5 de abril de 2014
Al día siguiente nos despiertan los padres de Eathan con un desayuno preparado para los cuatro, así que bajamos a encontrarnos con ellos.
La idea planeada para hoy es ir a la montaña. Yo jamás he esquiado o siquiera he visto la nieve así que será un momento único para mi.
Eathan le roba un beso a mi amiga frente a todos nosotros en el helicóptero y eso la pone colorada como un tomate pero se esconde bajo su bufanda. Yo la miro riéndome y levantándole las cejas de vez en cuando.
Otra experiencia que jamás he vivido es volar en helicóptero y déjenme decirles que no es nada lindo. No veo el momento para pisar suelo. El ruido de las aspas me vuelve loca a pesar de tener puestos unos audífonos que cubren completamente mis orejas. Además cada vez que el piloto hace girar o, mejor dicho, doblar al transporte siento como todo me da vueltas. Una cosa es ir en un avión bien sujeta y otra es ir en un helicóptero con una puerta de vidrio y unos asientos resbaladizos. Por suerte el mal viaje lo compenso con la sonrisa enorme que tiene Evan en la cara, más bien que todos tienen. Pero ustedes ya entienden.
Tardamos en llegar casi 20 minutos. Al bajar lo primero que veo es un gran edificio ambientado como si fuera una cabaña cubierta de nieve.
A mi al rededor y por dónde pise hay nieve. Me inclino a tocarla con la mano y una corriente eléctrica me persigue. No creí que fuera tan dura. En mi cabeza era como el algodón de azúcar, que equivocada estaba.
-Consejo para la próxima vez- dice Evan a mi lado- ponte unos guantes porque luego de un rato pareciera quemar la nieve en tu mano- sacude lo que queda en mi y me pone los guantes que colgaban de mi cuello- te brillan los ojos- me sonríe y yo no logro evitar sonreirle también.
Me alejo de él sólo para seguir a Miky y a su esposa quienes entran al edificio. Sin embargo soy impactada por una bola de nieve recién hecha por mi mejor amiga. Para cuando me doy vuelta sorprendida y lista para devolverla, me doy cuenta que estoy en medio de una batalla en donde no hay equipos. Evan le arroja una bola a Cameron y ella a Eathan. Los cuatro reímos como niños mientras nos tiramos una y otra vez.
-A los ojos no! A los ojos no!- grita Eathan riendo.
-En todo caso a la cara no!- lo corrige Evan quién se burla de su amigo tirándole una bola de nieve de lleno en la cabeza.
Cameron y yo nos ocultamos detrás de una especie de colina de nieve y mientras ella vigila, yo armo bolas.
-Eathan se acerca!- me dice Cameron riendo. Toma una de las bolas y se la lanza entonces él se tira al suelo como si se estuviera muriendo.
Sin presentirlo Evan me sorprende por detrás tirándome al suelo pero yo consigo llevarlo a él también. Ambos rodamos y rodamos hasta que frenamos y no podemos parar de reírnos. Se arrastra sobre sus codos hasta que llega a mi lado.
-Felicidades por tu primera guerra de nieve- ninguna palabra sale de mis labios debido a que él se inclina aún más y me besa. El frío de sus labios me hace temblar pero luego de un momento se calientan y siento que la nieve a nuestro al rededor se derrite. Lo abrazo con dificultad debido a que el traje es tres veces yo pero aún así lo beso. Cuando nos separamos noto que Eathan y Cameron han entrado y que nosotros seguimos aquí.
-Tus labios están fríos- le digo riendo a lo que él me contesta.
-En serio?- yo asiento- más que esto?- y me aplasta contra la boca una bola de nieve. Él ríe hasta que nota que me dolió y se disculpa unas trescientas veces hasta que entramos. Pero bruto o no, aún así lo amo.
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El cuidador (Evan y tu) [editando]
RomanceLa cosa es así, mamá tiene una mejor amiga a la cual yo adoro y llamo tía. El pequeño problema es que tiene un hijo del cual estoy locamente enamorada desde los 12. Él me lleva unos 5 años y siempre me ha ignorado, es como si yo no existiera. En fin...