|| Just One More Day || Jimin ||

。３１

[MAKI]

Tan sólo un día más. 

La mano de Leto acariciando mi cabello me despierta.

— ¿Qué dijiste? — digo con voz ronca. 

— ¿Yo? No dije nada — dice sonriendo y me da un beso en la frente. — ¿Qué pasa? —.

Se me dibuja una sonrisa en el rostro difícil de borrar. Los músculos de mis mejillas se contraen. Es una sensación extraña para mi, nunca antes había sonreído así. Por eso pregunta qué me pasa.

Siento como si durante la noche me hubiese enchufado un cargador y ahora tuviera la batería al 100%; una corriente eléctrica recorre cada vena de mi cuerpo y tengo el impulso de querer salir corriendo y no detenerme nunca.

Miento. En realidad sí me detendría. Cuando encontráse a Jimin, me detendría, tomaría aire y le diría todo lo que me callé aquella vez. No sé cuánto tiempo me quede, pero lo que sí sé es que debo preocuparme por el presente y sólo por el presente porque el futuro es algo incierto y, además, cuando llega, ya se transforma en presente sin que nos demos cuenta de ello.

Una de las cosas que me lamentaba no haber hecho era haberme enamorado cuando, en realidad, ya lo he hecho. 

Hoy es el último día de Jin en el hospital. En unas horas su médico vendrá y le dará el alta para que pueda seguir recuperándose en su casa y no podré verlo tan seguido como ahora. Aprecio a Jin y por eso quiero dejarle en claro que sólo lo veo como un amigo. No quiero darle falsas esperanzas ni ilusionarlo. Simplemente no quiero herirlo. 

* * *

Me causa tanta rabia y tristeza que una persona tan buena como Jin esté tan solo a pesar de tener familia. Es horario de clases, por un lado entiendo por qué Woori no está aquí pero, por otro lado, es su hermano siendo dado de alta del hospital, podría venir. Lo mismo con sus padres; por Dios, ¡es su hijo! ¿Cómo pueden ser tan fríos y no venir a buscarlo? 

— Podría fingir que aún no me siento bien y quedarme a hacerte compañía — dice bromeando.

Respondo a su broma con una sonrisa que se desvanece casi al instante. Me imagino a un Jin, viviendo en una casa hermosa, espaciosa y luminosa, el mejor lugar que pueda imaginarse, rodeado de lujos que toda persona desearía tener pero completamente solo; con una familia que está pero a la vez, no está. Me lo imagino desayunando, almorzando, cenando, solo; viendo tv, leyendo un libro, haciendo su tarea, solo. Quizás, hasta tenga más conversación con los empleados de su casa que con su propia familia. 

Se me parte el corazón.

Y aun más por lo que estoy a punto de hacer. 

— Jin — tomo aire para darme valor para continuar.

Él me sonríe y baja la vista por un momento mientras juega con las mantas que cubren su regazo. Por un instante, me parece estar observando a un niño; se ve tan tierno y frágil que me gustaría no tener que decirle esto.

— Yo... —.

Antes  de venir, estuve ensayando mentalmente qué decirle, las palabras, el tono, cómo decírselo pero todo eso parece haberse borrado por completo.

— Ya se qué vas a decir y no es necesario — dice.

Pone su mano sobre la mía, sin quitar esa sonrisa de sus labios, aunque ahora la siento un poco agridulce. Lo miro sorprendida, pues no esperaba una respuesta... aún.

— Lo tenías escrito en tu rostro anoche cuando entré con Leto a la habitación — continua. — Aunque lo sabía desde mucho antes que anoche —.