Continuación

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27 de marzo del 2014 {part 2}
Me encierro en mi cuarto hasta las 6 de la tarde, tenía poca tarea pero no quería verlo a él, no sabría sobre qué hablar. Le doy play a la música, me pongo los auriculares y ordeno mi cuarto bailando, necesito relajarme urgentemente.
Luego de un rato, ya satisfecha de mi limpieza, apago mi música. Considero bajar, pero en el momento en que niego un ruido de algo que se rompe se escucha en la parte de abajo. Corro alarmada hacia la cocina encontrándome gotas de sangre al pie de la puerta, sigo la sangre y corro al baño.
-Evan, qué sucedió?- digo alarmada.
Lo encuentro con una toalla al rededor de su mano cortando el sangrado.
-Lavé los platos pero uno de los vasos se rompió y me corté con los vidrios, no es nada- me río bajo al verlo colorado hasta las orejas mientras intenta contener la sangre.
-Llamaré a una ambulancia, creo que necesitarás puntos- saco el teléfono de mi pantalón y marco.
Evan me mira desde el reflejo del espejo mientras hablo. Abro la canilla para limpiar un poco la sangre y luego cuelgo.
Tomo otra toalla y mojo una esquina para limpiar la sangre en su brazo. La paso con cuidado sobre su piel, por temor a tocar una cortadura y hacer que le duela. Siento mis orejas en llamas nunca había tocado su piel, o si quiera estado tan cerca de él pero mi instinto de protección es más fuerte que yo.
-Vaya comienzo, no?- sonrío ante su comentario.
-Esos vasos se rompen siempre, papá los compró baratos- con una mano en su pecho lo empujo para que se siente en el inodoro. Estoy ruborizada porque me siento yo la niñera pero a la vez sonrío, esto me hace ver más madura. Me agacho y con la toalla limpio las gotas del suelo hasta la cocina. Para cuándo termino suena el timbre.
Los dos médicos revisan las heridas mientras yo espero fuera del baño. Unos minutos después uno de ellos me avisa que deben llevarlo al hospital ya que no tienen lo necesario aquí para curarlo.
Tomo una de mis camperas y la de Evan para luego subirme a la ambulancia con ellos.
Media hora después una enfermera se acerca a mi, es ahí cuando noto que estoy hiper ventilada, me da un vaso con agua y azúcar, lo cual le agradezco.
Evan sale unos minutos después con un vendaje blanco al rededor de su mano, le sonrío en cuanto lo veo.
-Me dijeron que ya podemos irnos- asiento.
-Te ayudo- murmuro mientras le coloco la campera.
-Lamento esto...- niego mirando el suelo.
-Puede pasar- caminamos hasta la puerta.
-Pediré un taxi- vuelvo a asentir en lo que me apoyo contra una columna.
Una hora después estamos de nuevo en la casa, lo ayudo a quitarse la campera conteniendo mis nervios y me acerco a la cocina para juntar los vidrios.
Escucho sus pasos y lo veo agacharse para ayudarme.
-No hace falta Evan, tu sólo siéntate y descansa
-Es mi desorden, yo lo haré- suspiro, dije que no pelearía con don terco. Me levanto y como no pienso quedarme quieta seco los platos y los guardo mientras el tira en un cartón de leche usado, los vidrios.
-Puedo cocinar yo, haré unos fideos, algo sencillo- me ofrezco.
-Bueno- susurra.
Verlo tan vulnerable me dan ganas de abrazarlo. Lo miro hasta que se sienta frente a la tele, suspiro, no entiendo por qué me gusta tanto, jamás tuve una conversación sería con él. Lo único que se me viene a la cabeza es cuánto me ignora y cuán lindo es físicamente.
No hablamos hasta la hora de la cena.
-Hiciste tus tareas?- gruño internamente, ya volvimos al jueguito de niñero.
-Si, te dije en la tarde
-Todas?- pregunta alzando una ceja.
-Si- digo cortante- para qué necesitas el dinero?- cambio de tema.
-Mamá me dará su auto y quiero arreglarlo- (era obvio) asiento y sigo comiendo.
-Si necesitas ayuda en matemáticas o física puedo ayudarte, era bueno en el colegio- me contengo de no levantarme de la mesa, quiero que deje de marcar la diferencia de edad entre nosotros, me pone los pelos de punta.
-No, gracias, por ahora no
-Cualquier cosa, me avisas- asiento y término de comer. Recojo su plato y el mío, los lavo y guardo.
-Normalmente, no se sí mama te dijo, pero por la noche miro una serie antes de ir a dormir
-Cómo se llama? Gossip girl?
-No- escupo la palabra- American Horror Story
-No te parece un poco fuerte para tu edad?
-Tengo 16, ni que tuviera 11- sentencio sentándome a su lado.
-Eso ya lo sé- frunzo el ceño, pero no le presto atención, sé que he cambiado entre los 11 y los 16.
Prendo el DVD y pongo el capitulo 9 de Asylum.
Me acurruco en la manta esperando que Evan se vaya pero evidentemente decide quedarse. Miro el capitulo sin pestañear hasta el momento en que Evan se levanta y apaga la tele.
-Hey- grito
-No es apropiado para que lo veas
-Por dios, Evan es sólo una escena de sexo! Además no se ve nada
-A la cama
-Qué ?!- (no lo puedo creer, mama jamás me cortaría mi serie) Dije que no haría un escándalo pero esto se lo merece- a mi edad seguro mirabas cosas peores, no pienso irme a dormir sin terminar de ver el capitulo
-Que perversa que eres, lo está violando y vos queres seguir mirando
-Helloooo, es un demonio, y están en un loquero es obvio que va a pasar, ahora déjame terminar de verlo- él se agacha y toma el Dvd, me levanto alarmada de que lo rompa e intento quitárselo de las manos- Evan, por dios! Es una serie!
-Llamaría a tu mama para estar seguro de que te deja verla pero están en su luna de miel, por ende hasta que yo no me vaya no verás nada
-Evan!- exclamo enojada.
-A la cama ahora sino quieres que lo rompa!

El cuidador (Evan y tu) [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora