— Me dijeron que no quieres comer últimamente — el doctor Park deja de lado sus papeles.
Ruedo los ojos y volteo hacia el lado contrario. Aquí vamos otra vez, otro regaño.
— Mira, Maki. No eres una niña pequeña asi que no voy a obligarte a que comas pero tienes que estar fuerte. ¿Qué tal si ahora mismo me llamaran a mi oficina y me dijeran que hay un donante pero tu cuerpo está tan débil que sería imposible llevar a cabo la operación? — deja de lado su tono frío de médico y me parece oír a alguien que de verdad se preocupa por mi, como Leto.
En ese momento, me pongo a pensar: Leto me ha dicho lo mismo hoy. Y ahora el doctor Park.
¿Puede ser...?
Lo miro a los ojos y él parece entender mi pregunta.
— Ten fe, Maki. Las cosas pueden cambiar en cualquier momento. No te rindas, ¿sí? — palmea mi hombro suavemente y esas últimas cuatro palabras, las dice con una sonrisa que me ayuda a creer en el significado de éstas.
Nunca antes me habían dicho esas palabras: no te rindas. Haberlas oído en voz alta, hicieron que mi corazón se sacudiera un poco y comprender lo que verdaderamente significa.
¿No quiero que Helen y Leto sufran por mi? Debo mostrarme fuerte ante ellos, y no sólo ante ellos, debo demostrarme a mi misma que soy fuerte para seguir adelante; por mis padres también. Sería una cobarde si me rindiera antes de que la pelea termine y no quiero serlo.
¿No quiero que las personas al verme sientan lástima? No debo darles razones para ello. ¿De qué me ha servido aislarme de todos durante todos estos años? Nada bueno. Daría lo que fuera por tener un amigo ahora a mi lado, dándome su apoyo.
Daría lo que fuera por tener a Jimin a mi lado ahora pero no va a volver. No después de como lo traté.
— ¿Estás despierta? — Helen se asoma por la puerta y cuando me ve sentada en la cama, sonríe y entra.
He sido una maldita con ella, hasta estoy segura de que las pocas arrugas que tiene en su rostro, les han salido por culpa de mi corportamiento inmaduro y egoísta. Cualquiera en su lugar ya me hubiese dejado pero ella es distinta. Que esté aquí, en este momento, es prueba de ello.
— ¿Ya vino el doctor Park? — a la luz de la lámpara que pende sobre mi cama, los círculos negros que tiene debajo de sus ojos lucen terribles y dolorosos.
Asiento sin decir palabra mientras la observo ordenar las pocas cosas que hay sobre la mesa. Mi celular suena y me lo alcanza pero no lo miro.
— Perdón — digo con un nudo en la garganta mientras repaso en mi mente que tan ingrata he sido con ella y me doy cuenta que una simple palabra como esa, no va a arreglar años de ingratitud pero tengo la necesidad de hacer algo ya para cambiar eso.
Helen voltea hacia mi y se acerca con ojos brillosos.
— Perdón — esta vez mi voz se quiebra un poco. Lo vuelvo a decir porque decirlo una vez sola no es suficiente; decirlo miles de veces tampoco lo sería.
La fuerza con que aprieta mi cuerpo con sus brazos, hace que unas lágrimas escapen mi control y rueden por mis mejillas.
— No tienes que pedir perdón por nada — la voz de Helen me hace pensar que ella tampoco pudo controlar esas lágrimas que llenaban sus ojos antes de que me abrazara.
Siento que la ira se revuelve en mi estómago y luchar por salir pero no violentamente. Quiero gritar a todo pulmón que lo siento; siento haberme comportado del modo en que lo hice.
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|| Just One More Day || Jimin ||
Fanfiction¿Qué es el tiempo para ti? Para Han Maki es algo que ella no tiene. Vive cada día esperando que su tiempo acabe, hasta que alguien aparece en su vida y le hace desear por primera vez en toda su existencia, que su tiempo no se acabe nunca. © eunh...