Nunca pretendí

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Cuando entramos me encuentro con un gran bufet. Evan toma mi codo para llamar mi atención y me señala una de las paredes en donde se puede colgar el abrigo. Ambos nos lo quitamos y nos acercamos a tomar un plato. Mientras vamos pasando por la fila, hombres en traje nos sirven lo que sea que haya en el menú. Evan toma de vez en cuando mi cintura a lo que ambos sonreímos, se siente bien que lo haga en público. Para cuándo terminamos de servirnos nos dirigimos a una mesa donde Cameron, Eathan y sus padres ríen mientras comen.
-Se tardaron mucho- comenta Cameron, pero sólo yo la escucho así que le guiño un ojo.
-No era sencillo caminar con estas botas
-Ya te vas a acostumbrar- dice Eathan- si les gustaría podemos ir a hacer patinaje en hielo después- Cameron y yo nos damos una mirada de cómplices, ambas amamos patinar en hielo.
-Claro, con gusto- contesta ella.
-Y tu ______?- dice Evan, a lo que le asiento con una sonrisa.

Luego de almorzar Eathan nos lleva por un sector en donde es más sencillo caminar hasta que llegamos a una gran pista, aquí es donde sus padres deciden ir a otro lugar. Cameron y yo nos calzamos las botas rápidamente, mientras que Eathan se tarda mucho más que Evan. Y para cuando entramos, Cameron y yo arrancamos rápidamente patinando, dejamos a los chicos atrás.
-Y qué es lo que se traen ustedes dos?- me pregunta mientras damos la vuelta a la pista. Los chicos van detrás pero lejos así que no escuchan.
-La verdad?- ella asiente- no lo se, sólo nos hemos estados besando- dudo un momento y luego le digo- Evan dijo que hacia rato me veía con otros ojos y no como la niñita que era
-Es que desarrollaste caderas, querida- dice riendo y golpeandome con el culo por lo que pierdo el equilibrio y caigo. Ambas reímos pero Evan y Eathan llegan preocupados.
-Estas bien?- dice Evan agachandose.
-Si sí, no pasó nada- le contesto riendo.
-Bueno, sólo no te puedo llevar a casa con una pierna partida al medio- me ayuda a levantarme.
-Podemos esquiar después?- pregunta mi amiga.
-Si, claro- dice Eathan igual de emocionado.
-Tu no- dice Evan cuando ve mi sonrisa.
-Por que no?
-Porque yo una vez me quebré la pierna esquiando y además prefiero ir contigo a un lugar.
Dudo un momento y luego asiento.

Horas después de separarnos de los chicos llegamos al final del teleférico, arriba en la montaña. Evan me sonríe y camina tirando de mi mano hasta un grupo de gente que está haciendo fila. No comprendo lo que sucede hasta que entramos en una pequeña choza al final de la línea. Un hombre tiende delante de mi una especie de trineo y Evan hace que nos sentemos rápidamente. El me abraza con sus piernas con fuerza y antes de que pueda hacer un comentario el hombre empuja nuestro trineo lejos de la choza. Nos deslizamos rápidamente y cuando Evan nota que muevo mucho la cabeza para evitar el frío en mis ojos el baja mis anteojos de mi cabeza colocándomelos. Y todo cambia, puedo mirar al frente sin dificultad, puedo sentir de manera positiva la adrenalina que siento al bajar a tanta velocidad. Entonces me dejo gritar y reír. Evan dobla en una curva demasiado rápido y ambos salimos despedidos del trineo cayendo sobre un colchón de nieve. Río imparablemente y Evan también, e incluso aún más cuando intento caminar y mi bota se hunde hasta la rodilla en la nieve.

-Eso fue increíble! Realmente no esperaba eso y me gustó!
Evan no dice nada sólo me sonríe mientras entrega la tabla. Nos hemos deslizado ya tres veces. Camina conmigo de la mano hasta llegar al mirador.
-Te vez como una niña tan feliz
-Lo estoy, te aclaro
-Lo habías hecho alguna vez?
-No, y considerando que le tengo pánico a las montañas rusas, siempre creí que lo odiaría pero no lo hice
-Me hubieses detenido si no querías hacerlo!
-No tuve tiempo para decir nada! Pero lo disfruté realmente- le sonrío mientras le tomo las manos entre las mías. Se inclina y me besa lentamente. Definitivamente el mejor fin de semana de mi vida.
Se inclina un poco más y me toma de la nuca, sus labios no me sueltan ni un momento. El calor comienza a recorrer mi cuerpo y sé que no es debido al sol. Sus besos pasan de mis labios a mi mandíbula y luego a mi cuello. No puedo evitar cerrar los ojos. Pero cuando escucho su risa lo separo.
-Qué ?- es lo único que sale de mis labios. Sé que estoy colorada y él no quita su sonrisa arrogante de enfrente mío.
-Estas roja- le ruedo los ojos y me giro a ver el paisaje a lo que el ríe.

El cuidador (Evan y tu) [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora