XI.

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Encontrar a Castiel al día siguiente llegó a ser más difícil de lo que había imaginado, se escurría de mi vista como si lo hiciese a propósito y comencé a pensar que finalmente el concierto no podría realizarse.

-Lo he visto hace un momento, le he dicho que lo estabas buscando pero no se ha mostrado muy animado por ello.-me contaba Iris al final del último periodo.

-Ayer se mostró algo tosco conmigo, pero siempre es así, no pensé que llegase a evitarme.

-Quizás solo no ha tenido tiempo.-intervino Violeta.

-No sé...bueno, iré a ver a Lysandro, talvez algo sepa. Adiós.

-Adios, suerte.

Me dirigí hacia el final del pasillo, pero al girar el pomo del aula que los chicos usaban como sala de ensayo, esta se encontraba cerrada. Ellos no estaban allí y yo ya me veía yendo a decirle a Nathaniel que descartara mi idea por completo. Acomodé un mechón de cabello detrás de mi oído y suspiré con resignación.

-Escuché que me buscabas.

Casi di un salto al oír su voz de improviso, Castiel se veía tan serio, por un momento llegué a extrañar esa sonrisa burlesca que tanto solía irritarme.

-Si, verás...

-Ya se lo que quieres, Lysandro me ha contado.

-¿Y bien?

Se acercó a mi con paso calmado, reprimí el impulso de hacerme hacia atrás. Él no me intimidaba o al menos eso quería hacerle creer.

-Quiero que vengas conmigo a sitio.

-¿Dónde?

-No hagas preguntas tontas, ¿vendrás o no?

-¿Qué pasa si digo que no?

-Yo diré que no también a tu estúpido concierto.

Le seguí, caminamos unas cuadras y luego detuvo un taxi, lo miré con desconfianza, el suspiró exasperado.

-¿Crees que soy un secuestrador?

Finalmente subimos. Nos adentramos en el centro y un poco más allá nos detuvimos frente a un bar. No hice preguntas ya que sabía que no contestaría, aunque mi sorpresa fue grande cuando nos dejaron pasar por la puerta sin ni siquiera consultar nuestra edad.

El lugar era oscuro, iluminado débilmente por luces de neón azules que dibujaban engañosas siluetas en las paredes. El lugar no estaba atestado pero había un grupo grande de personas, quienes bebían y se agrupaban frente al escenario en el fondo de la gran habitación. El sonido de una guitarra eléctrica y una batería llegó hasta mis oídos. Castiel se acercó a la barra.

-¿Ha llegado?

-Hace poco, subirá cuando estos terminen de lucirse con el público ¿Te sirvo algo?

-Lo de siempre, ¿tu?

Negué con la cabeza saliendo de mi estupor inicial.

-¿Quién es ella? ¿Tu chica?

-No, de Lysandro.

-¡Qué estás diciendo! No soy la chica de nadie.-dije con el rostro completamente enrojecido.

-No parece tan loca cómo la otra.-dijo el barman ignorando mis palabras completamente.

Quise saber a que se refería pero en ese momento una voz conocida resonó en los parlantes, como me esperaba, Lysandro se encontraba sobre el escenario, sus ojos cerrados y sus manos agarradas fuertemente al micrófono. Había en él una pasión que sólo salía a la luz cuando cantaba, esa pasión tan intensa me había enamorado y me hacía quererla para mí.

-Él no es cómo tu piensas.-sentí la voz de Castiel cerca de mi oído.

-¿Qué quieres decir?

-Él no es perfecto.

-No creo que lo sea.

-Me refiero a que como todos, está lleno de fisuras, pero es su caso son espinas. Defectos que pueden llegar a herirte.

-¿Por qué me dices esto? ¿Por qué me trajiste aquí?

-Porque sé que acabaran juntos. Cuando pasé lo inevitable... No diré "te lo dije", solo quiero que entiendas que, como ahora, estaré ahí contigo.

-¿Por qué?

-Porque te quiero.

Sad Song (Lysandro cdm)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora