AVISO:En este capitulo hay lemon/salseo, del hard, para ser más exactos. Aviso para que no se asusten aquellos a los que no le guste. Sí te gusta, te animo a continuar y que disfrutes la lectura. Me encantaría saber sus opiniones ;)
Lo primero que sintió Antonio al despertar en aquel calabozo lleno de humedad, ratas y mugre, fue aquella sensación de mareo, como si mientras estando inconsciente le hubieran apaleado, arrastrado y maltratado... Cosa que tampoco le sorprendería mucho ya que estábamos hablando del trato que tenían los piratas...
Se conocía ya de memoria aquel lugar: Cada barril polvoriento, cada cuerda tirada sin consideración ninguna y la roña de las paredes de madera debido a la humedad. Nada había cambiado, todo seguía igual que cada vez que Arthur le atrapaba y le obligaba a permanecer ahí hasta que hiciese con él lo que quisiera; Hasta que dejara su orgullo por los suelos.
Le dolía todo su cuerpo, sobretodo la parte de la espalda donde el inglés le pisoteo y no pudo evitar soltar un leve quejido cuando con dificultad se incorporó para quedar sentado en el mugroso suelo. Antonio sabía perfectamente que no podía hacer nada, al menos de momento. Tenía una especie de collar hecho de cadenas que le ataba a la pared, como si de un perro se tratase y las manos unidas a la espalda por una cuerda. Arthur siempre le ponía ese collar para demostrar quien era el superior ahí y el castaño odiaba con todas sus fuerzas que lo hiciera.
Levanto con odio su mirada, dirigiéndola hacia la puerta al oír unos pasos acercarse desde fuera. Su peor pesadilla no tardaría en entrar por esa puerta y lamento ponerse nervioso por ello. ¿Por qué siempre su respiración se aceleraba cuando le tenía cerca?
La puerta se fue abriendo lentamente, con una parsimonia que a Antonio le parecieron frustrantes hasta que al final pudo ver la silueta del rubio que le miraba altanero desde arriba. Maldito hijo de puta, siempre jugando con él...
-Vaya, al fin despiertas, eso me agrada mucho- Arthur entro en el calabozo y cerró tras él. La sonrisa zorruna que llevaba hicieron que los pelos del español se pusieran de punta mientras se acercaba. Le hacía gracia ver como a su presa trataba de disimular el temblor de su cuerpo tras ese escudo de orgullo que ya se encargaría el de romper en mil pedazos- Ya pensé que tendría que despertarte yo y eso no te habría gustado, ¿me equivoco?
-¡Vete a la mierda, Arturo!- Gruñó alzando aún más la cabeza a modo de desafío. Jamás dejaría que le humillase sin haber, al menos, ofrecido resistencia- ¡Puedes hacer esto cuantas veces te de la gana, pero seguirás siendo el mismo cejotas asqueroso de siempre! ¡Un día acabare contigo!
El pirata alzo las cejas, sin parar de acercarse hasta llegar justo delante de su prisionero particular. Se agacho levemente y agarro la especie de correa de metal que estaba atada alrededor del cuello bronceado y apetitoso que tenía el corsario, haciendo que éste jadease con pesadez, obligándole a enfrentar aún más sus miradas. La rabia era clara en el rostro de Antonio, la impotencia que sentía y las ganas irrefrenables que tenía de golpearlo y más cuando éste unió sus labios con brusquedad cuando pego aquel tirón de la correa.
Se resistió, su dolorido cuerpo aún le permitía oponer un poco de resistencia. No paró de removerse mientras el inglés le acorralaba contra la pared de madera sin cortar en ningún momento el beso. Pareciera que ninguno de los golpes, empujones y patadas españoles afectasen a Arthur, que tomaba con posesión su boca con demandante necesidad e invadiendo nuevos territorios. Aunque al parecer, si pareció molestarle el fuerte mordisco que le dio en la lengua, pues agarro algunos de los mechones castaños y lo aparto con brusquedad, ignorando el dolor que le causo al otro ese acto. Antonio cerro los ojos con fuerza, seguramente ahora al pirata le daría un puñetazo o algo por su insolencia, pero para su sorpresa, ese golpe nunca llego a efectuarse. Con confusión, abrió los ojos para encontrarse con el rostro contrario a pocos centímetros de él, mirándole con una cara que no supo identificar y lamiendo de forma sensual el hilillo de sangre que se escurría por la comisura de sus labios. ¿Por qué demonios las pulsaciones de su corazón aumentaron al verle hacer aquello? ¿Es que acaso tenía miedo o...?
ESTÁS LEYENDO
Océano de Esmeraldas (Hetalia/Yaoi)
FanfictionEspaña e Inglaterra siempre se han llevado mal, quizá demasiado, sobre todo en la época de los piratas, donde todo valía aunque usaras sucios trucos. Pero, ¿y si eso no es más que un sentimiento que ambos intentan ocultar o negar con odio? Una larg...