Capítulo 19 - El camino a la salvación

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*Narra Ava*

Instalaciones subterráneas de C.R.U.E.L.
Dallas, Texas.

Las antiguas instalaciones de C.R.U.E.L. se encontraban bajo el instituto/Internado de Dallas, dirigido por la ministra Ava Paige, que actualmente trabaja de docente.

Un empleado se acerca y anuncia:

-Hemos recibido informes de una masacre a nivel global, el mismísimo infierno, el fin del mundo.-

-Dr. Janson, especifique mejor el problema.- Dije con tono sereno mientras tomaba una taza de café.

-Sra Ministra Paige, el sol va a carbonizar la mayor parte del planeta, expulsando tormentas jamás antes vistas, la raza humana se extinguirá con ello.- En cuanto escuche de qué trataba aquella noticia abrí los ojos como platos.

-Mierda, esperaba que esto ocurriese, pero no tan rápido. Ahora entiendo estos cambios bruscos de temperatura. El sol ha dejado de calentar momentáneamente para expulsar una llamarada de miles de grados.- Según veía el informe en la tablet, no podíamos hacer mucho.-

-Lo que ocurrirá en el momento de las llamaradas, será que todo ser que no esté cubierto o bajo tierra se asará, después de este fenómeno se espera que pasadas 48 horas la temperatura haya variado, pero también se espera que la temperatura media de la tierra cambie.-

-Bien, ya sabéis como proceder ante esta situación, estad preparados, después de esto tendremos que irnos.-

-Otra cosa que debemos tener en cuenta, con el debido respeto, es que la mayor parte de la tierra tiene posibilidades de sobrevivir, el problema de que eso pase es que todo el mundo se parará y no producirá más comida, por lo cuál se agotarán en semanas si no hacemos algo.- Este dato no lo esperaba, iba a hablar pero justo se me adelantó Teresa.-

-Tengo la solución a la escasez de alimento, no está bien moralmente pero es la única solución que veo. He estado trabajando con un virus que al inhalarlo se va directamente al cerebro, lentamente te va destrozando la zona letal y finalmente mueres. Cabe decir que no lo he probado en un sujeto humano y que los resultados pueden variar.- La idea de Teresa me parecía horrible, pero había que pensar en la supervivencia humana y solo ganan los más fuertes.

-Está bien, se someterá a votación con el consejo de C.R.U.E.L. y el presidente del gobierno. Por favor, inicien la llamada con el presidente en modo urgente.-

Después de media hora de contarle todo el problema al presidente, las soluciones, preguntas y respuestas, finalmente cedió, y no solo eso, se comprometió a crear un alojamiento para salvar al mayor número de personas posibles de las erupciones solares. El nombre de la ciudad sería Denver y estaría dirigida por C.R.U.E.L desde el centro.

Minutos más tarde de haber hablado con el presidente...

-Teresa, quiero que te pongas de inmediato a crear réplicas del virus listas en para ser lanzadas vía aérea. A partir de ahora dormirás y comerás aquí hasta que las erupciones solares ocurran.- Comencé a recoger mi abrigo mientras me quitaba la bata blanca y la colgaba en un perchero que había al fondo de las instalaciones.

-Pero no puedo hacer esto yo sola y en ta poco tiempo.- Replicó Teresa.

-No vas a estar sola, te traeré ayudantes, les tendremos que borrar los recuerdos e implantarles nuevos. Así que ve preparándolo todo para la operación.-

Agarré un micrófono y alerté al laboratorio entero.

-Al habla la Ministra Paige, preparen un Iceberg y soldados, vamos a por nuevos ayudantes.- Enseguida habían dos filas de cinco soldados preparados para salir.

Nos dirigimos al ascensor que nos llevaría al ático,  que realmente no era un ático, era una sala encima de las instalaciones con techo falso metálico camuflado con el ambiente de fuera, el cual se abría para meter los Icebergs.

La compuerta se abrió y dimos comienzo a la misión de búsqueda. El primer sujeto sería Ben Sheffield, un coeficiente alto, proezas en Física y Química, Biología y Tecnología, un candidato perfecto. El segundo sujeto, Aris Jones, proezas en Educación Física por Resistencia, Física y Química, Biología y una alta capacidad de persuadir y manipular la mente humana. Tercer y último sujeto, Dylan O'Brien, proezas en todos los ámbitos escolares, alta capacidad de la amistad, de lucha, de liderazgo, actualmente se encuentra en paradero desconocido.

-Sra. Paige, primer sujeto localizado.-

-Disparad el dardo-

El sujeto cayó inmóvil a los segundos después de ser disparado. Se desplegó una cuerda del Berg y un soldado bajó a agarrarle.

-En marcha, no hay tiempo que perder.-

El segundo sujeto fue tan sencillo como el primero y se realizó el mismo procedimiento.

Estábamos camino a las instalaciones, aterrizando en el ático. Rápidamente los sujetos fueron llevados al laboratorio, puestos en cama y anestesiados de nuevo.

Teresa comenzó la operación y en menos de media hora ya había terminado con los dos. Se les quitó la anestesia y se esperó a que despertasen. Al cabo de diez minutos ambos despertaron con una diferencia mínima de tiempo.

Se le explicó a cada sujeto la información necesaria y su misión, ambos se pusieron en marcha con la misión de propagación del virus.

-Localizad a Dylan, le necesitamos, vivo.- De inmediato se pusieron a patrullar la ciudad en busca de Dylan.

-Volveré al internado, en cuanto vuelva mañana quiero todo listo para los próximos días.-

Subí al ascensor y apreté el botón que me llevaría al ático. Cuando estaba fuera, pude contemplar como había bajado bruscamente la temperatura a bajo 0 y todo estaba lleno de una gruesa capa de nieve.

*Narra Thomas*

Volví a despertar en aquella habitación apagada y solitaria. Tenía claro lo que tenía que hacer. Comencé a vestirme y me preparé para escabullirme. Abrí la puerta y salí discretamente para que nadie sospechase nada. Me puse a buscar la sala en donde guardaban las medicaciones, antibióticos, etc. Me costó un largo rato encontrarla pero finalmente di con ella, pero había un problema, necesitabas una identificación. Lo que haría sería esperar a que alguien entrara y abatirlo. Espero un rato hasta que finalmente un enfermero entró, rápidamente me escabullí tras él y con la cadena que tenía le rodeé el cuello, apretando con todas mis fuerzas. El enfermero se retorcía y se agarraba del cuello, hasta que finalmente cayó al suelo.

Comencé a buscar varios tipos de pastillas, agarré un bote y miré lo que había hecho. Había matado a una persona inocente. Comencé a lamentarme y dejé caer las pastillas y salí corriendo como pude.

Estaba cruzando la carretera, camino del bosque que llevaba al internado.

La herida del pecho me comenzó a sangrar de nuevo, eso significaba que se había vuelto a abrir por los esfuerzos que estaba realizando al correr. La camiseta se me comenzó a ensangrentar y comenzó a dolerme, me apreté la herida para evitar sangrar más.

A trescientos metros se podía apreciar la edificación del internado.

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Jamás creí que me iba a gustar tanto el camino de esta historia, al principio la veía demasiado erótica, pero está quedando muy bien, espero que os esté gustando, se acerca algo grande ❤️.

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