Me fuiste a visitar a mi hogar.
Llevaste un ramo de flores enorme.
Una sonrisa taciturna teñía tu rostro.
Besaste mi frente cuando te recostaste a mi lado.
Perdóname.
Tu voz salió como un susurro arrepentido.
Desde que te borró de mi Facebook debí terminar con ella.
Comencé a llorar, pero la felicidad me embriagaba.
Terminaste con tu novia después de lo que me hizo con sus amigas.
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Para el chico que nunca me amó
Short StoryAna Salazar. Romántica empedernida. Fiel creyente del amor. Aspirante a ser la protagonista de una historia de ensueño. A sus dieciséis años está convencida de que el amor es el sentimiento más puro y hermoso que cualquiera podría experimentar, pue...