Habíamos terminado de almorzar. Ahora me encontraba lavando la loza. Mi hermano se había ido, iba a salir con unos amigos.
Tenía que dejarlo, tampoco es que fuera su madre para decirle que lavara la loza primero y luego saliera.
Eso que él es el mayor, en algunos aspectos.
Recuerdo cuando se colocó furioso al enterarse que había dado mi primer beso a los trece años, con mi mejor amigo y estábamos saliendo.
Siempre se pone celoso cuando salgo con un chico o cuando se entera que tengo novio. Me protege mucho y lo agradezco, ya que no es como otros chicos, él se controla.
Termino de lavar los platos. Me quito los guantes y los dejo a un lado. Lavo mis manos. Ahora comienzo a barrer, tratando de no dejar ningún residuo en el suelo.
Cuando termino, me dirijo a mi habitación. No tengo nada que hacer... Y me aburre la soledad.
¿Qué estará haciendo Kiara?
¿Estará ocupada?
Había hablado de esa famosa cena en la mañana...
Siento un sentimiento raro, que me incomoda. ¿Y si la llamo?
Tomo mi celular y me acuesto boca arriba en mi cama. Marco el número de Kiara. Luego de tres tonos, contesta.
-¡Lenka!
-Hola, Kiara. ¿Cómo estás?
-No muy bien. Estaba viendo como me iba a peinar para la cena de hoy, ¡pero soy un desastre! Ahora mismo mi madre está viendo una estilista. Ellas me tiran mucho el cabello... - Murmura.
-Oh... así que estás ocupada...
-Eso creo. ¿Por qué? ¿Qué quieres?
-¡Tengo una idea! - Me siento en la cama - ¿Y si vienes a mi apartamento durante la tarde, así pasamos tiempo juntas un rato y luego te ayudo arreglarte?
-¡Sí! ¡Iré de inmediato!
-Bien, te espero aquí.
Cortamos la llamada. Me tiro en mi cama, boca arriba. Miro a mi lado. Veo mi guitarra acústica. La tomo y me siento en uno de los bordes de mi cama. Comienzo a tocar mientras canto.
Era una de mis canciones favoritas, la había escrito yo misma. Recuerdo que la escribí una de esas tardes en las que estaba deprimida, en el parque.
Había terminado de ir a clases de guitarra. Pasaba por el parque y me siento en una banca. Ese día, había terminado con mi novio. Fue el año pasado, a mediados del año.
No me digas adiós, por favor.
¿Será uno de esos adiós, los cuales no son para siempre?
Me temo que no, este será el definitivo.
Siempre lo supe, era estúpido caer entre las rosas. Aquellas que teñiste con tu perfume.
El amor es una mentira.
¿Por qué estaba enamorada yo sola? ¿Por qué termine dañada sólo yo?
Simplemente prométeme algo. Olvida todo, olvida todo.
Todas tus palabras son una máscara, que al quitármela, se desgarra. Siento como mi corazón quema, se derrite entre mis dedos.
Traté de no soltar tus manos. Y lo hice.
Fuiste tú el que las soltó, él que las quitó.
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Amigas, ¿por siempre?
Novela JuvenilLenka y Kiara son unas simples chicas de quince años de edad. Son como cualquier otro adolescente. Desde que se conocieron, han sido muy unidas. Pero, ¿qué pasará con su promesa de mejores amigas por siempre? Sus corazones podrían estar derramánd...