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Te recuerdo siempre un poco mas de lo necesario. Y esto sucede por que aveces el corazón y la mente se complotan para recordarme lo bien que la pasabamos juntos. Que ironia el destino, habernos llenado el alma de tanto amor y quedarnos tan vacios...

Tristán

Odie el timbre de mi telefono cuando me sobresalto, no pude evitar maldecir cuando me incorpore y la cabeza parecia que me iba a explotar. Mire la pantalla, era Sandy mi secretaria.

-Sandy - gruñi practicamente su nombre.

-Señor buenos dias - no respondí - Señor solo para recordarle que tiene una junta en treinta minutos con los accionistas del mall que quieren construir en Harlem. Ademas hoy es el cierre del concurso - como si pudiera olvidar eso - Y a las cinco de la tarde con los directivos para decidir como sera la calificacion del concurso.

-Bien, ahí estare. Contacta al señor Mondragon y citalo en treinta minutos tambien - colgue.

¡Maldicion! Tenía la boca seca y la cabeza dolía como el jodido infierno.

-Mmmm ¡Que hermosa vista! - escuche detras de mi.

-Pense que ya te habías marchado - le dije un poco seco, mientras cubria mi desnudez.

-Me alegro de no haberlo hecho - vino a mi encuentro, me abrazo por detras - De lo que me hubiera perdido - senti avanzar sus manos lacivamente.

-Sara llevo prisa, tengo veinte minutos para estar en la oficina.

-¿No vamos a desayunar juntos? - ¡Esa vocecita! De una niña de tres - Lo podriamos hacer en la cama.

-Ya te dije que llevo prisa - tome mis cosas y me dirigi al baño. Me alcanzo y tomandome de la mano me dijo.

-¿Nos bañamos juntos? - su voz melosa solo consiguio irritarme mas.

-No puedo, vistete me voy en quince minutos.

Pude notar su rabía, pero como siempre solo fueron unos segundos, inmediatamemte cambio su rostro.

-Tienes razón, será otro día - me sonrió.

El baño ayudo a relajarme pero solo lo que duro, por que al salir me encontre de nuevo con Sara.

-Pense que ya te habías marchado. — Le dije con acritud.

-Recuerda que no traigo coche.

No pude evitar suspirar con fastidio.
Tome el interfon.

-Jefersson, ven enseguida.

En cuanto aparecio en el umbral me dirigi a él.

-Lleva a Sara a su casa o donde te lo pida.

-Si señor.

-¿No me llevaras?

Por Dios en verdad no lo entendía.

-Sara no puedo llegar tarde - hizo un puchero ridiculo -¿ Prefieres un taxi? - pregunte exasperado y tomando mis cosas para salir.

-No, por supuesto que no. ¿Me llamaras hoy?

-Sara no lo se, tengo un día de locos.

-No importa, si no puedes lo hare yo. - eso no lo dudaba.

Sonreí lo mas falso que pude, nota mental dejar de ser tan estupido, y pedirle a Sandy que no me pase ni una llamada de ella.

Llegue a la empresa a tiempo, aunque con el humor aún peor. No había tenido tiempo de llegar aquella cafetería, donde la vi a traves del ventanal, se había vuelto mi favorita, por lo tanto hoy no había tomado mi cafe.

Angel de CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora