I.

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Tu y yo juntos
Fue tu voz y mi voz
Tu y yo juntos
Fue llanto y amor
Tu y yo juntos
Fue más lluvia que sol
Tu y yo juntos
A Pesar de cada golpe
Y cada herida
Fuimos mucho más que una triste canción...

Me desperté en la mañana algo desorientada, preguntándome por qué mi alarma había sonado más temprano de lo habitual; me tomó unos segundos aclarar mi adormilada cabeza y recordar que hoy era el primer día de instituto.
Me levanté apresuradamente quitándome la ropa para entrar en la ducha, solté un pequeño chillido cuando abrí el grifo y el agua salió helada, después de unos segundos salió caliente y pude relajarme. Parecía que todo esa mañana se demoraba un poco más en funcionar lo que era malo pues eso solo me haría llegar más tarde al que sería mi nuevo instituto. Aún así no estaría tan perdida al llegar ya que ya había entrado en el Sweet Amoris un día antes para arreglar los detalles de mi inscripción, también había podido conocer a algunos de mis nuevos compañeros: Iris, una chica pelirroja que parecía muy simpática, Nathaniel, el delegado que a pesar de ser tan formal también se veía agradable, Castiel, un chico pelirrojo (cof teñido cof) de aspecto agresivo y algo intimidante, y no hablar de Kentin, quién me había seguido desde mi otro instituto lo que era un tanto aterrador pero era un chico inofensivo, creo.
Cuando estuve lista para irme me apresuré a correr hacia la puerta en parte para no llegar tarde y en parte para que a mi padre no se le ocurriera llevarme al instituto en su auto y hacer su espectáculo de padre sobreprotector frente a toda la escuela, lo que sería muy vergonzoso.
-Adiós-grité desde la puerta y salí sin esperar respuesta.
Miré hacia la parada de buses y el bus que debía tomar para llegar estaba justo allí, me apresuré a correr hacia él para que no se fuera sin mí y con dificultad pude alcanzarlo.
Una vez dentro me puse mis audífonos y revisé la hora, no iba tarde, me relajé y disfruté de la música y del viaje. El bus paró pero aún no llegábamos al instituto, una multitud de gente se subió al autobús y como se acababan los asientos alguien se sentó a mi lado. Lo primero que pensé mientras se acercaba y se sentaba fue: Dios mio, que alto. Lo segundo que pude captar de su apariencia fue lo extraño que iba vestido, casi como un príncipe inglés, como de otra época, aún así al mirarlo mejor caí en cuenta de que lo extraño sería verlo vestido como un chico normal pues su vestimenta combinaba perfectamente con su cabello blanco, su perfecto y melancólico rostro y su hermosos ojos los cuales eran de colores distintos; uno era amarillo y mientras trataba de descifrar si el otro era azul o verde el chico tosió incómodamente haciéndome volver a la realidad, la realidad en la que yo era una idiota que se había quedado mirando detenidamente y sin disimulo a un desconocido.
-Lo siento-dije avergonzada, desviando la mirada hacia otro lado.
-Tranquila, me pasa muy a menudo aunque no lo creas.
Bueno, si le creía, era obvio que con esa pinta el chico destacaba.
-Aún así, lo siento, fue muy...-me vi interrumpida en mi torpe disculpa por una voz familiar.
-¡Lara!-era Kentin que caminaba torpemente entre la gente en el pasillo del autobús en movimiento.
-Oh, hola Ken ¿Qué haces aquí?-pregunté con una sonrisa incómoda. En el otro instituto Ken llegaba siempre junto a su padre en su auto, él no tenía por qué estar tomando el autobús.
-Es que, es que pensé que, ya sabes...podríamos compartir el camino al instituto y como sabía que tú tomabas este bus...-Kentin tartamudeaba sonrojado, era un tanto adorable así que me guarde la pregunta de que cómo sabía que iba a tomar este bus y lo dejé pasar.
-¿Quién es él?-preguntó cambiando su tono nervioso a un tono más firme y molesto.
-Oh, es...¿Cómo te llamas?-pregunté al chico a mi lado quién se veía ajeno a mi conversación con Ken y garabateaba en su libreta.
-Eh...Soy Lysandro.
-¿Y a dónde vas? ¿A rescatar a Rapunzel de la torre?-preguntó Kentin con ese tono hostil que me desconcertaba en él.
-En realidad, me dirijo al instituto Sweet Amoris-respondió Lysandro perfectamente calmado.
-¿De verdad? Nosotros también vamos allí.-dije alegremente-Mi nombre es Lara y él es Ken...Kentin.
-Mucho gusto compañera-dijo Lysandro sonriendo e inclinando ligeramente su cabeza, luego volvió a su libreta y a lo que fuera que estuviera escribiendo en ella.
No hablamos más el resto del trayecto, más habló Ken quien hacía comentarios sin sentido y bromas que no me hacían ninguna gracia pero me reía por educación.
Finalmente llegamos y cada uno se fue por su lado, sobretodo porque yo estaba escapando de Ken. Cuando entré se me hizo un revoltijo en el estómago porque después de todo era la nueva y a pesar de que conocía a algunos aún no tenía ninguna amistad.
Me dirigí a mi taquilla para dejar algunos libros cuando alguien se me acercó.
-¿Tú eres la novata verdad?-era una chica rubia de ojos azules, a su lado se encontraba otras dos chicas, una asiática y una castaña con mala cara.
-Emm...¿Si? ¿Y tú eres...
-Mi nombre es Ámber y ellas son Li y Charlotte.
-Mucho gus...
-Mira, no quiero que me vengas con tú actuación de mosquita muerta que ya le diste a mi hermano. Conozco a las de tú clase y quiero que sepas que estoy muy por encima de tí. Este instituto es mi patio de juegos y tú eres solo otra pieza en él así que ándate con cuidado o puedes terminar perdiendo.
¿Qué era esto? ¿Una clase diva con delirios de grandeza?
-¿Entendiste?-preguntó al ver que con contestaba.
-Sinceramente...No.
-Esta bien, bien, si no quieres aprender por las buenas, entonces será por las malas.
Dicho esto se fue seguida por sus dos amigas dejándome muy confundida ¿Se supone que debería tener miedo ahora? Bueno, tenía miedo, pero no de tres chicas locas y aburridas de sus miserables vidas, si no de que a pesar de mis esfuerzos ya iba tres minutos tarde a mi primera clase.

Sad Song (Lysandro cdm)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora