Las paces?

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Estoy en la cocina limpiando el desastre que ha dejado Evan, no ha roto muchas cosas importantes pero me duele en el alma ver al chico de mis sueños comportarse así.
Mi cuerpo se tensa cuando entra en la cocina y toma una botella con jugo de la heladera.
-Deberías limpiarte las lágrimas- levanto mis manos sorprendida al no haberme dado cuenta de que estaba llorando.
-Suelo llorar cuando algo me da impotencia e ira
-¿Impotencia porque soy tu niñero y tu una malcriada?
-Impotencia porque eres mayor y te tengo respeto, sino mi lengua se zafaría- se agacha a mi altura y me corre el pelo de la cara.
-Dime lo que no me dirías por respeto
-No tendría sentido, prefiero guardármelo y seguir con mi ética
-Entonces no hay nada para decir- se levanta y camina lejos pero no fuera de la cocina. Soplo el pelo que está en mi cara y continúo juntando los vidrios que formaban parte de un vaso.
Lo escucho tomar de la botella y luego dejarla sobre la mesa.
-Bueno, ya está, no tengo ganas de escucharte llorar y protestar. Yo limpiaré lo que falta, ve a tu cuarto- se agacha y me levanta por las axilas como si tuviera 5 años.
-Puedo terminarlo...
-No protestes, ve arriba, duerme porque son las 6 de la mañana y veo tus ojos cansados
Sin decir una palabra me alejo de él sacándome los guantes de plástico y tirándolos sobre la mesa.

Aún tirada en mi cama no logro dormir. Le mando un mensaje a Cameron preguntándole por Eathan, sólo para distraerme y segundos después me escribe.
Cameron:No puedo dormir, estoy emocionada, nunca un chico se había bajado del coche para pedirme mi número
Rio para mi misma pensando en que Evan tenía razón.
Yo: Han hablado algo durante la noche? Porque yo no los vi
Cameron: No sólo han sido un par de miradas juguetonas, pero ashshajakajajdiwmso, es muy atractivo
Sonrío, ojalá Evan dejara de ser tan idiota. Seguramente él sabe que me gusta y por eso me tortura, seguro lo disfruta.
Yo: Necesito ayuda, amiga, con Evan!
Cameron: Siempre te he dicho que te le tires, y más ahora que está en tu propia casa
Yo: Tuvimos una pelea, él rompió cosas
Cameron: Wow, parecen una pareja de recién casados
Yo: No seas mala y ayúdame
Cameron: y si hablo con Eathan y obtengo información sobre cierto rubio?
Me lo pienso unos momentos, dos cosas pueden surgir de esto. Uno que Eathan vaya y le cuente a Evan de Cameron tratando de sacar información lo cual sería mi tumba. Y dos, puede que esa información me ayude a evitar unas cuantas peleas con Evan en el futuro.
Yo: bueno, pero ten cuidado con qué le preguntas y qué le dices sobre mi
Cameron: hecho!

Aburrida de estar en la cama, me levanto y me pongo ropa cómoda para ir a ver a mis perros. Son las 7 de la mañana y como no tengo sueño, tengo mil cosas pasándome por la cabeza.
Me pongo mi chalina y me siento en el suelo mientras el más pequeño de mis perros se me acerca para jugar. El sol ya salió pero no ha calentado nada aún así que me cubro más con mi chalina al sentir mi piel erizarse. Agarro la pelota y la arrojo lejos.
Evan, el chico de mis pensamientos, noche y día. Suspiro cansada. Por qué cuando era pequeña me enamoré tanto de él. Oh ya recuerdo, porque era juguetón, simpático y siempre tenía un tema de conversación. No era como el frívolo chico que es ahora. Temo que la adultés me transforme en eso. Adultés, lo llamo como si fuera un viejo, cuando es un chico joven y muy atractivo.
Me río de mi misma cuando repentinamente siento una presencia detrás de mi.
Evan se sienta a mi lado mirando el sol que está cada vez más alto.
-Yo...- comienza pero no termina. Lo miro un momento pero luego en silencio vuelvo a acariciar a mi perro.
Ninguno de los dos habla hasta que el sol está casi sobre nuestras cabezas. Parece una eternidad pero son sólo minutos.
-Siento que como niñero, no me observas en absoluto- susurro nerviosa por mi confesión.
-Es tonto pensar eso, te miro todo el tiempo- mis mejillas se ponen rojas y lo miro disimuladamente- Cuando besaste a ese chico, me tomaste por sorpresa, sólo me había dado vuelta a tomar unas bebidas y ya estabas con alguien en tus brazos. Me sentí... - lo veo negar con su cabeza y luego me mira- No importa, la cosa es que tienes que tener cuidado, quizá ese chico quería algo más y te podría haber secuestrado o algo, yo que sé. Estoy aquí para cuidarte incluso de ti misma- trato de evitarlo pero me río involuntariamente.
-Eres tan raro, Evan- lo miro un momento y luego bajo la vista a mi perro- por un momento me gritas que soy inmadura, entre otras cosas. Y luego vienes tranquilo a decirme que tenga cuidado, que tienes que cuidarme y que con una distracción todo se puede ir a la mierda- apoyo la palma de mis manos en el suelo detrás de mi y lo miro tratando de no ruborizarme- sé que es difícil cuidarme, yo sé que soy difícil en el sentido de que siempre ando en la mía, intento que otros no me pisoteen y suelo divertirme molestando a otros, pero... Puedo hacerte una pregunta personal?
Su mirada se posa en mi con confusión pero asiente.
-Cuando éramos más chicos, y yo iba a tu casa, siempre me tenías de la mano- me ruborizo- no me mal intérpretes, me refiero a que siempre ibas a mi lado tratando de que o no me coman tus perros o no me caiga a la pileta o no me choque un mueble- él sonríe- pero... Hace un tiempo, creo que desde que cumplí los 10 años que no... No juegas conmigo, no me cuidas de esa manera, no... No lo sé, es distinto.
-No se qué responder a eso. Simplemente crecí, maduré
-Mamá me contó del accidente que tuviste hace un mes... En el que ibas borracho y caíste a un pozo y cómo temías que la policía te dijera algo, así que te sentaste atrás, pero estabas sólo así que no se le podía echar la culpa a nadie más.
-Mmm suena tan mal como lo cuentas
-Pero fue así o no?- él asiente- entonces no maduraste nada, Evan. Y si madurar significa que dejarás de ser el chico que me cuidaba todo el tiempo y me hacia reír por molestar a los demás, entonces me alegro de que me llamaras inmadura
-Claramente no lo entiendes, ser maduro sí, es ser precavido, cuidadoso y meticuloso. Enfocarte en tus objetivos y crecer como persona. Pero no es fácil. Yo sigo molestando a las personas- me sonríe- no como antes, un poco más tranquilo pero lo sigo haciendo para divertirme, molesto a mi mamá, a mi hermana, a mis amigos, a mi papá y tío, incluso a mis primos pero... Quizá no te molesto a ti como antes, porque ya no nos vemos como antes. Cuando eras chiquita venías todo el tiempo con tu mamá a casa, ahora te veo creo que 5 veces al año y de esas 5 no siempre estoy en mi casa
No contesto, no sé qué decir. Así que él sigue hablando.
- Es posible que de esas pocas veces que nos vemos siempre estoy en la mía o me encierro a estudiar. Pero no cambié tanto, eso dalo por seguro
-Este año te vi una sola vez jugar y sonreirme, a veces parece como si ni te importara lo que yo estoy contando en la mesa o lo que te estoy diciendo. Siempre miras para otro lado
-Tengo mis razones, pero es posible que ese día me agarraras en un día de mierda- río para mi misma.
-Podemos hacer las pases? No quiero pelear todos los días que nos veamos- Él asiente y antes de levantarse se acerca a mi haciendo que me ruborice y deja un beso en mi mejilla.
-Mejor?- susurra.
-Mejor- pestañeo nerviosa y aparto mi vista de él.
Se levanta y camina hasta la puerta.
-Por cierto, estas castigada- me río, tomo una rama pequeña del suelo y se la lanzo pero él cierra la puerta a tiempo riendo.


Se que es corto pero ando sin imaginación para historias no fantasiosas. Soy más de la ciencia ficción.
Ojalá les guste besos

El cuidador (Evan y tu) [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora