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Ella estaba desnuda ante mi,
Pero no estaba desnuda como
Quien se quita la ropa,
Su desnudes era total
Podía ver sus miedos
Sus angustías
Sus tristezas
Su oscuridad difusa y atrayente
Sus monstruos menlancolicos
Podía verla completamente sin importar nada más,
Aquel privilegio estaba guardado
Para aquella persona que supiera llegar al corazón en un instante y supiera adueñarse de el,
Hasta llegar a ser parte
De sus latidos...
                Néstor Agusto Esquivel.

Paloma

Frente a nosotros se encontraba Tristán con las manos en los bolsillos y recargado en su coche.

Mire a Lu.

-Aunque no es santo de mi devoción, se que él es lo que necesitas, es el único que te puede consolar hoy.

Le di un beso a Lu, en cuanto el coche se detuvo sali corriendo de el y me arroje en los brazos de Tristán.

Él me abrazo con fuerza enterro su cabeza en mi cabello.

Yo me abrace a él con más fuerza.

-¿Ángel? ¿Que pasa? ¿Que sucede?

No pude decir nada, el sentimiento me traiciono y las lagrimas afloraron.

-Lu ¿Que sucede? - pregunto alarmado - ¿Alguien le hizo algo? ¡Carajo! ¡¿Que demonios paso?! - exigio al no encontrar respuesta.

-Nada, neandertal, tranquilizate, es solo que extraña mucho a alguien muy especial - respondio Lu en tono muy sereno, sentí como acariciaba mi cabeza. - Más te vale cuidarla bien, no quiero saber que la lastimas de algún modo - amenazo Lu.

-Lu ya te dije que...

-Si eso me dijiste en las vegas y ya ves como termino aquello, asi que sin promesas, solo cuidala y hazla feliz, que si te soy honesto no eres lo que yo quisiera para ella.

-Lu por favor creo que ya hablamos de esto.

-Si y es por eso que respeto la decisión de ella.

-Princesa me voy - me solte de Tristán y abrace a mi amigo.

-Gracias y cuidate - le dije entre sollozos - No te pierdas quiero verte pronto de nuevo.

-Lo hare, recuerda que vendre a pasar las fiestas contigo.

Lu me dio un abrazo fuerte y un beso y se marcho.

-Pequeña ven - Tristán me abrio sus brazos y yo me refugie en ellos. - Como me gustaria poder decirte mil cosas, pero son solo palabras. Yo se que extrañas mucho a tu mamá y cuanto darías por que ella estuviera aqui, pero creeme se que ella de algún modo lo hace.

De nuevo solo pude llorar, tal vez... tal vez eran todas aquellas lagrimas que me había negado a soltar.

Tristán se nego a soltarme, pacientemente y en silencio espero a que ya no hubiera lagrimas.

-Lo siento - susurre.

-¿Por qué ángel?

-Por esto, por ser débil.

-No digas eso - me acaricio la mejilla - Solo tengo una petición.

Lo mire con curiosidad.

-Solo puedes llorar o sentirte triste cuando yo este a tu lado - reí aún con tristeza - Soy el unico que te puede ofrecer chocolates o helado.

-¿Es una orden? - pregunte con fingido enojo.

-Es una petición... quiero estar siempre ahí para sostener tu mano y poder abrazarte.

Angel de CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora