Tavi me llevo a su casa, no había nadie entonces pudimos colarnos por el patio trasero, aun no sabía que idea tenía sobre quemar el mundo, pero estaba feliz de que lo hubiera acompañado.
Saco dos cajas y me dio una.
-Ábrela.
Un poco confusa la abrí y descubrí propaganda por todos lados. Tantos folletos que podía hacer una escultura con ellos.
-¿Esto para qué es?- pregunto con la misma confusión que debe estar expresando mi rostro.
-Tú dijiste que querías quemar el mundo. Yo te estoy dando una alternativa de cómo hacerlo.- me responde sonriendo.
Le sonreí y lo abrace, gracias.
En un momento él me dijo que una forma de desahogarse era prenderle fuego a todo eso, pero yo opte por romper todo tan finamente posible como fuera, pero al no tener resultados tuve que usar su alternativa. Y ya sé que contamino al medio ambiente, pero me ayudo a sentirme poderosa por unos instantes.
-Te echo de menos.- dije al viento.
Tavi no me respondió, porque no se lo decía a él. Se lo decía a la persona que era antes, a esa persona que alguna vez fue feliz todos los días e intentaba hacer feliz a los demás. Una persona que estaba cumpliendo sus sueños y sus objetivos cada vez crecía más. Yo extrañaba ser así.
Observe como el fuego consumía cada uno de los pedazos de papel que tenía y al final limpie el lugar y me despedí de Tavi, tal vez luego hablaría con el pero ahora que me sentía más tranquila podía seguir con mi vida.
Regrese al parque, al mismo árbol y solo sonreí al observar el nombre de mi hermano Ian N. en ese tiempo a él no le gustaba que le llamaran Nicolo, pero después descubrió que las chicas preferían ese nombre y decidió ser Nick por siempre, salvo ahora que sabía que un nombre no podía definirte como persona y que solo por ser el tenia gran éxito con la chicas.
Mi teléfono vibro. Por un momento olvide que lo tenía conmigo.
Tenía veinte llamadas perdidas de Nick, unas diez de Carol y treinta mensajes. "Ahora si estoy muerta" pensé en cómo me iban a regañar, pero me distraje al ver algo estaba fuera de lugar. Un único mensaje de una persona. Y no era Sebastián.
"Espero que el tiempo pueda darte una respuesta sobre esto. Yo aún recuerdo tu beso"
Sonreí ante lo último, no podía jugar con Kurt como lo había hecho hasta ahora, estaba confundida, pero el tiempo cura las heridas. Eso siempre me digo antes de hacer alguna estupidez, pero no me ha servido de mucho. Espero un día pueda verlo y decirle mi verdad.
Camine de regreso a casa, fue más de una hora pero valió la pena, comencé a tararear lo que alguna vez pudo haber sido una hermosa canción, pero ahora no lo sería más. Me quite los lentes y entre por el patio. Al parecer todos estaban dentro de la casa y el cielo había decidido nublarse un poco.
Vaya clima.
-Tranquilos todos. Sigo viva- anuncio mientras veo a Nick levantarse y abrazarme.
-Maldita sea como te odio- me susurra, apretándome con todas sus fuerzas como si pudiera desaparecer en cualquier momento.
-Perdona por salir corriendo como una loca.
-Perdóname por reprocharte siempre todo. Olvido que eres mi hermanita y que debo cuidarte.- me mira a los ojos y limpia las pequeñas lagrimas que han caído- Nathalie, apestas a humo.- dice haciendo una gesto de horror.
Eso último no me lo esperaba pero me separo de él e intento oler mi cabello, que en efecto. Huele a humo.
-¿Dónde estabas? ¿Qué hiciste? ¿Por qué huele así tu cabello?
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Recuérdame, una vez más
Romance¿Qué pasaría si el destino te hace una mala jugada? ¿Qué pasaría si tuvieras que dejar tu vida perfecta? ¿Qué pasaría si todo dependiera de escapar? Nunca sabes lo que pasaría hasta que pasa. Yo pensaba tenerlo todo. Todo hasta que todo cambio un dí...