Sad Song (Lysandro cdm)

III.

Ya había pasado casi una semana desde mi primer día de instituto, todo había ocurrido con calma y me encontraba aliviada de haber podido integrarme rápidamente, sin duda todo había sido gracias a Iris, es una chica muy alegre, siempre tiene algo que decir para subir el ánimo. Era día martes y el clima era lluvioso, mi madre solía decir que los días de lluvia siempre ocurrían cosas, en las telenovelas quizá.

Como todos los días tomé el autobús al instituto y me sorprendí al no ver a Ken por ninguna parte, pensé que tal vez no iría al instituto por la lluvia, de hecho el autobús se encontraba muy vacío ese día. Pensé que yo también podría haberme quedado en casa, de todos modos en esta ciudad en la que no llueve muy a menudo es normal para los estudiantes faltar a clases, me reí internamente, mis padres no me permitirían hacer eso, "Un poco de agua no te va a matar" "¿Acaso te vas a derretir?" esas eran la clase de cosas que me decían.

Estaba perdida en mis pensamientos, lo hacía para pasar el tiempo, la mayoría de las cosas que pensaba eran tonterías o invenciones mías como: ¿Cómo sería mi vida si viviera en Londres? o ¿Qué haría si llegara al instituto y está cerrado? Mientras fantaseaba mis estupideces escuché aquella voz profunda de tono monótono que yo ya conocía.

-¿Puedo sentarme aquí?

-Si, por supuesto.-dije moviéndome al asiento junto a la ventana.

-Muchas gracias.

Lysandro se sentó a mi lado, yo sonreí a la ventana mientras pensaba en lo educado que era, un chico tan preocupado por los modales no era muy habitual hoy en día. Recordé a Castiel quién era totalmente opuesto a él, siempre con aquella cara de voy a matarte con la mirada, su sonrisa burlona y sus molestos, y en ocasiones ofensivos, comentarios. Pero aún así había cantado de aquella manera tan apasionada en que lo escuché ese día en el hueco de la escalera. Sin duda él era un enigma.

-¿Puedo preguntarte algo?-me giré hacia Lysandro para preguntarle, su forma de actuar tan educada me hacia querer hablarle a su altura, cosa rara este chico.

-Claro que puedes ¿Qué es?

-Bueno...es sobre Castiel ¿Lo conoces?

-Si, Castiel y yo somos amigos.

-¿En serio?-exclamé un poco demasiado fuerte.

Lysandro sonrió y soltó una pequeña risa.

-¿Tanto te sorprende?

-No, bueno...si. Es que sois muy diferentes.

-Supongo que así es, sin embargo eso no impidió que las circunstancias nos hicieran más cercanos.

Me lo pensé un momento y estaba a punto de preguntar cuales eran esas circunstancias cuando Lysandro me recordó que yo iba a hacerle una pregunta sobre Castiel.

-Ah, si, bueno, no es nada en realidad.

-¿Estás segura?

-Ejem, si, no te preocupes.

Volví a girar mi cabeza hacia la ventana y subí el volumen de la música en mi celular. Volví a distraerme está vez en la canción, y no me di cuenta cuando empecé a cantarla no en voz muy alta pero si lo suficiente como para que Lysandro escuchara:

Because you brought out the best of me
A part of me I'd never seen
You took my soul and wiped it clean
Our love was made for movie screens

-Cantas muy bien.

-¿Qué?-me quité los auriculares en un sobresalto al notar que Lysandro me hablaba.

-Tu voz es muy bonita.

No se si me puse roja, yo realmente jamás me doy cuenta cuando lo hago pero aún así me fue imposible no notar el revoltijo en mi estómago.

-Gracias-intenté no parecer nerviosa.

-¿Te gusta cantar?

-Me gusta la música, y cuando escucho una canción que me guste mucho es imposible para mi no cantarla.

Empezamos a hablar sobre música, la verdad es que él sabía mucho más sobre el tema que yo, porque yo simplemente escuchaba música en cambio él la vivía, me enteré de que escribía canciones y que estaba en un grupo, que incluso se había presentado en vivo algunas veces. Le iba a preguntar que instrumento tocaba cuando el autobús pasó sobre un gran charco que le hizo resbalar, el conductor tratando de recobrar el control giró fuertemente hacia la derecha empujándome en el movimiento. Lysandro me sostuvo por los hombros evitando que fuera más allá.

-¿Estás bien?-me preguntó.

-Si, si, solo fue un susto.

Me soltó una vez se hubiera asegurado de que no hubiera ningún peligro, yo me incliné nuevamente hacia la ventana tratando de calmar los fuertes latidos de mi corazón.