Confesiones

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Para el atardecer estamos sentados afuera sobre unos especie de sillones mecedores, frente a un fuego que ha encendido Miky. Estoy escuchando mientras Evan, Eathan y sus padres charlan sobre la universidad. Cameron y yo nos miramos y nos sonreímos, ambas sabemos en lo que piensa la otra y se perfectamente que esta pensando que esto era lo que habíamos soñado de pequeñas. Estar en un lugar bello en compañía de personas buenas, junto con nuestros novios o por lo menos de quienes nos gustaría que fueran nuestros novios. Tomo un malbavisco y cuando me tiro para atrás Cameron se ríe debido a que nos mesemos.
-Creo que encontré mi lugar- dice en un susurro mi amiga. Ella es una de las pocas personas que saben de mi lugar allá en el pueblito de mi familia, y desde entonces ella ha buscado el suyo. Asiento sonriendo.
-No es un mal lugar, sólo intenta conservarlo- Cameron asiente sonriendo enormemente.

Horas después nos estamos despidiendo de todos para ir a dormir. Evan se cambia de ropa frente a mi sin ningún problema mientras que yo me pongo mi pijama en el baño. Me acerco a la ventana para ver lo poco que se puede ver iluminado por la luna.
-Me recuerda a tu lugar- digo en un susurro. Evan se detiene en su caminata un momento y se acerca a la ventana colocándose su remera.
-Por qué lo dices? Esto es la montaña y allá la ciudad...
-Pero la paz se mantiene y el paso de las horas es el mismo- sus ojos se conectan con los míos un momento y sonríe de lado inmerso en sus pensamientos.
-Siempre me gustó venir a este lugar- se mete en su cama hasta estar tapado hasta el cuello- mi mama me traía todo el tiempo, hasta que Eathan comenzó a vivir en un departamento con su hermano en la ciudad, y ya no hacia falta venir para visitarlo.
Me meto en mi cama y también me tapo hasta las orejas pero me acuesto de costado para mirarlo. Él mira únicamente el techo.
-Debió ser difícil tener que ir al colegio viviendo a tanta distancia de aquí.
-Si, pero sus padres siempre supieron ingeniarselas para que llegue a tiempo. Como verás no les falta dinero, y en esa época tenían un helicóptero...
-Waw- digo aún asombrada a pesar de lo que he visto hasta ahora. Me giro para mirar el techo y apago la luz de mi lámpara, Evan hace lo mismo.
-Lo que sucedió hoy...
-No te sientas obligado a contarme- digo rápidamente.
-Creo que te debo una explicación- lo oigo suspirar- la primera semana que empecé a conducir atropellé a un chico y casi muere. Me quedé con él hasta que escuché a los médicos que decían que estaba bien. Pero luego me fui, no sé que será de su vida ahora o...- hace una pausa y chasquea su lengua con el paladar- o si tendrá algún problema para caminar... El punto es que tiempo después descubrí que no conduzco mal estando un poco tomado, y cada vez que salgo en el auto y no he tomado nada de alcohol me siento inseguro, y ocurren cosas como la de hoy
-No has considerado ver a un psicólogo?
-No, es simplemente una cuestión de confianza
-Y no crees que te podría ayudar con la confianza en ti mismo un psicólogo
-No y no gastaría mi dinero en ello
-Entonces prefieres emborracharte y que te pongan multas por conducir ebrio
-No es eso, no lo entiendes
-Ayúdame a entender
-Ya es tarde, buenas noches, __________
Suspiro pero no digo nada, me acomodo y minutos después ya estoy dormida.

El cuidador (Evan y tu) [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora