Miré a Kentin con el ceño fruncido, mientras él, miraba a Ámber enfadado. Entonces, Ámber, se acercó rápidamente a él y lo besó, cómo si nada.
Ken, estaba totalmente inmovil, mirando impactado a Ámber.
- Paso... - Dije, mientras me iba andando tranquilamente hacía el patio.
Bueno, tranquilamente no... Estaba cabreada. ¿Por que? No tenía la más mínima idea. Kentin era amigo mío. Se suponía que tenía que estar alegre...
- ¡Lynn! - Escuché cómo me llamaba. Me dí cuenta, de que él, a parte de haber cambiado físicamente, también había cambiado psicológicamente. Ahora, no le daba miedo pronunciar mi nombre gritando.... Lo cual, en parte me gustaba. - ¡Espera!
Me paré en seco y lo miré con el ceño fruncido, parecía apenado. Agaché la cabeza y lo intenté mirar con una sonrisa.
- ¿Que ocurre Ken? - Pregunté forzando la sonrisa, cómo solía hacer muchas veces Nathaniel, el delegado de clase (Y hermano de Ámber). Él, era alto guapo, responsable, de ojos ámbar y cabello rubio. Nos llevabamos bien, pero casi no hablaba con él.
- ¿Que "Que ocurre"? - Dijo con el ceño fruncido. - ¿Por que te has ido Lynn?
- Hombre, como supondrás, no me voy a quedar viendo cómo la bru... - En ese momento recordé que era su novia. - cómo Ámber, te besaba. - Su nombre lo intenté decir con el máximo cariño posible, pero aun así me salió con desprecio.
- Lynn... Entre esa bruja y yo no hay absolutamente nada... Ni siquiera sabe mi nombre. No sabe que soy Kentin. - Rodé los ojos y empecé a andar, intentando alejarme de él, pero enseguida, Kentin me agarró del brazo y me detuvo. - Quiero vengarme de Ámber por lo que me hizo.
- ¿Y tu mejor manera de vengarte es besándola? - Pregunté yo enfadada. - No pensé que podrías caer tan sumamente bajo Ken...
- Solo me estoy poniendo a su nivel.
- ¿Eso te enorgullece? - Dije apartando mi brazo de él.
Anduve rápidamente, dejando que algunas lágrimas se escaparan por el camino. No podía pararme. ¿Había estado muy severa con él? No era justo para él. << Acaba de volver y ya la estás cagando>> Pensé.
Entonces, de lejos, tan oportuno como siempre, vi a Lysandro. Estaba apoyado en mi taquilla, tranquilamente.
- Oye Lynn... ¿Has visto mi libreta? Un momento... Olvida eso. ¿Estás llorando? - Preguntó acercándose a mi.
- S-sí, lo siento. Q-quiero decir... Me he enterado de que Kentin, uno de mis mejores amigos ha vuelto al instituto. Hacía casi un año que no lo veía y... Ha b-besado a Ámber, entonces, lo he reñido por...La he cagado. - Dije mientras rompía a llorar con más fuerza. Lysandro no dijo nada. Simplemente me abrazó. Sentí su corazón latir con fuerza, mientras que mis sollozos se apoderaban de mi. - Soy una idiota...
- No, no lo eres. Simplemente te gusta ese chico. - Abrí los ojos y dejé de llorar en seco, para mirar a Lysandro.
- Es mi amigo de la infancia. No me puede gustar.
- ¿Y quién lo dice? - Preguntó él, mirándome a los ojos.
- Lys, es como un hermano para mi.
- Pues no creo que si tu hermano se besara con una chica te enfadaras con él.
Lysandro tenía razón. Me gustaba Ken, pero no lo quería admitir. ¿Quizá por miedo a que las cosas cambien?