一。1

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Antes de juzgar a una persona por su personalidad o apariencia, primero la gente debería molestarse en conocer su historia.

Nadie nace siendo bueno o malo; tímido o simpático; optimista o pesimista; sociable o asociable. Depende del modo en que crecemos, el ambiente en el que lo hacemos, las relaciones que desarrollamos y las dificultades que atravesamos; todo eso en conjunto determina quiénes somos y el por qué de quiénes somos.

Pero supongo que este mundo gira a una velocidad muy rápida y las personas viviendo en él tratan de vivir la vida aún más rápido, evitando tomarse el tiempo de conocer a esas personas que juzgan sin siquiera conocerlas.

Tú, ¿qué crees?

¿Soy una de esas personas que juzgan o son juzgadas?

Si lo estás pensando, entonces eres de esas personas que describí recién. Y está bien, cada uno es como es. No soy nadie para decirle a otra persona como pensar. Para serte sincera, ¿quién no juzga a una persona por su ropa, su manera de caminar, de hablar la primera vez que la conoce? Es imposible no hacerlo.

Seguramente por mi manera de hablar, o escribir mejor dicho, pensaran que soy una mujer adulta pero tengo sólo 15 años.

Han Maki, 15 años. Mi padre era coreano y mi madre era japonesa; ella murió al darme a luz y mi padre murió hace 3 años en un asalto pero cuando tenía 6 años, él volvió a casarse y mi hermano mayor, Leto, y yo ahora vivimos con nuestra madrastra, Helen.

A simple vista, soy una adolescente más pero no es así.

A los 10 años, cuando recién comencé a ir al colegio, construí una barrera alrededor de mi corazón para que nadie se atreviera a llegar a él. Los sentimientos pueden ser una bendición asi también como una maldición en mi caso.

No me relaciono muy bien con los demás niños y eso me convirtió en la que no encaja en ningún grupo pero no me molesta para nada. Durante 5 años mis compañeros se han burlado de mi, me han insultado, discriminado y lo han hecho y siguen haciendo desde la ignorancia pura porque nadie me conoce en verdad. Y simplemente lo tolero porque no tengo tiempo para gastar en ellos.

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- Señorita Han, ¿le parece aburrida mi clase? - la profesora de inglés interrumpe la clase y todos voltean a verme.

A decir verdad, no le encuentro sentido y sí, en efecto, me parece aburrida pero, ¿qué puedo ganar siendo rebelde y contestándole de mala manera a la profesora? Me siento derecha y veo al frente de nuevo. Pretendo prestar atención pero mi mente divaga en cualquier lugar menos el aula.

- Oops, sorry - Woori, una chica que no tiene nada mejor que hacer que molestarme, golpea mi cabeza con su bolso y se "disculpa" a su manera. Respiro hondo y me calmo o juro que la dejaría pelada.

- Maki, debes cambiar tu actitud. No puedes seguir así de distraída en clase - la profesora demora mi salida de aquel horrible lugar.

- Lo haré, profesora Go - le hago una reverencia y casi corro para salir de allí.

No debo llegar a ningún lugar a tiempo pero simplemente no soporto estar encerrada entre esas cuatro paredes oyendo a una vieja hablar y hablar sin parar, repitiendo conceptos y definiciones que nunca en mi vida usaré.

Aunque salgo del colegio a las 2 PM, no vuelvo a mi casa hasta la noche para escapar de lo sobreprotectores que son Leto y Helen. Entiendo que me aman y que se preocupan por mi pero ellos lo llevan a otro nivel. No me dejan respirar. Me la paso caminando por aquí y allá y cuando mis pies duelen, me detengo a descansar. Apago mi celular para evitar contestar sus llamadas y es el único momento en que puedo estar tranquila conmigo misma y pensar.

- ¡MAKI! ¿CUÁNTAS VECES TE PEDÍ QUE DEJES DE HACER ESTO? NO APAGUES TU CELULAR CUANDO ESTÁS FUERA DE CASA, NO SE SI TE SUCEDIÓ ALGO O NO - Helen me grita apenas pongo un pie en casa. Ya son las 9PM; usualmente la puesta del sol es mi señal de que debo volver a casa pero hoy tenía mucho que pensar y el tiempo pasó volando.

- En un futuro cercano no tendrás que preocuparte más por mi... - le digo fríamente y me voy directamente a mi habitación.

- Maki, sabes que no me refiero a eso. Tan sólo me preocupo por ti porque te quiero - Helen se invita sola a pasar mientras yo me siento frente a mi escritorio para hacer la tarea; se acerca e intenta acariciar mi cabeza pero me alejo de su mano.

- En un rato estará lista la cena - dice antes de cerrar la puerta detrás de ella. Me duele ser tan fría con Helen cuando ella, aunque no tenía la obligación, se hizo cargo de mi hermano y de mi. Es una mujer de buen corazón a pesar de sus defectos, igual que Leto.

Mi estómago empieza a hacer ruido y me siento en la mesa a comer junto con ella.

- Helen, ¿ya llegó? - escucho la puerta principal abrirse y la voz de mi hermano agitada. Seguramente estuvo recorriendo media ciudad buscándome. Le repetí miles de veces que no hiciera eso pero no me hace caso, es tan terco. Cruzamos miradas y una sonrisa aliviada se forma en su rostro mientras me abraza con fuerza.

- ¡Ya, quítate! - odio que me abraze. Los abrazos brindan una seguridad falsa.

- Me alegra que estés bien, hermanita.

Apenas termino mi comida, me encierro en mi habitación otra vez. Me ducho, me acuesto en mi cama y me hago la misma pregunta de siempre: ¿será hoy mi último día?





























|| Just One More Day || Jimin ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora