Batalla perdida

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La lucha no tardó en llegar. Los franceses abordaron en cuanto encontraron un hueco en la defensa británica, esquivando como buenamente podían los cañonazos que estos les lanzaban.

Desenfundaron entonces sus espadas y atacaron con ferocidad tanto piratas como franceses. Sedientos de sangre, ansiosos de victoria. El número de ingleses era muy inferior al de sus invasores pero no por ello se dejaron amedrentar. De hecho, cada vez que manchaban su arma con la sangre del enemigo algo dentro de ellos se acrecentaba: La sed de muerte y destrucción.

Francis caminó con elegancia por la cubierta, con tranquilidad, como si lo que pasará a su alrededor no fuera con él mientras que Prusia, que iba a su lado, parecía excitado por la batalla y no dudaba en blandir su espada contra cualquiera que se cruzara en su camino. Era fácil acabar con los humanos... Tan frágiles... Nada que ver con un país como Inglaterra, el cual les salió al paso en cuanto sus miradas se cruzaron a lo lejos.

Arthur ya se había cargado a muchos marineros del bando contrario por lo que en su rostro y ropas podían encontrarse gotas y manchas de sangre, dándole un aspecto siniestro como el gesto de su cara y porte.

-Arthur, mon amour~ Que coincidencia encontrarnos- Ronroneó el de melena rubia.- Esto es a lo que yo llamo destino~

-Shut up. Contigo nunca hay coincidencias. No eres más que una víbora a la que por mucho que se la pise siempre logra escupir su veneno.

-Cierto, será mejor que vayamos al grano- Intervino Gilbert mientras Francis se cruzaba de brazos con gesto altivo- ¿Dónde esta España? ¿Qué has hecho con él?

-O mejor dicho... ¿Qué NO has hecho con él?

-Ah, así que por eso habéis venido... Vaya, que contrariedad. ¿Antonio no os contó que teníamos un trato? Hacer este viaje para nada...- El inglés sonreía peligrosamente, con ese tono de falsa amabilidad que hacía que sus dos interlocutores estuvieran en guardia- Pero si aún así, pretendéis llevároslo me temo que no va a ser tan fácil.

-Eso ya lo sabíamos, cher- Francis desenfundo su florete señalando a Arthur. A su lado, Prusia también estaba dispuesto a la lucha- Mucho me temo que hoy no van a acabar muy bien las cosas... Y eso que veníamos con la mejor de las intenciones. Eres muy tozudo.

-Ríndete, Krikland. No tienes ninguna posibilidad contra nosotros dos y menos en tu situación. Kesesese. Si te rindes ahora puede que a lo mejor te dejemos con vida...

-Estáis locos si pensáis que me doblegaré ante vosotros. Antes muerto.

-Tranquilo, puede que lo estés antes de lo que crees.

El francés se abalanzó sobre Arthur que por poco no lo cuenta. El arma de Francis era mucho más ligera por lo que sus ataques eran mucho más rápidos que los de él. Además de que se encontraba en mejor estado físico. Se limitó a parar todas las estocadas de su oponente con esfuerzo. Gracias a Dios, Prusia no atacó a la vez, prefería observar a lo lejos como algunos piratas atacaban a algunos de los suyos, es decir, los ingleses se estaban atacando entre ellos.

-¿Pero qué tenemos aquí?¿Un motín? Arthur, deberías elegir mejor a la gente que metes en tu barco. Algunos se están poniendo de nuestra parte- Comentó Prusia mientras los dos rubios peleaban. El inglés aparto de un empujón a Francis y miró en la misma dirección que el albino- A este paso vamos a tomar el control del barco antes de lo que pensábamos...

A lo lejos, los que se estaban amotinando mataban sin piedad a los que habían sido sus compañeros y se dirigían al interior del barco. Arthur, al ver aquello, trato de ir a por esos traidores para evitar que se acercaran a Antonio, pero claro, estaba en mitad de un duelo con Francis y este no le dejo dar ni dos pasos sin atacarle con su rápida arma. Frunció el ceño, molesto y contrariado, tragándose su indignación y nerviosismo a la vez que paraba la estocada.

Océano de Esmeraldas (Hetalia/Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora