011.

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Cuando la platica acabó, Kyungsoo salió disparado del gimnasio, no corriendo, pero sí caminando rápido y esquivando a todos.

El primero en notarlo fue Kai, quién corrió tras él, seguido por todos. Después de siete minutos de búsqueda y de volverse locos, lo encontraron. Kyungsoo estaba al fondo del salón de música, leyendo unas partituras, bueno, siendo sinceros sólo miraba las hojas, tratando de tomarles sentido pero no podía, algo se lo impedía. No sabía que era, pero estaba frustrado por eso.

— ¡Kyungsoo-ah!— Gritó Chen desde la entrada.

El pequeño levantó la vista sólo un poco, después de eso miró de nuevo su libreta. Quería estar solo. Sino iba a explotar.

— ¿Qué quieren?— Murmuró con voz ronca.

— Oye amigo, nos preocupaste.— Chanyeol se rascó la nuca nervioso.— Eh nun...

— ¿Nunca qué?— Kyungsoo hablaba tranquilo, pero su tono era uno molesto y duro.— ¿Nunca los he dejado solos? Por favor, siempre me voy, lo notan y nunca van tras de mí. ¿Por qué ahora sí?

— Porque nunca antes saliste huyendo.— Dijo Baekhyun siendo directo.

— Está bien, nadie quiere una pelea entre nosotros.— Kai intervino.— Círculo, ahora.

Los cinco se juntaron y rodearon, compartiendo miradas entre todos.

— Es por Yerim.— Dijo Chanyeol en voz baja.

— Obviamente es por Yerim.— Sehun rodó los ojos. Kai sonrió.— ¿Por qué sonríes?

— Maldición, estuve esperando esto desde que conocí a Kyungsoo.— Dijo emocionado.— ¡Le gusta una chica!

— ¡No me gusta nadie!— Gritó desde el fondo.

Los cinco levantaron sus miradas y lo vieron, Kyungsoo los fulminaba con la mirada. Divertidos volvieron al círculo.

— Tiene que irse.— Continuó el moreno.— Tengo que darle una extensa plática de chicas.

— ¿Y por qué nosotros no?— Dijo ofendido Chanyeol.

— Porque uno, tú, Jongdae y Baekhyun no saben si quiera lo que es tener una relación, de amigos, chica-chico. Dos, Sehun ha salido y tenido novias, pero es un bobo.

— ¡Yah!— El menor se quejó.— Somos casi la misma cosa.

— Sí, y ese "casi" hace la diferencia, así que hasta pronto.— Palmeó las espaldas de los que tenía a los lados.— Los veo en el almuerzo.

Todos bufaron, pero terminaron aceptando. Salieron del salón de música, se inventarían una excusa para justificarlos con el profesor, con eso no había problema.

Jongin cerró las puertas tras de sí, intentando ocultar su sonrisa emocionada. Kyungsoo seguía haciéndose el tonto, mirando aquella libreta, siendo incapaz de mirar a Kai. Sabía lo que se aproximaba, y nop, no quería admitirlo.

— ¿Por qué saliste corriendo?— La voz de Kai llenó todo el lugar.

— No quiero hablar, Jongin.

— Dime Kyungsoo, ¿por qué?

— Cállate.

— Sabes...— Se despegó de la puerta, los brazos cruzados a la altura de su pecho y acercándose.— que no dejaré de joder hasta que me digas. Y que me digas la verdad.

Kyungsoo apretó sus labios y miró la silla vacía a su lado.— Sabes muy bien por qué me fui.— Murmuró, como si la garganta le doliera. Las palabras apenas salieron.

— Sí, pero quiero que tú me lo digas.

— Eso es estúpido.— Dijo duro y lo miró a los ojos.

— Este es el proceso más difícil de todos: la aceptación. Sé que es complicado Kyungsoo, pero hazlo.

— Por favor, deja de hablar como si fuera un alcohólico.— Rodó los ojos y bufó.— Hola, soy Do Kyungsoo y soy alcohólico. ¡No, Jongin!

Kai rió burlón, su pecho vibraba por esa risa silenciosa. Negó con la cabeza mientras sonreía y miraba al piso, levantó la vista sólo un poco, lo suficiente para encontrar los ojos de Kyungsoo.

— Aunque no lo creas, amigo... Las mujeres es una adicción y problema más grande que las drogas o alcohol.

Fue serio y Kyungsoo captó la indirecta. Tragó duro y apartó la mirada.

— Yerim.

— ¿Qué?

— Me fui por Yerim.

— No te escucho.

— ¡Que me fui por Yerim!

La sonrisa de Kai creció, caminó a la primera fila de asientos y se sentó en el primero.

— ¿Y por qué?

— No sé.

— ¿Qué te molesto?

— No sé.

— Sí sabes, sólo encuentra las palabras. Te espero.

Kyungsoo miró de nuevo la libreta, jugó con sus manos, tronó los dedos, el cuello, cerró los ojos. Estaba más que frustrado.

— Me molestó verla entrar con otros chicos. Me molestó que se viera feliz con ellos. Me molestó no tenerla a mi lado, aguantando su escándalo. Me molestó el simple hecho de que yo no entré al gimnasio con ella. Y me devastó, que ella se cambiara de grupo.

Kai apretó los labios.— Es difícil para ti, pero ella te gusta, Kyungsoo.

— No me gusta.— Dijo rápido y serio.— No puede gustarme. ¿Cómo es posible que te guste alguien que no soportas?

— No sé, la verdad, no sé. Pero ella te gusta, estoy seguro de eso. Yerim ya se ha hecho tan parte de ti, no la vas a poder sacar tan fácil.

— Pero es que eso no tiene lógica.

— El amor no tiene lógica.

— ¿Qué?— Lo miró con una mueca.

— Nada. Lo que quiero decir es que; te irrita escuchar los escándalos de Yerim, pero te gusta. Te molesta su hiperactividad, pero te gusta también. Te frustra su presencia, sin embargo, ¡te gusta!

Kyungsoo no iba a negarlo, le gustaba. No lo amaba, pero sin aquellos gritos, brincos y risas, él se sentía vacío. Muy vacío y solo. Algo faltaba y ese algo era Yerim.

— ¿Cuál es la conclusión, entonces?— Kai preguntó finalmente.

— Me gusta Yerim.

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qué ondassssss 👀😁

Shy boy ➳ KyungsooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora