Capítulo 12

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Narra Rebecca:

Me dejó pasar y me dirigí al salón,donde estaba la mesa preparada con la cena recién hecha. Podía oler en el aire el aroma a pizza de jamón y bacon, mi favorita. Podía deducir también por el aroma a quemado que había intentado cocinar algo complicado para sorprenderme pero no le había salido demasiado bien y había decidido pedir una pizza a domicilio. Me reí por dentro y miré a Rina con una sonrisa de "Se lo que hiciste jajaja"y esta se rió sonoramente.

Ocarina: JAJAJA no me mires así, no tenia otra alternativa. -me miró esperando una respuesta, con una sonrisa en su cara. Aquella preciosa sonrisa que siempre me ofrecía me volvía loca. Había conocido muchas mujeres pero ninguna como ella, era diferente y lo que sentía con ella no se parecía a nada que hubiera sentido antes.

Rebecca: Tranquila preciosa, me encanta la pizza jajaja -me reí y cogí un trozo de pizza.

Ella, imitando mi gesto, también cogió un trozo de pizza y le dio un mordisco. Íbamos hablando de lo que habíamos hecho esos días mientras nos comíamos la pizza y, como no, salió el inevitable tema.


Narra Ocarina:

Estábamos hablando mientras cenábamos y aproveché para preguntarle por su vida en la manada. Cuando se lo pregunté automáticamente cambió de cara y se puso seria, se notaba que ella no quería hablar de ello pero yo tenía curiosidad. Ella simplemente me dijo: "Todavía es pronto para que sepas algunas cosas pequeña."

Acabamos de cenar y pusimos una peli. Era una película de miedo, a ambas nos gustaban mucho. Pero había algo incomodo en el ambiente, estábamos las dos muy calladas.Terminó la película y eran las 2 de la mañana así que decidimos irnos a dormir.

Rebecca: Pequeña, puedo dormir contigo?

Ocarina: Claro, faltaría mas.

Le presté un pijama y nos metimos en la cama. Hacia frío así que me acerqué a ella a lo cual respondió abrazándome. Parecía una estufa, desprendía tanta calidez que me quedé dormida... Me desperté y Rebecca ya no estaba a mi lado, siempre sucedía igual así que no era extraño que desapareciera por la mañana. Miré la hora, eran las 2 del mediodía. Miré la mesita y advertí la presencia de una nota. En esta ponía:

"Buenos días pequeña, si estas leyendo esto significa que te has levantado por fin. Espero que hayas dormido bien, quería esperarme a que despertaras pero ya es tarde y debo marcharme y no quiero levantarte, debías estar cansada porque anoche te quedaste dormida enseguida. Espero que no tardes mucho en despertar porque te he traído el desayuno y se enfriara. Espero que te guste. Atentamente, la chica que quiere cuidar de ti el resto de su vida."

Emocionada bajé a la cocina aun con el papel en la mano para ver lo que me había traído, al llegar abajo vi una bolsa marrón con manchas de aceite y como niña pequeña corrí a abrirla. Como yo había deducido eran churros con azúcar y por suerte no se habían enfriado del todo. Antes de comer miré si había algo detrás y me encontré con un pequeño escrito que contenía su numero de teléfono y un llámame con una cara sonriendo al lado. Me decidí a desayunar primero y luego la llamaría...



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