Me propuse dejar de sufrir por estupideces.
Ser tu mejor amiga no era lo peor del mundo.
Al contrario, era algo magnífico para mí.
Me contabas tus secretos, me abrazabas, me querías.
Podíamos confiar el uno en el otro.
Éramos como novios, pero sin una tonta etiqueta.
Lo malo: la falta de exclusividad.
Algún día podías llegar a ser de alguien más... De nuevo.
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Para el chico que nunca me amó
Short StoryAna Salazar. Romántica empedernida. Fiel creyente del amor. Aspirante a ser la protagonista de una historia de ensueño. A sus dieciséis años está convencida de que el amor es el sentimiento más puro y hermoso que cualquiera podría experimentar, pue...