XVI.

160 16 4
                                    

Soñé despierta a ojos cerrados
Construí para nosotros un mundo alejado de la razón
Tejí a mi alrededor tus abrazos
Me guié por mis latidos para juntarnos a los dos

....

El sonido se escuchaba desde el sótano, nadie tenía que avisarme que el concierto estaba siendo un éxito para que yo lo supiera, los gritos de la extasiada multitud eran prueba suficiente. Pero yo no me atrevía a entrar, no me veía capaz de pararme nuevamente frente a Lysandro y sentir como el recuerdo de nuestro encuentro anterior me perforaba el pecho. Aunque de todos modos lo hacía, yo estaba allí sola mientras el resto disfrutaba, y de todos modos dolía.

Pasos apresurados resonaron en el pasillo, al girar mi cabeza vi a Rosalya corriendo en mi dirección. Llegó hacia mi con tal velocidad que por poco me arrolló.

—Lo siento, he llegado tarde, el concierto debe estar por terminar...—tragó aire y me miró confundida—¿Qué haces aquí? Vamos dentro.

Me tiró del brazo pero no me moví de mi lugar.

—Ve tú.

—No entiendo que te ocurre. Pero quedarte aquí en el pasillo frunciendo el ceño no ayudará en nada. Ven, todo esto es gracias a ti, tienes que verlo.

No tuve más opción, Rosalya me tomó con fuerza y casi me arrastró hasta que bajamos al concierto. Como suponía, el público estaba completamente embelezado por la música que los chicos interpretaban. ¿Y quién no lo estaría? La voz y la pasión de Lysandro estaban en su punto máximo, seguramente los chicos también lo hacían excelente, pero yo solo lo veía a él, como siempre.

Recordé esa vez en el bar, cuando Castiel me llevó a verlo, cuando me hizo aquella advertencia y su muy extraña confesión, desde allí mi pecho comenzó a doler en todo momento. Esa vez, Lysandro no me veía pero esta vez...sus ojos estaban fijos en mi.

Mi ritmo cardíaco subió y por todo mi cuerpo recorría un súbito calor. Sentí los latidos en mis oídos aún más fuertes que las guitarras eléctricas. Él sabía, él debía saber lo que causaba en mí.

Lysandro cantó su última línea, en la guitarra Castiel dejaba morir los últimos acordes y el sótano se llenó de aplausos, todo había terminado. Poco a poco el instituto se iba vaciando, muchos de los asistentes quisieron hablar un poco con los músicos antes de irse. Lysandro se veía un poco agobiado por la multitud pero aún así esperó educadamente a que todos se despidieran. Yo esperé a la distancia, viendo cómo todo se desarrollaba y decidiendo lo que iba a decirle a Lysandro. Este era el último intento.

Finalmente la última persona se fue, los chicos decidieron ir a celebrar, Lysandro al verme allí les dijo que no iría. Castiel se marchó sin mirarme ni una sola vez.

—Gran concierto. Estuvieron increíbles, de verdad.

—Gracias.

Se hizo el silencio. Decidí decirlo todo de una vez, era ahora o nunca.

—Me gustas Lysandro. Y no quiero alejarme de ti, pero si solo me ves como una amiga, yo... simplemente no podría... quiero decir...—se me revolvían las palabras, los pensamientos, era tanto lo que sentía pero no encontraba manera de expresarlo.

En ese momento yo era un huracán de corazón descontrolado pero con solo un abrazo Lysandro fue capaz de calmarme, de calmarlo todo, todas mis dudas, mis miedos y mis tristezas. Solo hizo falta un abrazo de su parte para sentir que al fin estaba todo en su lugar. Sus labios susurraron: "Quédate por favor." Y era todo. Como siempre había sido, su voz era la que me traía la paz que tanto ansiaba mi alma.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 10, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Sad Song (Lysandro cdm)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora