La cuidadora de los Mukami [Diabolik Lovers]

Capítulo 10.7 Especial Sakamaki

Sora ya se iba a dormir, cuando se acostó en la cama su celular empezó a sonar.

-Chicos, ya deberían estar durmiendo

-Pero, queremos hablar contigo

-Está bien. ¿Han cenado todas las noches?

-Sí

-¿Están acostándose temprano?

-Sí

-Muy bien. Espero que no hayan causado problemas

-Y tú ¿Ellos te han hecho algo?

-No, son muy amables conmigo

-¿Amables? Entonces ¿Te vas a quedar con ellos?

-Claro que no. Volveré pronto

-¿Pronto? Eso dijiste hace una semana

-Miren, las tres esposas de "Esa persona" volverán dentro de uno o dos días a lo mucho. No deben preocuparse.

-Está bien. Pero no dejes que te hagan daño

-A la orden -Dijo Sora riendo- ahora vayan a dormir

-¡Sí!

Terminó la llamada con una gran sonrisa, en verdad extrañaba a esos cuatro niños. Puso su celular en la mesa de noche y apagó las luces durmiendo profundamente.

La alarma de su celular la despertó, mientras se arreglaba recibió la llamada de Beatrix y luego la de Cordelia, entonces cuando iba a abrir la puerta, la pared a su lado se agrietó de repente. Rápidamente fue a la habitación de al lado, donde estaba Subaru.

-Subaru -Dijo sorprendida- ¿Por qué hiciste eso?

Este no respondió nada, Sora agudizó sus sentidos y pudo escuchar una conversación que tenían las sirvientas al otro lado de la mansión.

-Es en verdad patética, ¿Cuántas veces ha intentado suicidarse?

-No sé qué ocurre con más frecuencia, que Christa intente suicidarse o que su hijo raro rompa algo, en verdad ambos dan vergüenza

-Y pensar que trabajamos para ellos, parecen esos humanos tontos

Probablemente, Subaru había estado escuchando todo eso, Sora había conocido a Christa años atrás, ella la había acogido como su hija cuando el resto la miraba por debajo, decir que la quería es poco.

Sin decir una sola palabra, Sora tomó al niño de la mano y lo llevó al lugar donde estaban todas las sirvientas reunidas.

Llegaron, y Sora se quedó de pie en el marco de la puerta, las sirvientas aún no se daban cuenta de  su presencia, después de un rato de hablar, todas la miraron y se quedaron como estatuas, sin saber cuánto había escuchado.

-Si tienen el tiempo suficiente como para estar hablando de cosas que no saben, supongo que no les importará arreglar un hoyo en la pared de abajo.

-N-No hay problema

-Por si no sabían, Christa es quien aceptó tener sirvientas de su clase en la mansión, vuelvan a decir algo así sobre ella, y tendré que hacer algo al respecto.

Su mirada era bastante, bastante severa. Sentían como la furia salía de ella e inundaba la habitación.

-L-lo sentimos

-No se deben disculpar conmigo -Dijo mientras tomaba con suavidad el brazo del niño- él decidirá qué hacer

Todas las miradas fueron hacia Subaru. No era la primera vez que escuchaba a las sirvientas hablar mal de su madre, pero nunca había hecho nada al respecto.