|| Just One More Day || Jimin ||

。３３

Helen se da vuelta y me da la espalda pero el eco de la habitación me permite seguir oyendo sus lágrimas. Quiero llamarla pero la única voz que me quedaba la gasté preguntando por Leto. Flexiono mis brazos al lado de mi cuerpo para poder sentarme y siento una opresión en el pecho que me quita el aire.  Bajo la mirada y me doy cuenta que no tengo esa misma bata que tenía la última vez; solo las mantas me cubren. Por debajo de éstas, se asoma una clase de tela blanca.

¿Qué es esto?

Poso mi mano sobre ella y percibo mis latidos pero siento algo distinto, no sé que es, pero es algo diferente, definiticamente. En ese momento, empiezo a comprender las cosas: la sensación de haber estado demasiado tiempo en reposo, el rostro más delgado de Jimin, la gasa sobre mi pecho. Mis latidos son diferentes, los escucho y siento diferentes, como si no fueran míos.

Me operaron.

Sin darme cuenta, lágrimas caen por mis mejillas como si fueran pequeñas piedras cayendo colina abajo. Siempre pensé que este momento nunca llegaría para mi, se veía tan lejano y ajeno que ni siquiera me permití imaginarme cómo se sentiría despertar con una nueva oportunidad. 

No puedo creerlo.

Jimin regresa y Helen se apresura a secarse las lágrimas. Ambos intercambian miradas cómplices y siento que están teniendo una conversación de la que me excluyen. Se acercan a la cama, uno de cada lado y me turno para verlos; en sus miradas veo exactamente lo mismo. Hay palabras no dichas reflejadas en los brillos de sus ojos, al igual que en los míos.

Helen toma mi mano del mismo modo en que lo hizo Jimin hace un rato. La observa por unos segundos y me doy cuenta de que está haciendo tiempo para encontrar las palabras pero se queda en silencio, sonriendo. Una lágrima se le escapa y se la seca rápidamente.

— Nos da mucha alegría que hayas despertado — dice Jimin rompiendo el silencio. Acaricia mi mano con delicadeza y sonríe del mismo modo que Helen pero sus ojos están llenos de tristeza. Hace que no pueda creer en lo que dice.

Hasta hace unos momentos, lo primero que deseaba decirle era que todo lo que dije la última vez fueron las mentiras más estúpidas que alguna vez dije pero ahora una pregunta resuena en mi mente con más urgencia y hace que mis latidos se aceleren. 

Justo cuando voy a hablar, una enfermera entra anunciando que el horario de visita se terminó. ¿Cómo que ya se terminó el horario de visita? Ni siquiera vi a Leto todavía. 

— Un ratito más — digo suplicando. Mi voz suena más como yo ahora.

Ella me lanza una mirada tierna, compasiva y Helen y Jimin se despiden de mi. 

* * *

No tarda mucho en anochecer y la habitación queda a medio iluminar. Sólo una lámpara al lado de la cama sobre una mesa de luz está encendida. Es más pequeña que la anterior pero es más acogedora; se asemeja más a una habitación real de un adolescente que la de un hospital. Miro sobre la mesa donde está la lámpara, buscando mi celular pero no está.

Quiero hablar con Leto. Lo necesito. Tengo un nudo en la garganta acompañado de angustia y no va a desaparecer hasta verlo. 

* * *

[JIMIN]

Mi cuerpo desborda de alegría al ver que Maki despertó después de haber estado en coma durante casi 1 semana. Se supone que debía despertar dentro de las 72 horas de pasada la operación y los médicos habían empezado a preocuparse pero, por un milagro, despertó.