Capítulo 26.

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Te ha pasado que cuando piensas que todo está muy mal, alguien aparece de la nada, como si fuera una luz en la oscuridad y entonces te ayuda... pero de pronto algo sucede y terminas herida.

Eso fue para mí Dylan.

El pegamento de una estructura cuarteada...

El salvavidas que estaba en medio del mar.

La luz tenue de la luna en toda la oscuridad.

Pasamos mucho tiempo escondiéndonos del mundo, pasamos mucho tiempo juntos, pasamos tanto, tanto tiempo... fingiendo ser felices, quien lo diría... un actor se enamoraría de una cantante de restaurante. Ni yo me la creía a veces. ¿Acaso él era tan perfecto?

Ahora él tiene una novia actriz, que es famosa, con mucho dinero, con la elegancia... todo lo que él quería era que lo conocieran, tal vez fingió conmigo tener mucho cariño, tal vez fue parte de una actuación para darse cuenta que era capaz de llegar muy lejos, tal vez fui como un conejillo de indias, pero... ¿Por qué demonios yo? ¿Era lo suficientemente estúpida para caer?

Tal vez fue bueno que no le cantara ninguna canción, tal vez fue bueno que me quedara pensando en el que pasaría... le llame varias veces a su teléfono para decirle lo que sucedía, pero ahora ya no lo haría... me importa demasiado mi familia.

-¿Otra vez pensando en la pintura?- me pregunta Nick.

Estamos en la sala, tratando de ver una película de terror que es demasiado mala para mi gusto y en lugar de ver la pantalla, decidí ver el muro, que es de un color café claro, y tiene flores blancas... es una rara combinación que no logro entender ni un poco.

-Odio esa pared- comento levantándome del piso.

Mi hermano no deja de mirarme como si conociera algo que yo no sé. ¡¡Demonios!!, odio que lea mi alma con tanta facilidad.

-¿Qué fue eso que paso con Souza hoy?- me pregunta algo molesto.

Yo meneo la cabeza, tratando de evitar sus preguntas.

-No sucede nada con el- respondo en voz baja.

Al menos yo estoy segura de ello.... ¿o no?

Mi hermano se levanta del sofá y camina hasta estar frente a mí, está en una postura firme, dispuesto a enfrentarme, dispuesto a todo. Toma mi rostro entre sus manos y lo examina.

-¡Mentirosa!- dice con voz burlona.

Me suelta y se aleja para poder apagar la televisión y el DVD que no sirven de nada en este momento. En la casa solo se encuentra Adam y Carol, pero ambos han tenido la genial idea de ir a jugar al patio trasero, al parecer el pequeño Adam necesita aprender a tratar a las chicas rudas y eso tiene un poco que ver con nada menos que alguien con el apellido Souza.

-Él te gusta- dice Nick, pero él no lo pregunta, lo afirma.

Yo voy a contestar a aquello, pero mi hermano pone una mano en mi boca y eso me calla por completo, dejando que las palabras solo surjan de su boca.

-¿Por qué de un Souza?- me pregunta y no entiendo que tiene que ver esto- No entiendo cómo te pudiste fijar en alguien como el... es el único amigo que he encontrado en esa espantosa escuela y te fijas en él.

Lo que me dice me deja anonadada. ¿Cómo puede ser él, su único amigo? Pienso en Octavio y en que yo no me moleste en el momento que me entere que él estaba enamorado de Carol y que después de lo que me hizo, ella decidió no hablarle. Y eso rompió su corazón, razón por la que ahora me mira como si esperara que yo lo ayudara a salir de todo este tormento, que el solo provoco. Una por fijarse en mi prima y dos, por ignorarme como lo hizo.

Recuérdame, una vez másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora