaban de un tono rojizo similar a la sangre
y sentía un hambre voraz. En un abrir y cerrar de ojos ya estaba en pie, la velocidad y facilidad con la que podía hacer las cosas era increíble. Podía sentir el más mínimo movimiento, sonido o cualquier cosa viva moverse, mis sentidos estaban muy agudizados.

-Ahora yo me voy, a ver si con suerte matas a Thomas.- Su risa se metió en mi cabeza, haciendo que una ira sin control se abalanzase sobre ella, tirándola con gran fuerza contra la pared. Quebrando la zona de impacto y haciendo pequeñas grietas sobre ella, pero rápidamente ella contraatracó, haciéndome volar hacia la cama.

-Tranquilo, estoy seguro que lo dominarás. Tu eliges, pero elige con cuidado si no quieres perder lo que amas.- Abrió la ventana y pegó un brinco, como si fuese lo más natural. Me asomé, viendo como se deslizaba suavemente por los cristales del edificio, como si estuviese andando, por suerte era de noche y no la vería nadie.

Me dirigí hacia la puerta, en contra de mi voluntad, algo me empujaba hacia la calle, la sed de sangre.

La calle no estaba desierta, pero yo era nuevo con todas estas emociones, empecé a correr lo más rápido posible, oliendo todos y cada uno de los olores que había. Todos eran tan suculentos... No podía decantarme por ninguno. Seguí corriendo hasta encontrarme con lo que parecía una discoteca, que daba a un callejón. Había varios chicos, subí a lo alto del edificio de la discoteca y sigilosamente, como un león esperando a su presa, me puse de rodillas en el borde. Uno de ellos estaba orinando, era el que menos edad tenía al parecer, era mono, pero mi instinto no se detenía por nada, su olor era deliciosamente exquisita. Mientras el chico orinaba, sus amigos fueron hacia la discoteca, dejándole solo. No esperé mucho mas, sigilosamente, me lancé en picado contra el, sujetándole fuertemente el cuello, para evitar que gritase. No estaba haciendo fuerza y su cuello sonaba a punto de romperse. Le miré fijamente.

-Tranquila monada- me puse en pie y le mantuve en pie con la mano en el cuello.

-Tú no irás a ningún lado.- Una sonrisa se me dibujó y le di un corto beso de despedida, no se podría considerar beso, pero le di ese corto beso y me lo llevé a la oscuridad.

-No lo hagas porfavor... Haré lo que quieras.- El chico intentó cualquier cosa para que parase, intentó tocarme, agarrándome del culo, seguramente pensaba que le soltaría. Noté como me tocaba...

-¿Ah si?- Le agarré del paquete. Sus palabras eran tentadoras, pero mi instinto era más fuerte que eso y había algo más, un sentimiento que no podía identificar.

-Lo siento, pero... ya tengo un amor.- Cada una de las cuatro ultimas palabras las dije dando un mordisco por cada una de ellas, finalmente le asesté una mordida brutal en el cuello. Su sangre en contacto con mi cuerpo hizo que mi instinto de depredador creciese, teniendo más ganas de sed. Absorbí hasta la última gota de su sangre, su cuerpo quedó completamente blanco pálido. Paré en seco un momento, pensando lo que acababa de decir, ¿un amor? Puse mis manos en mi cabeza, negando y gritando. Hasta que pude identificar un nuevo olor, putrefacto detrás de mi...

-Suelta eso chupasangre.- Dijo una voz en la sombra. Me fue sencillo poder encontrarle, por su olor. Sólo se veían unos brillantes colores ámbar o amarillos, dependía del punto de visión, que me miraban. Ese rostro se acercó, saliendo de las sombras, era un simple humano, mediría 1'80, tenía el pelo negro y llevaba una cazadora de cuero negra. Solté un rugido, enseñando mis dientes, mi instinto animal se abalanzó sobre el, pero fui apartado con un simple golpe.

-Cálmate, no me obligues a matarte, no sería la primera vez que matase a uno de tu especie.- Al oír eso me eché hacia atrás.

-Puedo ayudar a controlar tu sed- Mi enfado y mi furia disminuyeron poco a poco, escuchar eso me tranquilizó.

-¿Quién eres?- Dije poniéndome en pie y caminando hacia el.

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Hola 😍antes que nada, FELIZ AÑO NUEVO ;).

Bueno, bueno, ya dije que en la serie habría personajes de otros sitios, pero eso no afecta al final :) que sigue siendo DYLMAS. Espero que os esté gustando tanto como a mi, os quiero, pronto actualizo. <3

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Actualización 16/03/2018
-Corrección de faltas

PD: Realmente esta idea de añadir poderes me gustó mucho en 2016, pero ahora no la veo necesaria, así que seguiré un poco la historia con ella, pero intentaré deshacerme de ellos lo antes posible para que no se pierda la esencia de Maze Runner.

Cara a CaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora