。38

3.9K 387 48
                                    


[ MAKI ]

¿Es verdad que no me odia?

Se lo pregunto una vez pero en mi cabeza lo repito incontables veces. No puedo creerle por completo porque yo, en su lugar, me hubiese culpado aunque sea una vez.

Me sucede lo mismo con Helen; dijo que no me odiaba pero... ¿Por qué no puedo dejar de sentirme odiada?

Me separo de él lentamente pero su aroma se queda conmigo, como aquella vez que usé su abrigo y su ropa. Creo que nunca antes las palabras me dolieron tanto como hoy, se sienten peores que una apuñalada.

— No puedo — digo con lágrimas estancadas en mis ojos. Camino de espaldas un par de pasos hasta que me topo con la pared y me deslizo por ésta hasta llegar al suelo. — No merezco esto, no merezco que te preocupes por mi, Leto no merecía morir así — empiezo a llorar sin control y cubro mi rostro con mis manos. Siento las manos de Jimin alrededor de mis muñecas pero no quito mis manos de mi rostro.

— Maki... — me sacude levemente pero no le hago caso.

Leto debería estar viviendo su vida en este momento. No soy nadie especial para que él desperdiciara su vida en mi. No merecía morir así.

— ¡MAKI! — Jimin me grita y quita mis manos de mi rostro bruscamente, presionando mis muñecas con fuerza.

Las lágrimas me nublan la vista y la cálida brisa casi primaveral se siente invernal cuando roza mi rostro húmedo. Sus suaves manos recorren mi rostro desesperadas por borrar mis lágrimas. 

— No tienes la culpa de lo que hizo Leto, debes entenderlo — tira mi cabello hacia atrás con fuerza, como si lo tuviera atado en una cola de caballo bien ajustada.

Entiendo que él tomó la decisión de darme su corazón pero yo fui la razón; si no hubiese sido por mi, él aún estaría vivo. Esta sensación que tengo de ser odiada no se irá porque puede que Helen y Jimin no mientan, puede que no me odien pero siempre habrá una persona que si lo hará.

Yo misma.

Jimin se sienta a mi lado y me pone contra su pecho, con sus brazos cubriéndome me siento tan frágil como un papel a la merced de la corriente del viento. Debería ser uno de los momentos más felices de mi vida, mi primer beso, mi primer amor y, sin embargo, sólo puedo sozollar mientras pienso en mi hermano.

No hay manera de hacer que mis lágrimas cesen; no encuentro la forma. Ni siquiera haber sentido los labios de Jimin, estar en sus brazos o saber que me quiere, me ayuda a encontrar la fuerza necesaria para detenerlas. 

* * * 

Abro los ojos y lo primero que veo es mi escritorio donde tengo mi computadora y algunos libros. Estoy en mi habitación. ¿Qué hago acá? ¿No estaba en el colegio?

Me siento en la cama y un dolor de cabeza me hace cerrar los ojos con brusquedad instintivamente para disminuirlo. Un ardor en mi pecho me hace separar mi remera de mi cuerpo y cuando la veo, tiene unas manchas pequeñas. Estiro el cuello de la remera y descubro que tengo el pecho lleno de arañazos, algunos un poco profundos, que llegaron a sangrar y originaron las manchas de la ropa.

¿Pero...? ¿Qué pasó?

Mientras camino hacia la sala, alejo la remera de mi pecho para que no me raspe. Cuando llego a ésta, la veo a Helen caminando de un lugar a otro mientras sostiene el teléfono cerca de su oído.

— Ahora está descansando. Sí, sí. Cuando se despierte le doy la pastilla verde. ¿Y con eso va a poder dormir tranquila toda la noche? —. 

Helen sigue hablando unos minutos más y, cuando escucho que corta, me despego de la pared y entro en la sala.

|| Just One More Day || Jimin ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora