CAPÍTULO 11: EL VIAJE

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Foto en multimedia:
Ivonne Brown
Braxton Simpson

Mamá había llegado tres días después.

Era de madrugada y observé a Zayn de lejos para comenzar a acercarme a él. Se dio cuenta y solo bastó una mirada para sonreír y nos dimos un abrazo con una palmada en la espalda.

-Me alegra que hayas venido.

Dijo Zayn.

-Bueno, honestamente a mí también, pero lo que no sé es qué hace ella aquí.

Señalé a Andrea que entraba al aeropuerto un poco afanada y con un rostro un poco preocupado; apenas se percató que nosotros estábamos, se acercó.

-Hola chicos...

Se veía nerviosa.

-¡Hola Andrea! Que sorpresa, ¿qué haces acá?

Preguntámos saludándola con un beso en la mejilla.

-Me escapé...

Nos susurró. Debo aceptar que eso me impresionó un poco.

-¿Qué dices?

Al parecer Zayn también había quedado impresionado.

-Sí, así como escucharon; hice lo que me dijiste Taylor, no lo aprobaron, sin embargo aquí estoy.

Me sentí orgulloso.

-¡Me alegro por ti!

-¿Y a dónde vas?

Preguntó Zayn.

-Voy a París para una entrevista a la universidad a la que quiero entrar para estudiar literatura.

Sonaba felíz y emocionada.

-¡Nosotros vamos allá también!

Era una muy buena coincidencia.

-¡Fabuloso! Y supongo que nos tocará en el mismo vuelo.

-Yo también lo creo, no habían más vuelos por la mañana que viajaran a París.

Lo confirmó Zayn.

Paseamos un rato por el aeropuerto y luego de un tiempo avisaron que se abrían las puertas para nuestro vuelo.

Luego de pasar las maletas y todo ese lío, entramos al avión.

Yo me senté junto a la ventana, Zayn en el medio y Andrea junto a él.

Los tres estábamos emocionados porque era nuestra primera vez viajando solos a otro país con amigos, pero Andrea estaba mucho más feliz y emocionada, se sentía energética porque aún no se podía creer que había desobedecido a sus padres y había escapado de su casa solo por una oportunidad para hacer su sueño realidad.

-Este viaje en el avión será muy divertido.

Pronuncié pensando que lo sería, pero no fue así porque nos quedamos dormidos todo el vuelo.

-¡Disculpen, ya se pueden bajar, hemos aterrizado!

Nos despertó la azafata; eramos los únicos que aún seguíamos en el avión.

Habíamos aterrizado en el aeropuerto Charles de Gaulle. Era muy enorme y elegante.

Luego de allí preguntamos a siete personas diferentes con la esperanza de que entendiéramos lo que decían; Andrea tenía su diccionario en la mano, pero eso no había servido de nada. Caminamos un poco perdidos por el aeropuerto hasta que por fin encontramos a unos estadounidenses que habían llegado y tenían un automóvil porque irían al mismo hotel que el de nosotros: "Hôtel de la Tour Eiffel"

LICENCIA PARA AMARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora