Aún conservo la chamarra que me prestaste.
Sí, aquella que siempre usabas.
La que te pedía aunque no tuviese frío.
La que abrazaba sólo porque olía a ti.
La que usaba para dormir todas las noches.
La que te devolvía sólo para que se impregnara de nuevo con tu aroma.
Sí, la misma que usabas cuando te conocí.
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Para el chico que nunca me amó
ContoAna Salazar. Romántica empedernida. Fiel creyente del amor. Aspirante a ser la protagonista de una historia de ensueño. A sus dieciséis años está convencida de que el amor es el sentimiento más puro y hermoso que cualquiera podría experimentar, pue...