VII

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-Vamos, ¿Por cuánto tiempo más me obligarás a cargarte?

Llevo a Kiara a mis espaldas, ya que ella no quiere caminar hasta el supermercado.

-Hasta que lleguemos... Estoy cansada y además tengo sueño...

-Yo también estoy cansada. ¿Por qué tú no me cargas a mí?

-Por que yo no tengo fuerza, tú sí.

-No pesas nada, no se trata de fuerza.

-Sólo sigue cargándome Lenka.

Bufo. Sigo cargándola, hasta que llegamos al supermercado. La bajo de mi espalda. Ella se estira. Me dirijo a tomar un carro y entramos al supermercado.

-¿Qué tienes que comprar? - Pregunta Kiara.

-Todo lo necesario para el apartamento, comida, shampoo, acondicionador, jabón y lo necesario, ya sabes.

-Creo.

Kiara lleva el carro, yo saco las cosas y las hecho al carro. Escojo shampoo de chocolate y acondicionador de coco. El jabón tiene olor a rosas.

-Cierto, necesito una esponja nueva. - Dejo una esponja, la más barata, en el carro.

-Te falta las verduras.

-Cierto.

Saco una caja con variadas verduras. Era más conveniente que estar comprando una por una. También hecho dos botellas de agua y jugos en polvo, para mi hermano.

-¿Quieres algo? - Le pregunto a Kiara.

-¿Un helado?

-Entonces vamos por un helado después.

-Era más conveniente ir por un helado antes, así no estábamos con las bolsas.

-Bueno, no me dijiste antes.

-No me preguntaste antes.

-Bien, tú ganas.

(...)

Finalmente, hicimos todas las compras. Ahora nos dirigíamos a un café en el centro comercial. Eran aproximadamente las once de la mañana.

-En esa tienda los helados son deliciosos y no son caros. - Ella apunta una tienda.

-Vamos para allá entonces.

Nos dirigimos a la tienda y encargo dos helados. Yo pido un café helado y Kiara helado de vainilla con salsa de frutilla y una cereza encima.

Era barato, y delicioso.

Nos sentamos a tomar nuestros helados en una de las mesitas que habían allí. Dejo las bolsas a mi lado. Bebo de mi café helado.

Delicioso.

-Te lo dije, esos helados son deliciosos. - Asiento. -¿Hoy trabajas?

-Si, pero es sólo una hora. Me pagarán 5000.

-Genial.

Finalmente, terminamos de tomar nuestros helados.

-¿Vamos? Se hará tarde. - Ella asiente.

Salimos del centro comercial. Kiara me ayuda con las bolsas. Nos dirigimos a una parada de buses, para llegar a mi apartamento.

(...)

-¡Estoy en casa! - Digo. Dejo las bolsas en la entrada, junto con Kiara.

No obtengo respuesta de mi hermano. Suspiro y comienzo a ordenar las cosas de las bolsas, dejándolas en las partes correspondientes.

Amigas, ¿por siempre?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora