21. Por qué no?

16 2 0
                                    

-
Tres meses antes

Paola

Después de discutir por media hora sobre qué ordenar, nos decidimos en pedir una pizza de solo queso. Yo quería una vegetariana y él quería una de extra pepperoni, así que acordamos una sin nada. Luego nos pusimos a buscar en Netflix algo que ver, él quería una de acción y yo quería una de comedia, así que nos decidimos ver una de misterio. Es como si no nos pudiéramos decidir en nada de lo que hiciéramos, pero no me molestaba. Era divertido discutir con él por cosas tan superficiales.

Cuando terminamos de ver la película y comer la pizza, y después de que él estupido de Daniel haya limpiado el orégano que regó en mi sofá, nos acostamos en el piso de mi cuarto, lado a lado, viendo mi pintura en el techo.

-No quiero ir al colegio mañana.- susurro.

-Tienes que ir.-

Pongo los ojos en blanco. -Por qué?-

-Eres la única amiga que tengo ahí.- dice coqueto. Cuando lo miro me está sonriendo burlonamente. Sé que lo dice para molestar, pero igual me encanto oírlo.

-No seas idiota- le pego suavemente el el brazo. -Es enserio. No quiero ver a nadie mañana.- digo con tono más serio. -Solo me puedo imaginar las pendejadas que estarán diciendo sobre mi. Todos esos horribles rumores, todo el mundo hablando de mi, de lo perra que soy, de lo...- mi respiración está completamente agitada cuando Daniel pone su mano encima de la mía y me mira preocupado.

-Esta bien, tranquila. Todo va a estar bien, nada te va a pasar. Solo son personas que ni siquiera te conocen, no hay nada de qué preocuparse. Respira.-

No sé que me está pasando. No quiero ir mañana al colegio. En realidad, no quiero volver nunca. Por qué tuve que ser novia del chico más popular del colegio? Sé que suena horrible y pesado cuando lo pienso pero es verdad. Todo el mundo habla sobre el. Y ahora todo el mundo va a hablar de la perra que lo dejo cuando el declaró su amor enfrente de todo el colegio. Cierro los ojos fuertemente. Esto no puede estar pasando.

-Paola- dice Daniel, sacándome de mis pensamientos. -Tranquila. Mira, por qué vas a la escuela?- me pregunta cómo si fuera mi profesor de historia.

-Porque no madre me obliga?-

El sonríe. -No. Por qué vas a la escuela?-

-Para escapar de mi madre por al menos siete horas diarias?-

Daniel frunce el ceño, pero igual sonríe. -No. Por qué vas a la escuela?-

Pongo los ojos en blanco. -Para estudiar?-

-Exacto.- sonríe. Eso fue tan bobo que me empiezo a reír fuertemente y Daniel me sigue. Los dos reímos a carcajadas hasta estar buscando por aire.

-Ya enserio.- dice Daniel aún con una pequeña sonrisa. -Vas a la escuela a estudiar, no para preocuparte lo que piensen un montón de imbeciles que no tienen vida propia suficiente y se la pasan hablando sobre las de los otros.-

-Gracias.- sonrío.

Daniel me ve por algunos segundo, que parecen que duran para siempre, con una mirada que no puedo descifrar. Antes de que me de cuenta, Daniel está recogiendo rápidamente sus cosas y largándose de mi casa como si tuviera la plaga.

Yo sigo en el piso confundida mientras él se mueve por todas partes.

-Que te pasa?- le pregunto.

-Nada.- dice cortante. -Me tengo que ir.-

Frunzo el ceño. Que mierda está pasando? -Por qué?-

-Por qué si, ok? Tengo una vida.- dice sin mirarme.

Por qué está siendo tan idiota? -Como quieras.- yo también me levanto del piso y bajo las escaleras hasta llegar a mi puerta principal. Segundos después Daniel me sigue, se queda parado esperando a que abra la puerta.

Con el ruido horroroso que hace le abro la puerta sin mirarlo. El tampoco me mira solo dice -Adiós.- mientras camina rápidamente a su carro.

Que mierda acaba de pasar?

-

El día siguiente cuando me despierto siento una horrible sensación en mi estomago. Me levanto corriendo hasta al baño cuando me doy cuenta que estoy vomitando todos mis adentros. Verga.

No puedo ir hoy al colegio. Estoy enferma. Nunca he estado tan agradecida por un virus de estomago. Si no fuera virgen estaría preocupada de estar embarazada. Gracias, abstinencia!

Bajo lentamente las escaleras hasta llegar al estante en donde están todas las medicinas. Cojo dos pastillas y voy a la cocina para tomármelas con agua.

-Aún no estás lista? Te ves horrible.- la voz de la bruja suena atrás mío mientras tomo las pastillas.
-Que te acabas de tomar? No me digas que ahora eres drogadicta.-

Río sarcásticamente. -La única adiccion aquí es tu adiccion por las cirugías plásticas.-

-Mi oferta de hacerte la lipo en tu estómago y piernas aún está en pie.- puedo ver el destello en sus ojos.

Perra. -Tranquila, mejor usa el dinero en tu cara, cada día se ve peor.-

Las dos nos quedamos mirando, viendo quién se rinde primero.

-No vomites en la sala.- dice mientras se gira antes de irse. Sonrío al verla irse. No estoy en condiciones de seguirle el juego.

Vuelvo a mi cuarto con el tacho de basura al lado de mi cama en caso de emergencias, las cuales vienen cada cuarenta minutos. Esta va a ser un día tan largo.

Tres meses antes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora