Nota de la autora: Antes de nada, siento haber estado tanto tiempo sin subir capítulos pero es que estos días no he tenido tiempo para nada, intentaré subirlos mas seguido a partir de ahora. Por cierto si no pongo quien narra significa que lo dice un narrador.
Un tiempo después...
Rebecca y Ocarina se habían hecho muy amigas, se llamaban a menudo y solían hablar mucho. Ellas decían ser solo amigas pero se notaba que había algo mas entre ellas, la manada notaba a Rebecca diferente y las amigas de Ocarina sabían que algo ocurría por su mente.
Un día Rebecca le dijo a Ocarina que debían verse urgentemente, que tenían que hablar de algo importante y cuanto antes mejor. Quedaron aquella misma noche en el parque cercano a la casa de Ocarina. Ella estaba preocupada, nunca había visto a Rebecca así de seria y tenia un mal presentimiento. Rebecca estaba a punto de empezar a hablar cuando de entre las sombras apareció un chico alto rubio de melena larga que sobresalía por los hombros dentro de la capucha de una sudadera negra. Este se quito la capucha y al quedar sus ojos al descubierto Ocarina supo directamente de quien se trataba. Era Nathan.
-Interesante... una loba y una humana juntas, que pareja mas peculiar tenemos aquí. -dijo Nathan entre risas.
-Quien diablos eres y como sabes que soy? -Dijo Rebecca enfadada. Se notaba que aquel comentario le había molestado. Se quedó mirándole fijamente como quien ve alguien por la calle que cree que conoce e intenta averiguar de que. Había algo en el que le resultaba familiar.
-Oh, tu amiga no te ha hablado de mi? Soy Nathan, pero tu puedes llamarme Señor Morion. -exclamó el chico con orgullo estallando en carcajadas.
-Así que un elfo oscuro eh, ya se de que me suenas, eres hijo de un hijo de la oscuridad y de una elfa. Lo se porque yo estuve presente en el juicio de tu madre, cuando la ejecutaron por atentar contra la vida de otros seres mágicos. En concreto por intentar matarme y usar mi sangre para vivir mas tiempo y seguir siendo joven y hermosa. Tienes sus ojos y su cabello. -Rebecca hablaba con desprecio, casi con asco.
-Tus palabras no me ofenden, mi madre me abandonó cuando nací y me he criado prácticamente solo estos últimos 100 años. Creo que no hace falta mencionar que te mentí nena. -miró a Ocarina de forma seductora a lo que esta respondió con una mueca de asco.
Nathan se acercó a Ocarina y con una mano le sujetó la barbilla y alzo su cabeza hasta que ella tuvo que estirarse mas de lo que podía. Intentaba soltarse pero el era mas fuerte que ella. Entonces sin darse cuenta Nathan le clavó un cuchillo a Ocarina en el estomago y lo retorció para profundizar la herida. Inmediatamente Ocarina soltó un grito de dolor y Rebecca se abalanzó encima de Nathan transformada con las mandíbulas abiertas dirigidas a la yugular del elfo oscuro. De un mordisco le atravesó el hombro y el chico soltó a Ocarina y de una patada se deshizo de la enorme masa de musculo, pelo y rabia que tenia encima. Rebecca rodó por el suelo y quedó a cuatro patas en posición a punto de atacar enseñando los dientes y las orejas tiradas hacia atrás. De golpe el chico se esfumó como el humo se disipa en el aire.
Narra Ocarina:
Nathan me clavó un cuchillo en el estomagó, vi a Rebecca transformarse al tiempo que saltaba para tirarse encima de el. El dolor era insoportable pero saqué el cuchillo y me llevé las manos a la herida. Salía mucha sangre y empezaba a sentirme mareada. Vi a Rebecca herir a Nathan pero esté logro huir. Rápidamente Rebecca volvió a la normalidad y vino en mi ayuda.
-¡Ocarina resiste vamos, se fuerte! -exclamaba ella. Pero mi voz apenas salia y tenia un nudo en la garganta. Puso mi cabeza sobre sus rodillas y me acariciaba la frente. Tenia el teléfono en las manos y parecía llamar a alguien.
-¡Gabriel, ven por favor, ha ocurrido algo terrible! ¡Deprisa! -su tono de voz sonaba desesperado y entre lagrimas sollozaba.
Podía ver el miedo en sus ojos. Traté de incorporarme pero no pude así que ella acercó su rostro al mio para poder escucharme.
-Rebecca, escúchame. No llores por favor... quiero decirte algo importante...
-¡Sssht! -me interrumpió- no hables, no malgastes energía, has perdido mucha sangre pequeña.
-Escúchame por favor -me acerqué a su oído- tengo algo que decirte pero hasta ahora no he tenido valor de admitir... -notaba que me desvanecía, cada vez estaba mas débil y me costaba respirar y a pesar del calor corporal que desprendía Rebecca tenia mucho frío.
Narra Rebecca:
Mis manos estaban manchadas de sangre y mis ojos llenos de lagrimas que me empañaban la visión. Se acercó a mi oído y en un ultimo suspiro logro decir "Te amo Rebecca...".
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Only Moon Knows
RomanceRebecca estaba en un mal momento y una misteriosa chica apareció en su vida para ayudarla, pero esta no sabe que Rebecca no es quien parece ser y que ambas esconden muchos secretos. Descubre una historia de amor con muchas sorpresas y si quieres sa...