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Necesito que me encuentres
En ese rincón donde me oculto
Cuando me atrapa el miedo.
Necesito que tomes mi mano cuando
Me vuelva frágil,
Cuando me es difícil saber
De qué estoy huyendo.
Necesito que me quieras
Cuando yo no puedo.
Necesito que me quieras
Así... tan humano... tan imperfecto.
Necesito que te quedes
Cuando el mundo se vuelve enorme
Y yo me siento tan pequeño.
Necesito que me abraces fuerte,
Un abrazo a la medida de mis miedos.
Necesito que me escuches,
Aún cuando me quedo en silencio.
Necesito que me alientes
aunque te parezcan tontos mis sueños
Necesito que me ames,
Aunque sea difícil hacerlo...
Poesía del Sur.

Paloma
Sentí pánico, al oír gritar mi nombre pidiéndome que me detuviera, que posara para una foto, que me girara, me hacían preguntas, apresuré un poco el paso queriendo salir de ahí lo más rápido posible. Entonces Lu se detuvo me miro, sonrió y me guiño un ojo, nos giró para quedar de frente a los medios y nos pudieran tomar fotos.

—¡Lu! — trate de susurrar.

—Solo sonríe, dales un poco de lo que quieren muéstrales que eres una mujer muy fuerte — me dijo al oido.

—¡Vaya! ¡Vaya! Pero que rápido conseguiste un nuevo... ¿Amigo? — Sonrió de forma despectiva — Pronto conseguiste un nuevo incauto con dinero.

Sara no podía negar su odio y su veneno hacía a mi, pero se giró a los medios y enseguida cambió su rostro, se le notaba los años de entrenamiento para su falsedad, la mire de arriba abajo. Iba impecable como siempre vestida de diseñador de pies a cabeza, y luciendo su cuerpo como tanto le gustaba, llevaba un vestido casi transparente, ceñido a su cuerpo voluptuoso, el bordado en la fina tela solo tenía partes que cubría como los senos formando un escote y teniendo más transparencias, no tenía espalda y de nuevo el bordado le cubría las sentaderas y parte de las piernas, no pude evitar preguntarme cómo caminaba con eso. Entonces se giró de nuevo a mi y me miro con desprecio.

—No, no te equivoques yo no necesito de un marid... bueno en tu caso amante para que me mantenga, yo sola fui capaz de montar una empresa la cual me da sustento "querida" — sin esperar su respuesta tome a Lu del brazo e ingresamos al salón.

Sandy, Jacob y Hellen nos esperaban y los tres me sonrieron.

La escuche vociferar detrás mío, pero seguí mi camino, ingrésanos al salón e inmediatamente lo vi. Se encontraba de espalda y de pie con una mano en el bolsillo, dos hombres mayores lo acompañaban, me quede quieta, la respiración se me aceleró y mi corazón se desbocó... una vez más, ¿Algún Día dejaría de causar ese efecto en mi? Lo dudaba, como era posible que con solo verlo pusiera mi cordura de un hilo. No sabía si maldecir o agradecer el sentir esa sensación.

Entonces vi a Sara qué pasó por mi lado y fue directa a él, lo abrazó por la espalda y se le colgó como una sanguijuela, le dio un beso en la mejilla mientras me miró y sonrió triunfante. ¡La odiaba!

—No le hagas caso, ella es una Marilyn, una mujer muy bella pero nadie la toma en serio — mire a Lu con la ceja levantada.

—Luis Hernandez si sabes que tu comentario se escucha machista — lo reprendí.

—Que te puedo decir — se levanto de hombros —Así como ella es Marilyn tú eres una Andrey o una Jaky. Tener dinero no te hace una mujer educada, y elegante, y antes de que digas algo no me disculpo por lo que pienso, ella se lo gano a pulso. — no pude evitar reírme.

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⏰ Última actualización: Apr 03, 2020 ⏰

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Angel de CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora