|| Just One More Day || Jimin ||

。３５

[MAKI]

Después de casi 2 semanas de haber despertado, aún me cuesta un poco asimilar que Leto ya no está. Ir a su habitación y ver todo tan ordenado y limpio es tan... raro. Su aroma aún persiste; si cierro los ojos puedo imaginar que está parado frente a mi o sentado frente a la computadora jugando algún juego de esos que tanto le gustaban. Me invitaría a jugar pero yo le diría que no, que nunca jugué y que soy mala, me matarían en un segundo.

— ¿Segura que te sientes con ánimos de ir al colegio? Podemos pedir un permiso especial ya que falta un mes para que las clases terminen y puedes dar los exámenes libres — me insiste Helen mientras se prepara para ir a trabajar. Estuvo todo el fin de semana repitiendo  lo mismo una y otra vez como una grabación. Si no tuviera a Jin, seguro aceptaría su oferta pero prefiero empezar a vivir mi vida un poco más normal ahora, en un sentido relativo ya que definitivamente no puedo tener una vida normal como los demás por el hecho de haber sido transplantada.

Este año quiero terminarlo como lo demás, ya no quiero sentirme tan diferente a ellos. Jin pasa por mi unos minutos después de que Helen se va a trabajar y caminamos juntos. Normalmente él iría en un auto junto a Woori pero tal vez pensó lo mismo que yo, que no sería algo inteligente ponernos a las dos en un mismo lugar tan pequeño como el asiento trasero de un auto de lujo. 

Me pasé todo el fin de semana sumida entre recuerdos de Leto, llorando y sonriendo al mismo tiempo porque él no querría que lo recordara de una manera triste. Y por momentos en los que Leto abandonaba mi mente, Jimin lo reemplazaba. Volví el jueves y, hasta hoy lunes, no he sabido de él. Y no me sorprende, pero me duele. Supongo que ahora que ya no está Leto, él no tiene ninguna conexión conmigo.

— ¿Maki? — Jin pone su mano sobre mi hombro y nos detenemos. Me mira serio y me doy cuenta de que estuvo hablando todo este tiempo que estuvimos caminando y no le presté atención. — ¿Te encuentras bien? —.

— Sí — contesto con una sonrisa. Él me la devuelve y continuamos caminando las dos calles que faltan para llegar al colegio.

Sigue igual que siempre, con sus rejas negras a la entrada y el frente blanco sucio debido al viento invernal que arrastra consigo hojas y polvo. Chicos y chicas entran casi corriendo porque ya pronto será la hora de ingresar y pasan a nuestro lado sin advertirnos. Aunque quiero empezar a tener una vida más normal, me gustaría que esto perdure el mes que falta para terminar el colegio: pasar desapercibida ante todos. 

Como un mal hábito, mis ojos buscan algo entre los tantos estudiantes que van de aquí para allá en los pasillos. Más bien, buscan a alguien. Hay tantos chicos que son parecidos a él en la forma en que se visten y el corte de cabello pero no son él.

— Vamos, apresurémosnos o nos podrán tarde — Jin cruza su brazo por detrás de mi nuca y me lleva hacia el salón.
Éste es el último del pasillo y, unos pocos metros antes de llegar a él, por la esquina dobla y aparece aquel quién estaba buscando con tanto anhelo apenas entré al colegio. Pero no viene solo, esa chica rubia de cuerpo prominente, Melody, camina a su lado, con su brazo entrelazado en el de él.

Nuestras miradas se cruzan durante un  segundo y, en tan corto tiempo, mi corazón se descontrola. A pesar de estar escuchando el timbre sonar, mis pies se detienen y Jin hace lo mismo mientras que Jimin aminora su paso pero no se detiene completamente porque Melody, prácticamente, lo arrastra a la fuerza para llegar a su salón.

Desvío la mirada rápidamente porque no creo poder soportar lo que sus ojos expresan cuando me ven de la misma manera en que lo hice en el hospital. Jin desliza su brazo por el mío y con su mano alcanza la mía, tomándola con seguridad. En ese momento, levanto la vista y lo observo sonriéndome. Mentalmente le agradezco que lo haga; su sonrisa es muy relajante y tranquilizadora.