Entre animales

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Para cuando estamos los cuatro en el auto yendo en dirección al este, el sol me da en las rodillas, en otras palabras es el medio día y yo voy sentada como copiloto al lado de mi rubio piloto, Evan. Cameron y Eathan van detrás nuestro tomados de la mano, algo extraño para mi debido a que jamás la había visto así con un chico sobria.
Llevamos ya 3 horas de viaje y me está comenzando a molestar la música de mi amiga así que en cuanto la noto distraída desconecto su celular y conecto el mío. Cuando ha pasado la primera canción la escucho a mi amiga quejarse.
-Ey! Esa no es una canción de mi celular!!- se acerca por el medio e intenta desconectar mi teléfono. La golpeo un poco riendo y ella me tira del pelo.
-Podrías controlar a tu chica?- escucho a Evan a mi lado, quien no parece muy contento con nuestra pequeña riña. Eathan aprovecha y le da una palmada en la cola a mi amiga, quien inevitablemente se sonroja y se vuelve a su asiento.
-Aquí tienes mi quería princesa de Cameron- la molesto entregándole su celular. Ella siempre odia que le diga así, pero desde que dimos Edad Media en el colegio no lo puedo evitar.
Cuando los tres dejamos de reírnos y lo único que logro oír en el auto es mi música y las voces de la parte trasera, noto que Evan está sentado en una postura bastante tensa. Sus brazos están estirados y no deja de mover los hombros en un intento de relajarse.
-Estas seguro que quieres seguir conduciendo?- ante mi pregunta él me mira disimuladamente sin girar la cabeza del frente.
-Puedo un poco más, no falta mucho- aprieta suavemente mi rodilla y vuelve a poner sus dos manos en el volante.
Suspiro, no siempre lo veo así de tenso. Quizá sea por la zona en la que estamos, supongo que estará más acostumbrado a conducir en la ciudad. En este momento estamos en una ruta que tiene a nuestra izquierda un carril para los que van al oeste y nosotros al este. Sin embargo hace rato que no veo otro auto a parte del nuestro. A ambos costados de la ruta se ve un gran matorral de árboles, puestos específicamente a una distancia entre ellos y rodeados por un alambrado. Frente a nuestros ojos se ve el inicio de una gran sierra, llena de árboles y algunas casas que me dan la sensación de ser de personas muy ricas por sus tamaños.
Me apoyo sobre la ventana para distraerme con el bello paisaje. Mi música más el movimiento del auto comienzan a darme sueño pero me sobresalto cuando veo algo saltar de entre los árboles, viniendo directo hacia nosotros. Por un momento pienso que es la luz del sol que ahora da casi a la altura de mis hombros, pero cuando veo que las ramas de los árboles se agitan tomo con fuerza el brazo de Evan.
-Cuidado!- es todo lo que llego a decir. Un animal salvaje, un sirvo, se cruza en nuestro camino y Evan logra evitarlo pero girando dificultosamente el volante por lo que atravesamos el alambrado de uno de los campos a nuestra derecha y con suerte no chocamos contra un árbol.
Levanto la vista hacia la carretera y veo como el animal sigue su camino hacia el otro campo, como si nada hubiese sucedido. Evan que está exaltado a mi lado nos mira a los tres con los ojos extremadamente abiertos, pero al ver que estamos bien se baja rápidamente del auto y comienza a caminar lejos de él. Antes de bajarme y seguirlo compruebo que realmente esté todo bien atrás y que yo esté bien. Cameron me sonríe y me dice que vaya con Evan.
-Detente un momento- digo cuando llego hasta su lado luego de correr.
-Yo... Realmente... Lo siento... Yo- habla rápido y me sorprendo al notar que nunca me habló tan nervioso. Sus ojos no me miran sólo miran el suelo bajo sus pies. Me paro delante de él cuando se detiene y le doy una caricia en los brazos para reconfortarlo.
-Todo está bien, ninguno está herido. Ni el animal, ni nosotros- sus mejillas están rojas y se me hace un nudo en la garganta cuando alza la mirada para conectarla con la mía. Sus ojos están rojos y vidriosos de las lágrimas. Escandalizada lo abrazo ocultando su rostro en el hueco entre mi cuello y mi hombro. Lo siento apretar mi remera con fuerza y su espalda baja y sube pesadamente con cada sollozo que da.
-Tranquilo, esto es sólo el susto, no pasó nada- cuando lo siento calmarse se desprende de mi y se sienta en el pasto, yo lo sigo.
No dice nada por un par de minutos, luego cuando se toma con fuerza del pelo dice un comentario que no esperaba oír.
-Bebo cuando conduzco por estas razones- frunzo el ceño sorprendida- yo... Hice algo estando sobrio... Y ahora no puedo, no puedo evitar tomar antes de manejar... Yo, necesito olvidar.
-No te entiendo Evan, que ocurrió?
Su mirada se dirige al auto de donde bajan Cameron y Eathan pero yo les hago un gesto para que se queden donde están. Evan ahora dirige su mirada a mi.
-Deberíamos volver al auto- evita el tema, parece más relajado y no quiero seguir preguntándole así no lo vuelvo a alterar. En cuanto me ve asentir se levanta y me extiende la mano para ayudarme.

Dos horas después Evan va dormido contra mi hombro mientras Eathan aparca el auto en una gran entrada y Cameron me dirige una mirada emocionada en cuanto se da la vuelta. Sacudo un poco el hombro de Evan como para despertarlo y acaricio su mano con la mía.
-Bueno, bienvenidos a mi dulce niñez- habla Eathan mientras las puertas se abren lentamente. Para mi desconcertante sorpresa una casa enorme se extiende frente a nuestros ojos, y si a esto le llamaban cabaña, me interesa saber a qué le dicen mansión. Eathan conduce hasta un sector que parece ser donde se dejan los coches bajo techo y digo los, porque hay dos estacionados que parecen muy antiguos como los de colección. Evan se estira a mi lado y me da una sonrisa pequeña, parece que el sueño le vino bien.
Bajamos todas las valijas del baúl, y seguimos a Eathan por un pasillo hasta que volvemos a salir a la intemperie. En nuestro camino hasta la puerta principal escucho las ruedas de nuestro equipaje pasando sobre las piedras que a la vez arrastro. Somos recibidos por una mujer rubia de no más de 50 años con una gran sonrisa y un abrazo a su, supongo que hijo.
-Mamá ellas son Cameron, y _________. A Evan ya lo conoces.
-Ni que jamás lo hubiese visto- le dice la mujer a Evan golpeándolo con el codo- pasen chicos, Miky los espera en la cocina con mucha comida, debe haber sido un viaje largo.
Nosotras dos la saludamos con un beso en la mejilla y Evan con un abrazo. Para mi normal sorpresa el día de hoy me encuentro al entrar una casa repleta de madera en la escalera, el piso, las puertas. El estilo en sí es rústico y me encanta. A mi izquierda hay una escalera y a mi derecha una gran sala que parece ser el living ya que posee una chimenea y muchos sillones, más una alfombra que ocupa toda la habitación en gris. Frente a nosotros hay una puerta de vidrio con marco de madera que da a un pasillo muy iluminado debido a las ventanas y a la puerta del fondo que da supongo que a un patio. A mi derecha hay un arco que me deja ver una gran cocina con piso de piedra, una mesa grande y sillas mas una isla que separa lo que sería el comedor de la cocina. En otras palabras, amo esta casa. Cameron me golpea con su cadera cuando vemos al padre de Eathan sirviendo en unas bandejas pedacitos de queso, jamón, y otras cosas muy ricas.
-Miky, ellas son Cameron y _________- dice la mujer de la cual no se el nombre todavía.
-Hola- nos saluda con un beso- mi nombre es Miklause, pero pueden decirme Miky como me dice Shirley- y es ahora cuando descubro el nombre.
-Un gusto- decimos ambas.
-Evan! Tiempo sin verte por aquí!- exclama dándole una palmada en la espalda.
-Pues no te ibas a deshacer de mi tan fácilmente, Miky.
-Mamá, nos preparaste las piezas que te pedí?- dice Eathan cansado de llevar consigo su mochila.
-Oh si, llévalos para que se instalen y luego bajen a comer algo.
-Claro, síganme- dice volviendo a salir por el pasillo y subiendo la escalera- Cameron tu duermes conmigo y Evan te tengo una pieza para ti y tu cuidada- dice en un tono burlón.
Para mi sorpresa Eathan nos lleva a una habitación con dos camas, y me burlo de mi misma por haber creído que compartiría cama con Evan.
-Aquí se quedan ustedes, y Cameron y yo en la de enfrente- se acerca a ella y dice por lo bajo- es mi pieza espero que no te moleste el desorden que debe tener- ella se ríe y niega, parece estar muy concentrada en que estará con él en una habitación. Me río de la situación.
Evan deja sus cosas en la cama de la derecha y yo en la izquierda, en medio de ambas camas hay una ventana enorme que da a un campo inmenso con filas y filas de árboles, entre medio de ellas logro ver un camino de piedras que pierdo de vista entre tanta naturaleza.
-Te gusta?- me sobresalto al oír a Evan a mi lado. Asiento repetidas veces.
-No habría pedido nada más.

El cuidador (Evan y tu) [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora