- ¿Q-Qué? - Pregunto el delegado, ruborizandose levemente .
- P-Pues...- Bajé la mirada, fingiendo timidez -. Que me gustaría ir a la Biblioteca de la ciudad, pero como no sé dónde está y después de lo que pasó... No me dejan ir sola. ¿Podrías acompañarme? - Pregunté, sonriendo dulcemente -.
Él, me miró algo confuso. Había jugado con lo único que podría haber jugado con Nathaniel; Con la inocencia, con el deber y con el saber.
Sus ojos ámbar se posaron en los míos. Pese a que no lo toqué en ningún momento, sentí como se estremecía.
- Bien. - Dijo finalmente -. ¿A que...?
- A las 16:30, después de comer. Quedamos en el parque. - Me puse de puntillas y le besé la mejilla -. No faltes.Sonreí y me fuí, habiendo notado perfectamente como los músculos de Nathaniel se tensaron de golpe.
También, noté como Melody espiaba. Me miró mal. Me mató con la mirada. Eso, lo hizo todo más interesante.
A las 16:35 - cinco minutos más tarde de lo esperado- , llegué a la entrada del parque, dónde por fin me encontré con Nath. Él, llevaba algo más informal de lo normal... Era una camisa azul, algo desatada y unos pantalones tejanos negros.
Al acercarme a él para darle dos besos, un aroma a perfume se deslizó por mi nariz, embriagándome.
- ¿Vamos? - Preguntó, Nathaniel.
- Vamos.