Primera lección: Amo

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ADVERTENCIA: Otra vez lemon (esta vez creo que un poco más fuerte que el anterior). A estas alturas no se ni para que aviso de nada xD

Antonio movió lo mas rápido que pudo la plumilla sobre el papel, sabia perfectamente que Arthur le habría dejado solo unos pocos minutos para escribir a sus seres queridos y advertir sobre esa larga ausencia que se avecinaba. ¿Qué por qué había acepado aquello? Pues porque no pensaba rendirse y eso quería que le quedase claro al inglés. Quería demostrarle que aunque le fuera a torturar durante un mes entero, él podía aguantar sin problema. Aunque ahora que lo pensaba...Quizá si hubiera otra razón por la que había decidido ofrecer ese reto al rubio...

Levanto la mirada sobresaltado cuando volvió a escuchar la puerta abrirse y encontrarse con que el pirata ya había vuelto ¿En serio? ¡Pero si solo le había dejado cinco minutos! Antonio bufó, pero tampoco replico, con las cartas que había escrito seguro que era suficiente.

- ¿Ya has acabado? Mira que eres lento, ni que hubiera tanta gente que te echara de menos. Seguro que esto será como unas vacaciones para ellos.

- Sí, ya las tengo, no me seas cagaprisas, coña- Dijo el español mostrándole los tres sobres- Dudo que sea como unas vacaciones para ellos, a diferencia de ti, hay gente que me espera y depende de mi, ¿sabes?- Comento con orgullo, ofendiéndose un poco por el comentario anterior del rubio.

-Tsk, como tú digas...¿A quienes has escrito?

-Pues mira; una para Francis, las cosas no van muy bien con él, pero quizá se preocupe además que seguro que Gilbert esta con él y así se enteran los dos; A Felipito, es mi rey, que necesita estar enterado de lo que hago, aunque no se para qué ya que el tío no hace gran cosa, solo sus consejeros, él, desde luego ya se ha desentendido del tema y...

-¿Ves que me importe la situación de tu reino?- Comento Arthur frotándose la sien- ¿Y la otra?

-Eso es privado.

El inglés sonrió con malicia, seguro que era para "Romanito de su vida". Por alguna razón a Arthur no le agradaba el chaval y mucho menos la actitud del castaño para tratar a éste. Siempre pendiente de él, de todos sus caprichitos y hablando de ese italiano constantemente. Pffff, que molesto.

-Ya me puedo imaginar para quien es- Bufo, sin tan siquiera intentar ocultar el desprecio en sus palabras- Venga, anda, dame las cartas.

El castaño hizo un puchero y le tendió los tres sobres. Arthur los metió en el bolsillo de su casaca para luego más tarde darselos a dos de sus subordinados para que estos lo entregasen a sus respectivos destinatarios. Tanto el Español como el inglés se quedaron en silencio unos instantes. Un silencio que fue como la firma del pacto que acababan de hacer

-Y ahora...¿Y ahora que harás conmigo?- Antonio lo pregunto de repente, queriendo romper esa incomodidad que le producía el no decir nada por mucho tiempo. Tenía la mirada clavada en el suelo y aunque su voz sonó un tanto insegura, lo que de verdad sentía era pura curiosidad. Pero claro, eso era algo que jamás el español admitiría y mucho menos demostraría. El inglés soltó una pequeña carcajada confiada. Pobre e ingenuo Anthony.

-Pues estaba a punto de comentártelo, tengo algunas normas que quiero que cumplas mientras estés bajo mi poder, no quiero perros mal educados en mi navío.- El ibérico le miro molesto pero él prosiguió hablando- Mientras estés a bordo de mi barco harás todo lo que yo te diga sin refunfuñar, te dirigirás a mi como capitán, aunque amo o señor también me vale...

-¿Y "cejotas de mierda" no te vale? Te pega más, querido.

Arthur hizo una mueca y chasqueo la lengua, como si lo que acabara de escuchar fuera la mayor ordinariez que hubiese escuchado nunca, pero luego volvió a tener ese gesto burlón en su rostro.

Océano de Esmeraldas (Hetalia/Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora